Llame a Graciela pidiéndole me ayudara a hacer la reservación en uno de mis restaurantes favoritos, la comida es deliciosa, buenos vinos y las instalaciones son hermosas ambientada en Italia con toques rústicos y una terraza llena de verde con una vista impresionante del valle que lo hace acogedor
Nunca fui un hombre que le prestara demasiada atención a su apariencia, me gustaba verme bien porque había entendido que si pretendía ser un hombre de negocios debía lucir como uno. Pero hoy era diferente, quería impresionarla, así que me arregle con esmero, puse perfume y salí rumbo al hotel
Ya cerca, la llamo para que espere en la puerta, deseo aprovechar al máximo la noche, además si subo a su habitación a buscarla no estoy seguro de querer que salgamos de allí, lo que puede ser un éxito o un total desastre, por lo que prefiero pasar
Llego y ella está recién saliendo del hotel, hay unos tres carros por delante de mí, recogiendo a otras personas, lo que me da unos minutos para observarla. Sigue siendo hermosa, no importa como esté vestida o si no lo está, tiene el poder de hipnotizarme y la corneta del carro que tengo detrás me lo recuerda. Ella me ve, se acerca y sube al carro una vez el portero abre la puerta de la camioneta.
Me quedo mirándola y aspiro su aroma obligándome a no cerrar los ojos-¡Hola! ¿Cómo estás descansaste?- le pregunto conteniendo las ganas de besarla
-Logre descansar y tome un delicioso baño-dice regalándome una sonrisa, el restaurante no queda lejos del hotel así que hago algo de conversación mientras llegamos
-¿Lista para comer delicioso?- sonrió esperando su respuesta porque sé que comer es uno de sus placeres
-Tú sabes que yo siempre estoy lista cuando de comida se trata – me responde-
-¿Qué comeremos? Me pregunta y por coincidencia llegamos al restaurante así que le hago una seña con la boca
- Es de cocina italiana- sus ojos se iluminan, sé que es su favorita. Le entrego la llave al valet parking y me dirijo al lado del copiloto para abrirle la puerta dándole la mano para ayudarla a bajar
Entramos y la recepcionista pregunta si tenemos reservación, respondo de manera afirmativa dándole mi nombre
El maître nos dirige a la mesa, solicite que fuese en la terraza con la mejor vista y algo apartado para poder conversar con privacidad
Una vez tomamos asiento nos preguntan si vamos a querer vino y la miro buscando una respuesta, ella asiente y pido un vino rosado que probé en alguna oportunidad y en su momento se me pareció a ella, ya que este tipo de vinos son sus predilectos
Una vez el maître toma pedido de bebidas se va dejándonos la carta, yo ya conozco el lugar, sé que cualquier cosa que elija será excelente
-Todo parece exquisito y no sé por cuál decidirme, ¿alguna recomendación?- es una glotona, siempre que es comida italiana tiene problemas para decidir, han pasado seis años y en algunas cosas sigue siendo la misma
-La verdad es que cualquier cosa que pidas es buena opción; sin embargo, lo que podemos hacer es pedir varios platos y compartir, de entrada podemos pedir un Carpaccio de lomito y una ensalada Capressa, ¿te parece?
Sonríe y dice-me gusta cómo piensa Sr. Lemoine ¿y de segundo plato?- Solía decirme así cuando estábamos juntos, por lo que no puedo evitar sonreír al escucharla, llamarme de nuevo de esa manera
-Podría ser una berenjena parmiggiana y unos canelones rellenos, podemos pedirlos mixtos, unos rellenos de carne y otros de ricota con espinaca,- espero su respuesta. Antes de que pregunte respondo, y de postre, podemos comer un tiramisú al limoncillo o uno tradicional
-¡Buena elección! Podemos pedir los dos y compartir- dice pregunta con cara de niña traviesa. El maître regresa con el vino, lo sirve y luego de tomar el pedido de comida se marcha
-Me puedes hablar de nuestra hija, quiero saber cómo fue todo desde que supiste que estabas embaraza hasta hoy- Arranco a hablar, pues no quiero que se torne incómodo
-Las sospechas sobre que algo me pasaba obedecieron a que empecé a tener antojos enormes de comer avena, sabes cuánto la detestaba. Además, sentía un sueño que hacía muy difícil la tarea de levantarme, aunque toda la vida fui y sigo siendo una madrugadora y por último fuertes mareos, por lo que decidí ir al médico, nadie se enteró porque no quería alarmarlos- me imagino que mi evidente sorpresa por no haberme enterado de lo que le estaba pasando la lleva a hacer esa aclaratoria
-Me realizaron una serie de exámenes de rutina que despejaron la incógnita, el día que me entregaron los resultados, más allá de la sorpresa, estaba emocionada y quería darte la noticia y saber lo que pensabas, pero paso lo que paso- dice y los ojos que hasta ese momento lucían emocionados se ensombrecen, lo que me hace sentir estúpido. Sin embargo, me recupero y le pregunto
-¿Cómo fue el embarazo?- Ella carraspea y responde – en términos generales me sentí bien, más allá de las circunstancias, el desarrollo del mismo fue normal, engorde 20 kilos, pues mi hambre era voraz, mis senos se pusieron enormes- no puedo evitar dirigir la mirada hacia esa parte de su cuerpo que es evidente ha ganado volumen, ella se sonroja y sigue hablando
-El nacimiento fue por parto natural, mama y Sally me acompañaron, Clara se adelantó una semana si no hubiera nacido cerca de tu cumpleaños- me sorprende saber eso