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QUERIDO SAO...

Cada vez que te peleabas con ella estuve ahí apoyándote, aconsejándote, distrayéndote para que no te sintieras mal. Cada vez que querías platicar de tus sentimientos, que, si te sentías bien o mal, estuve ahí para ti. No hice nadas más que apoyarte y estar para cuando me necesitaras, por qué . porque éramos amigos, porque para mí eso es ser amigos apoyarnos , en as buenas y en las malas, estar en una mención o debajo de un puente. Yo se tener amigos. Ahora estas diciendo que me extrañas, claro que lo haces te di todo , cada comodidad que querías te la di, lo hice posible, cada cosa. Transporte nunca faltaba, querías ir a algún lugar, perfecto, vamos, tenías ganas de algo, si comprémoslo, ¿qué te la pasabas a toda madre conmigo? Cada vez, puse como prioridad que te sintieras cómodo ¿y tú? ¿Dónde estuviste cuando te necesite? Con él, te fuiste, me dejaste sola, me diste la espalda y para que , para, ¿quedar bien con él? Quise entender, me aferré a la idealización de que no te estabas dando cuenta de lo que hacías, y por más que sabía que no era bueno para mi. Te entendí, entendí cada una de tus puñaladas a mi corazón. Pero te prometo que, aunque quise, nunca entenderé el porque te burlaste de mí, de mis pensamientos, de mi cuerpo, de mis gustos, de lo que hacia , de lo que no hacía, me hiciste pasar un infierno, en mente y cuerpo. ¿Era cierto cuando me abrazabas y decías que ya no estaría mas sola? Es momento de aceptar y soltar.

Y ¿aun así quieres que sea yo la que me disculpe?

Ridículo, no eres más que eso.

C.V.