Capítulo 7.2

-¡Sal ya!-grito sin dejar de ver a Ian con toda la furia recorriéndome entera, Vanessa se va y yo le tiro a Ian su maldita mochila-¡¿Cómo te atreves a engañarme de esa manera?! ¡No tienes ni idea de cómo me sentí cuando te besé en el gimnasio! ¡No sabes nada!-grito acercándome a él-Sentí que estaba traicionando a Vanessa, a mi mejor amiga de infancia, pensé-me río cínicamente-Pensé que te estaba tentando demasiado, ¡que te había hecho traicionar a tu novia!-lo golpeo en el hombro con fuerza haciéndolo tambalearse-Me mentiste diciendo que vendías tu moto ¿Qué querías lograr? ¿Qué me sintiera aún más miserable? Pues sorpresa-digo sarcástica-¡Lo conseguiste! ¿Sabes lo que hice? Averigüé a donde habías vendido la bendita moto, te la iba a comprar Ian-digo bajando mi voz al ver su sorpresa-Esta mujer que solo piensa en el dinero iba a comprar una maldita moto para devolvértela, esta mujer tiene hoy un montón de maquillaje tapando las horrible ojeras que tengo porque me atormentas en pesadillas, ¡pesadillas que me repiten una y otra y otra vez que no podemos estar juntos!-grito ya abrumada porque no me entienda, porque no valore nada de lo que hago

-Pero ¿por qué no podemos estar juntos Ariadnna?-aparto la mirada, no, no le puedo decir por más que quiera- ¡Todo iba bien hasta luego del concurso!-susurra frustrado mientras se acerca aún más a mí- Lo siento si me sobrepasé pero es que tú, tú me vuelves loco-toma mi cuerpo entre sus brazos sorprendiéndome-Yo no puedo estar bien sin ti, por Dios Ariadnna-esconde su cabeza en mi cuello y siento como mi cuerpo empieza a vibrar-Dime que hago mal

-Ian...

-No, no, no uses ese tono, no dejaré que te vuelvas a separar de mí-dice mirándome fijamente mientras pega mi espalda a una pared que queda entre dos casilleros haciendo que estemos en un rincón prácticamente donde no nos podemos casi ni mover

-Ian, yo...

-Tú me quieres y yo te quiero, somos jóvenes y solteros, sino es el dinero dime ¿cuál es el bendito problema?-dejo caer mi cabeza hacia atrás exasperada

-No te puedo decir, solo sé que esto no está bien

-Entonces escondámoslo-lo miro sorprendida y él se ríe apretando aún más mi cintura contra su torso-No me mires así, tú eres la que no me quiere decir, si me dijeras lo que pasa lo arreglaríamos

-No es tan fácil, yo no quiero fingir

-Pues entonces se mi novia

-Ian

-Ves, te vas a volver a acobardar-muerdo mi labio furiosa

-Aquí el único cobarde y pendenciero eres tú-digo golpeando su hombro suavemente

-¿Pendenciero?-me mira curioso-¿Qué te tortura de mí nena?-cierro mis labios intentando controlar mi respiración-Dime nena-trago saliva cuando una de sus manos baja por la falda y eriza mi piel al sentir como sube el vestido mientras su mano acaricia uno de mis muslos, siento como mi vientre se contrae y cierro mis ojos suspirando del placer de esa simple caricia

-Ian

-Mmm-besa mi mandíbula mientras no deja de acariciarme ni de apretar mi cintura

-Para-coloco una mano en su pecho para intentarlo separar pero él solo sonríe

-No quieres que pare nena, tu cuerpo me lo dice-besa mi cuello aunque deja de mover su mano entre mis muslos y eso me relaja un poco, entonces recuerdo cuando me vi al espejo y pensé en él-¿En qué pensaste que te ruborizaste nena?-siento mi cuerpo tensarse completamente y luego como él sonríe-Dime Ariadnna, tengo curiosidad-empieza a mover nuevamente sus dedos en la piel de mis muslos mientras se van acercando cada vez más a mi centro

-Ian, esto no está bien

-Si quieres que pare de mover mi dedos dime en que pensaste-mi respiración se acelera al sentir como en verdad se va acercando a una velocidad más rápida

-Pensaba en lo bien que se sentiría que besaras la piel entre mis pechos-digo todo a carretilla y él sonríe mientras detiene la mano y yo suspiro un poco relajada

-Mmm, yo pensé que este vestido me gusta demasiado-lo miro confusa y él me guiña un ojo mientras la mano que sostenía mi cintura baja el zíper que se encuentra a mitad de mi vestido en la parte delantera sorprendiéndome

-¡O dios!-¡estoy en sostén en frente de Ian!

-Si nena, o dios, eres hermosa-deja un beso en mi pecho que me hace retorcerme un poco, va bajando hasta que su nariz se encuentra justo en medio de mis senos ¡mierda! Siento como me huele y siento mi torso tensarse pero contra todo pronóstico se tuvo que separar al escuchar una puerta abrirse-Mierda-me tapo la boca para no reír al ver la desesperación en el rostro de Ian-Quédate aquí, no te verán-ahora yo soy la que la que lo mira horrorizada y él sonríe, besa mis labios tiernamente haciendo que sonría y luego se separa para sentarse en una banca con su mochila. Los chicos no son tan malos como pensaba, hablaban de sus novias y de algunos problemas pero nada cochino o de drogas. Los chicos van a la piscina dejando a Ian todavía en la banca y siento espasmos recorrer mi cuerpo por la risa suprimida, él se acerca a mí y besa mi frente mientras me abraza tiernamente, un gesto que me llena de paz y alegría

-Tendrás que esperar aquí hasta que el entrenamiento termine-remojo mis labios sintiendo mi rostro calentarse al verlo a los ojos, haciendo aún más real lo que pasó-Te ves preciosa sonrojada-acaricia mis mejillas suavemente y yo sonrío-Y tienes la sonrisa más hermosa que he visto en mi vida-sin poder evitarlo lo acerco a mí y beso sus labios, no teniendo suficiente de él, a los minutos se va al baño y yo suspiro sin creer toda esta situación, siento un alivio enorme recorrerme, él nunca estuvo con Vanessa, ufff, es un idiota pero es mi idiota. Al poco va a la piscina y yo suspiro, tomo mi teléfono y estudio algunos documentos con respecto a lo de la empresa, el tiempo pasa y me quedo estática al sentir a todos los chicos entrar nuevamente por suerte yo no soy descubierta, todos se marchan excepto Ian quien me sonríe y tomando mis caderas me acerca a su cuerpo, aspiro su aroma mientras dejo caer mi cabeza en su pecho