A mis 16 años, mi madre, si es que así podía titularla, gritó con ímpetu que me marchara de SU hogar, puesto que al parecer, jamás fue el mío. Parece ser que era demasiada carga, que arruinaba sus planes y tan solo era un estorbo... Esas palabras que soltó, sin remordimiento alguno, hirientes por sobre todo, sin importar que mi hermana estuviera oyendo, hizo que algo dentro mío me impulsara a irme. Era evidente que mi presencia les disgustaba a todos en esa casa.
En el momento que pude alejarme de aquel sitió lo primero que llegué a pensar fue:
-¿ahora a dónde voy?-
Salí de aquel lugar muy agitada y disgustada por los sucesos que habían ocurrido.
Estuve viviendo en aquella casa durante mis últimos 3 años ya que mi padre no podía tenerme en su casa.
Amanda mi madre había peleado por mi custodia como despecho hacia el hombre que la abandonó en aquel lugar sola con su pequeña hija a la cual se aferraba.
Raúl mi padre me amaba y hacía todo por mí, tenía una posición social alta y una acogedora casa. Solíamos charlar sobre todas las cosas que planeábamos hacer.
Ahora una mujerzuela que se hacía llamar mi madre le había quitado a ese gran hombre lo que él más apreciaba.
Al haber perdido la custodia sufrió demasiado era tanto el dolor que estaba apunto de cometer el delito de sacarme a la fuerza ya que para el yo era su razón de vida y estabilidad en este mundo, o eso era lo que el solía decirme en las incontables llamadas que hacíamos a diario.
Cuando salí de ese lugar fui hacia la única casa en la que me sentía segura. Llegue golpeé varias veces la puerta en lo que sale Claris nuestra mucama a abrirme la puerta. Ella al verme su rostro se iluminó de tal manera que creí que lloraría en un pestañeo, inmediatamente me dejó pasar, corrió a abrazarme dejándome en algunos momentos sin aliento y llamo a mi padre quien probablemente estaba en un viaje de negocio.
La última vez que hablamos me contó que el viaje que estaba planeando iba a dar un empujón a su carrera. A lo que yo llamaría la sima.
Claris ayudó a alistar mis cosas en mi respectiva habitación. Me dijo que mi padre llegaría en dos semanas, que podía hacer uso de esta casa como si fuera mía, lo que mi padre se aseguró de hacerme saber. Me mantuvo al tanto de todo lo que tenía que saber, también me habia dicho que pronto comenzaría con las clases particulares, que me enseñaría lo necesario para manejar una empresa y más cosas que servirían para mi futura carrera.
Lo que el quería era que me preparará para heredar su empresa (imperio) ya que me lo vivía repitiendo incontablemente y sin descanso.
Las semanas en las que estuve estudiando fueron agitadas y abrumadoras. Al principio me sentía bien pero luego seguían sumándose más y más cosas como si la información que recibía no llegaba a ser suficiente como si necesitara más.
Había algo raro en esa casa que me hacía dudar de si hice bien el venir aquí. Parecía como si quisieran convertirme en una máquina.
No se si sirva para aquello que me están encomendando, no se siente como algo que quiera o deba hacer.
Una noche había escuchado a mi padre hablar con un hombre extraño, escuche decirle que el proyecto "Exit" había comenzado con éxito y que ya las moscas molestas dejaron de zumbar a su alrededor. Quise comprobar lo que decía llamando a mi madre, pero lo que escuché me dejó atónita, no creía capaz todo lo que había escuchado. Muchas noches esperaba que me llamaran, diciendo que todo lo que viví en las últimas 3 semanas eran una broma sin gracia, pero esas llamadas nunca llegarían.
No se si estoy haciendo bien el continuar quedándome aquí pero creo que será necesario saber que es lo que está ocurriendo en esta casa.
Llevo días tratando de averiguar algo pero se me hace muy difícil conseguir información de algo en concreto. No puedo concentrarme en nada y eso mi padre lo está notando. Tengo miedo de que en algún momento se de cuenta de que lo trató de hacer y quiera meter cartas en el asunto...
Eso me metería en problema porque no estoy segura de lo que seria capaz de hacerme, no quiero comprobarlo tampoco ya que seria un gran error de mi parte.
¿estaré pensando mal? ¿Mi padre es un hombre honesto? ¿El quiere lo mejor para mí vida? Esas eran preguntas que me hacía frecuentemente, no sabía si quería saber las respuestas pero estaba segura de que más adelante me enteraría.
Un día me cansé de pensar tanto, preferí vivir el momento, quería creer que el me amaría más de lo que yo a el, quería cegarme. Engañada escuchaba como mi mucama empacaba sus maletas.
"el lo hace por mí bien" Seguía repitiendome cada vez que el golpeaba mi manos con una bara de madera. "Estas haciendo lo correcto" me decía cuando dudaba de falsificar las firmas que me pedía.
Creo que mi don no es algo de lo que tenga que sentirme orgullosa.