Querido Santa

Capitulo 12

Dejar que Laura abordara luego de sus últimas palabras fue una de las cosas más difíciles que había tenido que afrontar, quería tenerla en mí brazos y borrar a besos todos sus miedos, mi consuelo que las vería a las dos en ocho días, aunque era tal mi ansiedad que haría todo lo humanamente posible para que fuese en menos tiempo

Desde ese mismo instante me dediqué a trabajar con el aliciente, conversar con Laura diariamente por mensaje o llamada, lo que me inyectaba un subidón de energía cada vez

El apoyo de Graciela ubicando una casa que fuese cómoda para una familia fue mi prioridad, reduciendo las opciones a tres de las cuales escogería una cuando las visitara al llegar, por lo que los primeros días llegaría a un hotel siguiendo la sugerencia de Laura, ya que según ella quedaba relativamente cerca de todo

Era ya jueves y viajaría mañana a las nueve de la mañana, estaba por reunirme con William Hamilton, mi socio y mejor amigo, quien casi se desmaya ante noticia de mi reubicación y de que tenía una hija con Laura

Se conocían, pues todos habíamos estudiado en la misma universidad, aunque luego cada quien tomo su camino de acuerdo a las circunstancias que nos tocó vivir a cada quien

A mi regreso a Estados Unidos coincidimos en un congreso de tecnología, le hablé de mi proyecto, su trabajo en ese momento aunque ganaba bien no lo satisfacía completamente, así que al retornar a la empresa renuncio y lo demás es historia

Su tiempo en el mundo corporativo le dio una visión de negocios y gerencial que completaba las mías siendo una alianza ganadora según los resultados que habíamos logrado

A los diez minutos Bill entro simulando cara de circunstancias, le encantaba el drama

-Entonces es definitivo, ¿me dejarás?, ¿Qué voy a hacer sin ti? – y aunque pretendió mantenerse serio, al final no pudo, soltando la carcajada

-¡Payaso!, ¿Algún día madurarás? – le suelto, aunque valora su sentido del humor y payasadas

-¿va en serio, no? - señala asumiendo una postura más formal

-Nunca he ido más en serio en la viva, quiero estar con mi familia, conocer a mi hija – digo y una sonrisa se dibuja en mis labios cada vez que recuerdo que ya soy el exitoso y solitario CEO de una empresa

 -Confío que ambos haremos lo propio para que lo que hemos construido y las alianzas con el MIT y Smart Project son el inicio para seguir creciendo. Vendré cuantas veces sea necesario encontraremos el balance para hacer que funcione- declaro porque estaba convencido de ello

-¡Cuenta conmigo Michael, me alegra de verdad saber que Laura y tú tienen una segunda oportunidad, fui testigo distante de lo ella tuvo que esforzarse para sobrellevar toda la situación, así que no vayas a hacer ninguna nueva estupidez, eh! Seguido nos sumergimos de lleno en los acuerdos de funcionamiento y plan de acción para avanzar con nuestros objetivos estratégicos.

Unas horas después terminamos la reunión, yo debía reunirme con Graciela para conversar de los arreglos de mi viaje y estadía. Así mismo quería me hiciera llegar al hotel un ramo de tulipanes bebes, color rosas y blanco que entregaría a mi hija el día sábado por su presentación, como se hace con las grandes estrellas, además de pedir un ramo de lirios y rosas para Laura con entrega en su oficina el lunes

Era claro para mí que debía conquistarlas a ambas y aunque Laura no era una mujer materialista, era romántica y valoraba los detalles

A las seis de la tarde ya había completado lo que tenía pendiente, estaba ansioso por iniciar esta nueva etapa de mi vida. El vuelo con destino a Boston saldría al día siguiente a las ocho de la mañana, así que me fui a mi casa, donde doña Emilia, la señora que me ayudaba con la casa, me había dejado cena

Estaba agotado y aunque esperaba ya hoy estar allá, llegaría un día antes de lo esperado, no se lo había dicho a Laura porque quería llegar y aclimatarme nuevamente a la ciudad, así que no más llegar tome una ducha, caliente la cena que estaba servida en el microondas, como siempre estuvo deliciosa

Luego de enviarle un mensaje a Laura, quien también había tenido una semana retadora porque estaba cerrando un proyecto, encendí la televisión para verla

Una alarma a lo lejos me saco del sueño profundo, me senté de golpe en la cama, afortunadamente la TV tenía apagado inteligente, busque mi celular dándome cuenta de que eran las seis de la mañana, había dormido nueve horas seguidas

Me sentía como un niño que espera la llegada de Santa Claus, solo que esta oportunidad yo iría por mi regalo. No me daba tiempo de ejercitar, lo haría en el hotel, realice toda mi rutina de higiene, me vestí con ropa informal y cómoda, jean desteñidos, franela blanca básica, botas y chaqueta de aviador y bufanda

Afortunadamente, había tomado la previsión de dejar la maleta lista una de las noches previas, desayunaría en el avión, así que a las siete ya mi chofer estaba pasando por mí para llevarme al aeropuerto, el cual por suerte quedaba a treinta minutos de casa

Luego de chequear y entregar el equipaje a las 7:45 am abordaba el avión y a las ocho en punto despega rumbo a encontrarme con mi familia

+++

Siete horas después, estábamos a punto de aterrizar luego de un vuelo de acuerdo a lo esperado, eran las 3 de tarde de un día ventoso al ser ya otoño




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