Capítulo 5.4

-Nunca lo dejes de hacer...

Asiento sintiendo mis mejillas calentarse, Agus no se detiene en ninguno de los hermosos paisajes por los que pasamos, ni por un hermoso jardín ni por las sombras que los árboles brindan en un largo trillo, no, él sigue corriendo con fuerza y eso me gusta. Nos adentramos en un espeso y hermoso bosque, los árboles son enormes y el sol no nos da mucho que digamos, pero algunos rayos se filtran entre las ramas marrones, el suelo está lleno de hojas de distintos colores pero parece estar libre de objetos peligrosos para los caballos o para nadie. Poco a poco Ian va bajando la velocidad hasta que nos detenemos frente a un claro inigualable

-Dios...

-Es magnífico ¿cierto?-asiento petrificada, sin poder apartar mi vista del hermoso panorama que nos rodea, a solo unos pasos vemos un cristalino lago, no tan grande pero aún así hermoso-¿Quieres un chapuzón?-me río

-¿Eso se pregunta?-sonríe

-Cierto que no-se baja de un salto de Agus y luego me ayuda a bajar a mí, quien tiemblo por la adrenalina y ambos sonreímos conscientes de eso, amarra a Aguas a un árbol cercano, ya que el lago se encuentra rodeado de los mismos en su totalidad y se encuentra sumido completamente en las sombras, aparto mi vista cuando siento una mano en mi cintura y veo a Ian, sin camisa y descalzo, por lo que trago fuertemente-¿Entonces esta ocasión no me preguntarás si hay tiburones o cocodrilos?-sonrío y le guiño un ojo

-Digamos que confío en ti más que antes-él sonríe y me guiña un ojo

-Eso es un alivio, ¿vamos?-acepto su mano caminamos suavemente hasta el agua que no tarda ni un minuto en estar bajo nuestros pies

-Ufff-gimo dando un brinquito
-¡Está congelada!-lo miro riendo

-¿Corremos?

-¡Corremos!- sin soltar nuestras manos nos echamos a correr hasta que el agua nos llega a los muslos y ambos nos sumergimos al mismo tiempo para adaptarnos a la temperatura lo más rápido posible, nadamos por abajo unos minutos y cuando salimos a la superficie nos reímos

-Es delicioso este lugar

-Y más si estoy yo aquí-me río fuertemente y le echo agua con mis manos

-¡Por favor deja de ser tan creído, yo soy la Cupido, no tú!-nos embarcamos en una lucha de olas humanas en la que ambos quedamos empatados, y cuando retomamos nuestra respiración normal sonrío-¿También tienes alguna anécdota graciosa de como descubriste este lugar?-sonríe

-No, la primera vez que vinimos aquí tenía ocho años y fue para nadar con toda la familia, los mayores habían decido no venir hasta que todos los chicos tuviéramos conciencia y supiéramos nadar, ya que como te habrás dado cuenta, es bastante hondo-asiento sonriendo

-Es bastante profundo la verdad

-Hace rato que no venía aquí-lo miro curiosa por su tono de nostalgia y al ver como mira todo con añoranza

-¿Cuánto?

-Ocho meses más o menos

-¿Y eso?, valla sé que debes estar ocupado como le dijiste a Ada, pero no hay tantas horas de allá a acá-él me sonríe un poco

-Digamos que no me quería encontrar con alguien de aquí-abro mis ojos ligeramente sorprendida, me esperaba cualquier cosa menos eso

-Ooo, ya veo, pues lamento que me hayas tenido que traer aquí precisamente-él sonríe de pronto

-No lo lamentes, me gustó volver a ver a mi familia, descuida, esa persona ya no me afecta-lo miro dudosa

-¿Seguro?-sonríe y la verdad parece sincero

-Tan seguro como que tú estás aquí conmigo-sonrío y me sumerjo en el agua para evitar que vea mi sonrojo. No quiero aceptarlo pero Ian me está cautivando, y creo que demasiado. Los paseos y sus detalles ayudan pero lo que más aprecio son sus abrazos y su presencia. Cada vez que estoy con él es como si nada malo podría ocurrirme, sé que es absurdo pero a su lado encuentro desde paz y tranquilidad hasta nervios, ansiedad y alegría, mucha alegría. Y sé que muchas de esas cosas una verdadera amistad las produce pero muchas otras sé que no. Ian es atractivo y tiene el don natural de coqueteo pero nunca se ha propasado ni siquiera un poquito conmigo y eso me frena de decir o hacer algo respecto a lo que siento. A ver, ¿qué chico que se sienta atraído hacia una chica no intenta ni siquiera besar a la chica cuando la tiene durmiendo plácidamente en su cama o acariciar distraídamente su cintura en un baile? Es cierto que siento muchas cosas bonitas cuando me mira, me habla o me abraza, pero esas tres cosas son naturales de los amigos y eso es lo peor, siento la horrible sensación de que me están enviando nuevamente a la friendzone y yo no quiero volver a estar ahí pero la verdad creo que es mejor esperar y ver que pasa. Buff, si, ya sé, yo también soy una cobarde, no me juzguen.

-Ey, ¡estás mejorando mucho!-miro a Ian sonriendo cuando paro de nadar

-¿A si?-él asiente sonriente

-Si fuera por mí, te pondría en mi equipo pero...

-¡Oh Dios!-lo miro alarmada y él se preocupa rápidamente

-¿Qué pasa? ¿Tienes un calambre?-se acerca y sostiene mi cuerpo

-No, no-toco sus hombros preocupada-Los chicos de tu equipo de natación, ¿recuerdas? Debías hacerte cargo de su entrenamiento-Ian se comienza a reír y lo miro confusa-¿Por qué te ríes?

-Gracias por preocuparte tanto-aparta un mechón de cabello de mi rostro y lo coloca suavemente detrás de mi oreja- En serio, me gusta que te preocupes tanto pero descuida, todo está controlado, ayer yo les di las indicaciones a seguir a todos los chicos, y confío en que ellos las seguirán, por suerte un amigo de uno de los chicos tiene una piscina, no es muy grande pero podrán entrenar allí-suspiro de alivio

-Eso es un alivio, ¡Dios! Dejaste todo a medias por mi culpa, yo...-sonríe

-Tranquila, no es como si hubiéramos estado en tiempo de exámenes-me guiña un ojo y yo niego riendo

-Es decir que si estuviéramos en tiempo de exámenes si me hubieras echado la culpa-se pone serio y mi respiración se corta cuando se acerca a mi oído

-Culparía a tú papá, pero no le digas a nadie-rompo a reír a carcajadas y lo empujo riendo mientras intento poner un poco de distancia entre nuestros cuerpos