¿quién eres? - Hipótesis

Capítulo 6.

Entre todos ayudaron a improvisar una mesa al medio de todos con una Pitu totalmente ausente hasta que Romi de un solo codazo la hizo reaccionar.

 

—Servilletas —dijo Romi mirándola disimuladamente.

—¿Ah?, sí, servilletas, claro —las repartió una para cada uno.

—Vasos y bebidas —dijo Gael con las cosas ayudado por Vlad.

—¡Comida, muero de hambre! —exclamó Facho volviéndose a sentar y revisó una a una las cajas de pizzas—, ¿cuál es la que pedí yo?

—Creo que es la caja cerca de mi prima —indicó Vlad.

 

Casi se desmayó de los nervios Romi al ver tan de cerca a Facho.

 

—Primero una salud, por los reencuentros —alzó su vaso Gael mirando de reojo a Romi.

—¡Salud! —gritaron todos haciendo chocar los vasos.

—¡A los ojos! —gritó Romi riendo.

—¡Sí, ya saben lo que dicen! —completó Gael los dichos mirándola.

—¿Está bien tu pizza, Pitu? —preguntó Vlad.

—Sí, has acertado en los ingredientes —respondió aun sosteniendo el trozo de pizza en su mano—. Cinco años no pasan en vano, Vlad.

 

Ella sintió un pequeño tirón en la mano que sostenía su trozo y cuando se giró para ver la causa, se percató que Facho le había dado un mordisco.

 

—¡Hey! —reclamó por su actitud—, ¡te recuerdo que es mi pizza!

—No vi como que te la ibas a comer, hermanita —dijo él con la boca llena.

—¡Es Mi pizza, Facho! —dejó el trozo en la caja y llevó su mano a la cara de él.

—¿Qué haces, hermanita? —se trató de defender.

—¡Es MI pizza! —reclamó a lo que al mismo tiempo apretó sus mejillas—, ¡Facho!

—Está… increíble —habló entre cortado alejando el pie de ella que estaba sobre sus piernas cuando la había ayudado a sentarse.

—¡Porque es mía!, si querías probarla me preguntabas.

 

Perdieron el equilibrio y Facho se fue hacia atrás, cayendo ella sobre él quien sólo estalló en risa.

 

—¡Pitu! —exclamó Romi quien casi se levantó de su asiento para asegurarse que estuviera bien.

—¿Me compartes un pedazo de tu pizza, hermanita?

—¡Facho! —exclamó a lo que como pudo se trató de volver a sentar ayudada por Vlad.

—Ya, ya, no te enojes —dijo Facho volviéndose a sentar quien aún hablaba con su boca llena de pizza molida.

—¡Es que Facho!

—No te enojes conmigo, hermanita —y la abrazó atrayéndola hacia él.

—¡Tengo un pedazo menos de pizza, Facho!, la quiero de regreso.

 

A lo que ella volvió a apretar sus mejillas y en un momento de cordura, intuyó que su amiga debía estar espantada viéndola en esos momentos.

 

—¡Pitu! —exclamó Romi quien trató de no sonar preocupada.

—¿Quieres tu pedazo de pizza, hermanita? —preguntó Facho a lo que abrió su boca y muestra toda la pizza deshecha.

—¡Sí! —respondió sin pensar y le correspondió abriendo también la boca.

—¡Pitu! —dijo su amiga con su voz chillona que pone cuando está alarmada por algo—, ¡no seas asquerosa!

—¡No lo hará, Romi! —dijo muy segura porque consideró de que Facho no se iba a atrever.

—¡Dile algo, Vlad! —pidió ayuda su prima tratando que su amiga entrara entre en razón.

—Relájate, no pareciera que estén muy preocupados en que sea algo asqueroso.

 

Pitu creyó que efectivamente él no se iba a atrever, y pensó en su interior que Facho no tenía idea a quién está desafiando con su tontería, aunque se estaba comenzando a acercar con su boca a medio abrir y ya sin la pizza en su interior, ¿qué pretende?, ah, ¡no!, se determinó Pitu, ¡este desafío lo gano yo!

 

De pronto, ella cerró su boca al segundo cuando advirtió que él no tenía intenciones de retroceder, quedando muy cerca el uno del otro.

 

—Así de babeada, no la quiero —se giró casi aburrida con el intento asqueroso y tomó su antiguo trozo de pizza, comiéndolo como si nada hubiera pasado.

—¡No vuelvas a hacer algo así, Pitu! —reclamó Romi mirándola molesta—, ¡es asqueroso!

—No lo haré —y bebió un sorbo de bebida.

 

Acababa de dejar a Facho en el aire, siendo que en su vida le había pasado algo similar, de hecho, nadie había dejado pasar una oportunidad así con él, nadie y no exageraba en admitirlo, pero Pitu quien lo hizo creer por algunos instantes que podría ocurrir lo posible, de un segundo a otro cambió en 360° su reacción provocando su desconcierto.




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