¿quién eres? - Hipótesis

Capítulo 14.

Al pasar los días desde aquella conversación en donde Pitu le había comentado a Romi sobre que Vlad había mencionado que le había dicho ciertas cosas Gael sobre su prima, había sido un punto de no retorno en la mente de su mejor amiga a quien lo único que rondaba en la mente era resolver ese misterio. Fue así que Pitu estaba dispuesta en ayudarla, más aun, ocupar a Facho como pantalla de humo para llegar a conversar con Vlad sin levantar sospechas de sus verdaderas intenciones, pero solo había un problema, no tenía claro qué decir exactamente ara que fuera totalmente creíble.

 

Entonces, Lisy, la compañera de universidad de ellas, les pareció entregar la solución comentándoles sobre que Pitu tenía que hacer a Facho sugerir donde ella quería ir realmente.

 

—No sé —dijo Lisy quien dejó la revista sobre la mesa y la miró con atención—, dile algo para que él lo vea como que fue su idea, pero en realidad es tuya.

—¿Cómo así? —preguntó Pitu sorprendida.

—Por ejemplo, cuando quiero ir al centro comercial, yo le comento a mi novio que me gustaría algo que hay allí, entonces, él lo sugiere y ¡ya está!

—¿Así de fácil? —levantó la ceja con suspicacia por la supuesta eficacia del ejemplo—, no puede ser tan simple, capaz porque tu novio te conoce...

—A ellos les encanta ser los héroes de situaciones sobre todo con las mujeres —le pareció algo como obvio mencionarlo, pero por la cara de Pitu, ésta parecía desconocerlo—, además, hice el mismo ejercicio con mi papá, y funcionó igual, de hecho, me he dado cuenta que mi mamá lo hace todo el tiempo.No pierdes nada con intentarlo.

—¡Sí!, ¡sí!, ¡sí! —celebró Romi entusiasmada con la idea—, ¡suena perfecto!

—Para ti sonará perfecto —refunfuñó Pitu aún no muy convencida—, porque la que tiene que lidiar con Facho soy yo y no tú. Si él se llega a dar cuenta, no tienes idea de lo que me va a fastidiar.

 

Será que Pitu ¿lo intentaría o no?

 

Pero bastó con que Pitu golpeara dos veces su teléfono contra la mesa para que pudiera realizar la llamada esperando que no se cortara, se sintió nerviosa porque de haber sido otra la situación no hubiera recurrido a Facho para solucionar lo que estaba pronto a comunicarle, pero allí estaba, esperando que él no fuera a sospechar nada y que la terminara solo fastidiando al descubrirla mintiendo. Y antes que él le fuera a conversar, ella le hizo el comentario que antes había ideado junto a Lisy, sin embargo, olvidó el detalle sobre que tan buenos amigos era con Santiago quien parecía aportar a la solución de ir al departamento de Vlad.

 

—¿Te das cuenta?, ahora ¡tendré que soportar al idiota de Santiago!

—No es mi culpa que hayas pasado por alto que ellos estarían juntos si son buenos amigos.

 

Para que funcionara su idea, Pitu se fue desde su universidad en donde estaba con Romi hasta el centro de la ciudad, sin embargo, se tuvo que dar una tremenda vuelta para justificar su mentira sobre que estaba cerca de la UESTA, esa fue la razón por la que tuvo que caminar muchas cuadras solo para pasar por una tienda en especial, odió todo ese paseo innecesario, pero era preciso si quería saber qué más cosas Vlad le había comentado a Gael sobre su mejor amiga.

 

En tanto, Facho junto a Santiago la aguardaban en la entrada de la UESTA lugar que habían indicado como punto de encuentro, y desde que él había cortado la llamada con su hermanita le había estado advirtiendo a su mejor amigo que no la fastidiara, recordándole una vez más que Pitu lo veía como un idiota, sin embargo, Santiago quería cambiar esa apreciación errónea, para eso él tendría que cambiar su actitud, aunque ella ya le había dicho que no se atreviera a intentarlo.

 

Le hizo ilusión a Santiago darse cuenta que las oportunidades se estaban presentando como ahora, donde aprovecharía de intentar conversar con ella, tal como él se lo había propuesto, por lo mismo, cambió sus planes para poder acompañarla al departamento de Vlad. Y si bien la ansiedad parecía embargarlo, se decidió despejarse un poco antes de ese encuentro, por lo que se enfocó al igual que Facho en la pantalla de su teléfono para mirar un partido de fútbol, y a los minutos levantó la vista encontrándose con los ojos de Pitu quien se acercaba poco a poco.

 

—¡Hola!, ¿me esperan hace mucho tiempo?

 

Facho se vino a percatar que su hermanita había llegado solo cuando la escuchó.

 

—Diez minutos más y moríamos de hipotermia, nada grave hermanita —dijo Facho guardando su teléfono en el bolsillo de su pantalón.

—¿Qué tal si regreso en diez minutos?

 

A Santiago le pareció cómico el comentario, por lo que una suave sonrisa se dibujó en su rostro.

 

—¿Me pagas así?, te estamos ayudando con tu problema…

—Ya, ya, no seas exagerado hermanito —y al pasar por su lado le pellizco una mejilla.




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