Estaba acostado en la cama del dormitorio tranquilo, luego de mi sesión de estudio de Yousuke-sempai y Kamijou-sempai. Había estado tan inmerso en las clases y trabajos que en un buen tiempo apenas tenía tiempo para descansar. Gwen-san aun no regresa al instituto, aunque de nada sirve si regresa o no porque en estos momentos, él me odia.
Las semanas siguientes a la visita en el hospital, estaba tan nervioso por la llegada de Gwen-san al salón, ¿él me hablará? ¿seguirá enojado conmigo? ¿Qué debo hacer cuando nos encontremos de nuevo? Ah no me gusta esta sensación de no saber nada, tal vez hubiese sido mejor nunca haberme involucrado con Gwen-san.
La tonada de Wu Ji en piano empezó a sonar desde mi celular, era una llamada entrante de mi hermano:
—¿diga?
—Kikusui cuanto tiempo —la voz de mi hermano se escuchaba agotada.
—¿ocurre algo hermano?
—debe caer un huracán para querer hablar con mi hermano menor.
—tienes razón, lo siento.
—¿Cómo va la escuela? ¿haces tus deberes a tiempo? —mi hermano siempre es así, le gusta que tenga buenas calificaciones.
—me va bastante bien —será mejor no decirle lo que ocurrió con Gwen-san —de hecho, hace poco terminé una sesión de estudio.
—ah que nostálgico, cuando yo fui presidente del consejo estudiantil debía también participar de esas sesiones de estudio…
—oh por favor, no empecemos con tus historias hermano.
—¿Qué ya estas grande para las historias de tu hermano?
—Kaito… —le respondí con un dejo en la voz.
—ok, ok ya entendí.
—¿entonces?
—en realidad te llamaba porque tengo una propuesta para ti hermanito.
—¿propuesta? ¿Qué propuesta?
—oh, pero te interesa.
—hermano.
—lo siento, lo siento, recuerdas esa película animada que produjimos en colaboración con I.G.
—sí, Sueños de Fantasía —el recuerdo de Gwen-san me vino de repente.
—qué bueno que la recuerdes, pues vamos a producir la secuela y Yamauchi-kantoku* quiere que tú y Ayumu-kun regresen como los personajes principales.
—¿quiere que yo vuelva ser Haku? ¿yo? ¿Por qué?
—no vengas con el por qué, eres bueno, la gente se conectó mucho con tu personaje — ¿de verdad?
—no pensé que de verdad les hubiese gustado.
De repente, el rostro de sorpresa de Gwen-san me vino a la memoria, ese fue el primer día que chocamos de frente. Me veo levantando el celular y revisando que no estuviese roto, al ver la pantalla me di cuenta de que Gwen-san estaba leyendo, Sueños de Fantasía. Mi propia voz me revolvió la cabeza <<OTAKU>> ah no podía haberle dicho otra cosa si no otaku. Yo y mi gran boca.
¿y si Gwen-san se entera que yo soy la voz Haku? ¿le seguirá gustando la serie? ¿debería aceptar la oferta?
—¡Kikusui! —gritó mi hermano detrás del teléfono.
—ah lo siento ¿Qué pasa?
—hey ¿seguro que esta todo bien?
—sí, estoy pensando, en algo…
—ok ¿dime que decides? ¿aceptarás la oferta?
—ah que tenemos que perder, sí, acepto el papel.
—magnifico Kikusui, envíame tus horarios de clase, mañana iré a hablar con el abuelo y tu maestro encargado, hiciste una buena decisión hermanito.
—espero que sí.
Terminé la llamada con mi hermano y me quedé allí un buen rato mirando el techo, cuando una alocada idea me cruzó por la cabeza. Y si hacer la película fuera una forma de empezar de nuevo una relación amistosa con Gwen-san. La probabilidad era muy escasa, pero allí estaba, una pequeña idea, no, no era una idea… era una ilusión.
***** *****
Todo era un desastre, Shinohara estaba tan enojado, que no había caso en seguir en el plan de ir a los juegos. Estaba sentado en la banca del parque cerca de nuestras casas, tenía un chupa-chips de fresa en la boca y movía de arriba-abajo la pierna:
—Shinohara —no me contestó —ah mira, ya pasó.
—no es eso, les dije que… se comportaran… —Shinohara apoyó sus codos sobre las rodillas, el buso vino tinto que traía puesto ondeó tan fuerte que dejó al descubierto su camiseta de color negro con un estampado de guitarras —son unos idiotas.
—está bien igual, ya paso.
—quería que fuera especial —esto lo dijo en japones y lo entendí —es… era tu primer día desde que empezaste la terapia, el día en que te habías animado a salir y ellos lo arruinaron todo.
—está bien, ya quedó todo en el pasado ¿sí? —me senté junto a Shinohara —yo estoy bien —le dije en japones.
—jaja mira ya casi hablas bien el idioma.