¿quién eres?

Capítulo 2

Aunque Alicia no había estado ahí se había enterado de que luego de interrogar a los partícipes del incidente, los profesores concluyeron que la que había iniciado todo había sido Carolina, por lo que como castigo se quedaría hasta tarde ese día limpiando el gimnasio.

Sonó el timbre, la salida se volvió un campo de batalla entre los estudiantes que luchaban por salir antes que el resto. Cuando apareció Alicia, el caos acabó, todos se hicieron a un lado para dar paso a la reina de la escuela.

Entre elogios y palabras de ánimo debido a lo ocurrido en la cafetería, Alicia dejó atrás la escuela y el que esperaba fuera el peor día de su vida.

 

A la mañana siguiente, al llegar a la escuela, todo había vuelto a la normalidad. Las miradas de admiración y envidia desde lejos, el hecho de que casi nadie se atrevía a dirigirle la palabra y el respeto al que tan acostumbrada estaba. Esperaba que la broma de mal gusto del día anterior hubiera quedado ahí.

 

Cuando sonó el primer timbre, Alicia fue a su casillero y abrió la puerta lentamente. Suspiró aliviada al ver que nada caía, tras guardar la mochila y revisar su horario, cerró la puerta de un portazo, esperando encontrarse otra vez con Carolina.

La horrible cara que tanto odiaba no estaba frente a ella, ese día Carolina parecía no haber ido a la escuela.

Sonrió, feliz de no tener que verla en todo el día.

Caminó hacia el gimnasio, donde a medio camino la esperaba Max. Ella junto a su amigo caminaron a su siguiente clase, eran los primeros en llegar.

Pusieron un pie al otro lado de la puerta y los sensores de movimiento de las luces los detectaron, todo el lugar se iluminó, y reveló a los ojos una escena horrorosa.

 

En el suelo había un líquido oscuro y viscoso amontonado en pequeños charcos, dividido en pequeñas gotas esparcidas por todas partes o en grandes marcas de arrastre, había mechones de pelo aquí y allá, y en la entrada había una uña de un color rojo brillante. Toda la escena que parecía como de película de terror era un cuento de hadas en comparación con lo que había en el centro del gimnasio.

Colgado de una cuerda, goteando sangre, estaba el cuerpo sin vida de Carolina. Amarrada por los pies, con la cara que apenas se distinguía debido a toda la sangre que caía sobre ella desde el hueco que había en su cuello. Su cuerpo estaba lleno de contusiones, cortes, quemaduras y hematomas, había sido torturada hasta la muerte. Pero más que el cuerpo de la chica, lo dañado que estaba o la cantidad de sangre que haría a cualquier persona normal vomitar, otra cosa fue lo que llamó la atención de Alicia.

Cerró las puertas del gimnasio y las bloqueo por dentro, caminó hacia el cadáver y vio lo que tanto había llamado su atención.

Un gran letrero escrito con la sangre de Carolina, era más que claro a quién iba dirigido cuando, decía estas palabras:

ME DESHICE DE TU PROBLEMA, DESHAZTE TÚ DEL MÍO.
 

Alicia no se alteró demasiado y pensó con la cabeza fría, su popularidad se vería seriamente afectada si alguien tenía el intelecto suficiente para unir los puntos y llegar a la conclusión de que el asesino había matado a Carolina por ella. Con uno de sus pies empezó a borrar las letras poco a poco, hasta que no se vio nada más que un montón de manchas sin sentido.

Al otro lado de la puerta se oían a los demás alumnos gritando y aporreando la puerta para intentar pasar.

Max se acercó a ella sin hacer ruido y la ayudó, le quitó el zapato manchado de sangre y la cargó, juntos salieron por la salida de emergencia que daba al exterior del edificio, intentando no pisar la sangre esparcida por el lugar. Luego de eso fueron al baño, y se encerraron en él.




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