Querido Diario ||

1

Maldito día hoy no era el mejor de los días.

Me había ido de lo peor en la escuela. Y en la pista de hielo peor aún el entrenador me había dicho que hiciera 15 vueltas a la pista. Luego un salto triple, y me caí, en todas las vueltas me caí.

Hoy definitivamente no era mi maldito día. Y para peor, me peleé con Sam nuestras peleas no eran de importancia, solo eran jugando, pero hoy fue extraño lo noté malhumorado y estaba realmente extraño. Le hice una broma y se enfadó mucho.

Yo pensé que era porque alguna chica lo había rechazado, o algo por el estilo.

Pero, para mí suerte, mañana es mi cumpleaños número diecisiete así que no habrá peleas o ninguna otra cosa.
Que suerte la mía.

Mis padres no vendrán. Y mis amigos sí. 
Lo que es realmente triste es que Nana no puede venir.

A los pocos minutos, suena mi teléfono y es Nana.

—Hola Nana.

Hola mi cielo, te encuentras bien? Te oigo estresada.

—No es nada. Solo estoy cansada, y me duelen los pies. Hoy no fue un gran día.

—Bueno mi niña... te dejo descansar, cuídate y llámame si me necesitas, te quiero mucho mi Ann.

—Yo también Nana, hasta mañana.

Realmente, no quiero preocuparla, ella es la mejor Nana de todas, pero hay algo que me destroza y es no ser la mejor a vista de mis padres me duele.

Y últimamente he estado necesitando calmantes para dormir en la noche.

Ya que no logró calmarme, estoy bastante estresada, o estoy volviéndome ideatica..
Estoy estresada...es todo.

Mi vida no es muy emotiva que digamos. 
Me formé sola después de que Nana se fuera, en la pista me dicen burbuja, ya saben, por el estupido programa de televisión de las chicas superpoderesas.

Según mi entrenador. El señor Rogers, soy una persona de carácter dulce, pero patinando soy fría. 
Últimamente me ha ido mal en la pista, y el entrenador no es muy paciente que digamos, es cómo mis padres, fríos, amargados, presionan demasiado.

Veo mi teléfono, y entro a mi recordatorio, para sabes que debo hacer, bien, hoy es noche de spaghetti. 
Bien, a cocinar..

Oigo mi teléfono sonar. Veo y es mi madre.. Ella jamás llama, ¿qué querrá?

—¿hola?... ¿Mamá que?..- no me dejó terminar.

escucha, fuiste a hacerte esos estudios de control, ¿verdad? Has subido de peso, no es bueno para patinar.—maldición.

—Si, ya sé...Ya bajaré de nuevo.

mas te vale, y práctica los saltos jovencita. Me enteré que estas floja últimamente. ¿Cuando harás algo para hacernos sentir orgullosos?.. Adiós.

¿Orgullosos? Jamás logré que estuvieran así. Y ahora me controlan mas que antes en 5 meses habrá competencia y el próximo viernes hay una revisión. Se supone que en esas revisiones, los entrenadores dan una nota sobre ti, y ves en que debes mejorar. O cambiar.

Pero.. mi madre me acaba de decir que e subido de peso, y eso no es "bueno" menos viniendo de ella.

[***]
 


Mi cumpleaños, el magnífico día. Se supone que debería estar triste ya que no vendrán mis padres.

Pero es al contrario estoy feliz.. El entrenador no me dará clases hoy, así que. ¡Estoy libre!

Estamos en la escuela, Sam no me ha hablado aún es mas no lo vi hoy. Solo vi a Michael.

Estaba guardando unas cosas en el casillero, cuando veo a Michael apoyarse en el que está al lado, él está mirando a alguien. Y ya se quien es.

—¿Cuándo le vas a hablar?

A Michael le gustaba una chica desde hace unos dos años y el muy torpe no se anima a hablarle.

—Cuando deje de ser un tartamudo para ella...—escuché un suspiro por parte de él.

—Eso te pasa porque te apresuras mucho querido..—Lo miré riendo.

—Oye, es tarde, ¿no tienes que ir a entrenar?

—No, el entrenador no podrá ir, así que, no haré nada, ¿Por qué preguntas?- lo miré mientras cerraba mi casillero.

—Bien, entonces ya sabes que haremos, pizza, cerveza y mucha música...—
Yo solo lo miré triste. Ya no puedo comer pizza, mi madre me llamó la última vez diciendo que debía dejar de comer tanto o tendría problemas para estabilizar mis saltos y caídas.

—Sabes que no puedo beber, y la pizza me hará pesar más...—su mirada cambió a seria  y dudosa.

—¿Desde cuándo no comes pizza? A ti te encantaba...— le dediqué mi mirada de "Mis padres" y ahí comprendió.

—¿Qué te dijo ahora tu madre? Anna, te presionan demasiado, tú estás bien, eres sana.. ¿Por qué permites que te digan como vivir?

—Ya sabes bien el porqué. Aumente seis kilos y no les gustó sobre todo a mamá.

No quería tocar el tema, no aquí, no ahora.

—Anna, que aumentes de peso, está bien. Sobre todo tú. Eres mas delgada que cualquier otra chica que conozco.

—Mejor me voy, tengo tareas y quiero descansar esta noche —le dediqué una mirada féliz a lo que él levantó su ceja con diversión- .¿A qué hora piensan venir?

—No se, creo que tendré que ir a hablar con Sam, y acordar que hacer.

—Sí, eh, hablando de Sam, cuando lo veas, dile que le debo unas disculpas por ayer.

—Bien—puso los ojos en blanco— Debes estar preparada, iremos en cualquier momento.

Asentí y salí del pasillo para irme a casa. Debo preparar la casa para cuando éstos dos lleguen.

Ya en casa, veo que hacer para cenar. O bueno para mí, los vasos, las bebidas. Bien todo en orden. Estaba por ir a cambiarme la ropa cuando siento sonar mi teléfono. Era Michael. Y videocámara.
 


 

—¿Qué pasa ahora?
 


 


—Llegamos en unos minutos, deja la puerta abierta.
 


—Bien, me voy a cambiar—Y colgué.
Siempre que vienen dejo la puerta sin cerrojo.

Bueno, opto por ponerme unas zapatillas, un buzo que me queda corto por la cintura y lleva un hombro descubierto de color gris perla, unos pantalones negros, y el peinado unas trenzas.

Estaba terminando de peinarme, cuando escucho las voces de los chicos. 
Entonces bajo, y ahí están. 
Su vestimenta es informal, pero linda.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.