Capítulo 4

Aquella mañana me costó despertarme más que nunca. Me miré en el espejo, toda despeinada y con ojeras. Miré mi ropa...

- Perfecto Lynn...ahora tienes el uniforme arrugado – dije en un suspiro.

Obviamente no me daba tiempo a plancharlo, así que me recoloqué bien la chaqueta y la camisa intentando alisarla con mis manos. Me quité aquella estúpida falda y saqué con delicadeza el pantalón de la bosa que compré ayer. Me lo puse y arreglé mi pelo. Lavé mi cara y me cepillé los dientes – aunque no hubiera desayunado – ya que anoche no lo hice.

Cogí el tren y me dirigí a la UA, la cual estaba a casi una hora de mi casa. En este, los estudiantes de diferentes lugares, me miraban raro. Y era obvio...era una chica utilizando el uniforme de chico. Era normal atraer las miradas de la gente, aunque aquello me pusiera muy nerviosa pues odiaba ser el centro de atención.

Tras aquella hora larga, llegué a la entrada de la UA. Realmente ya iba tarde, por solo cinco minutos, pero seguramente ya habrían comenzado las clases.

Me situé delante de la puerta de mi clase "1ºA", levanté mi mano y, tras un suspiro, toqué tres veces. La voz que había dentro de la sala se calló y escuché los pasos caminar hasta mí:

- Llegas tarde señorit.... – empezó a decir el profesor Aizawa, pero su voz se fue apagando a la vez que me vio vestida - ¿A qué se debe su uniforme? – dijo enfadado – Las normas están para todos.

Realmente era fastidioso este profesor.

- Lo siento, me quedé dormida – dije sinceramente – El uniforme...prefiero llevar pantalón. – sentencié.

- Luego hablaremos sobre eso, por el momento pasa, no tengo tiempo – dijo mientras terminó de abrir la puerta para darme paso.

Todas aquellas miradas se clavaron en mí, sobre todo, en mis pantalones. Pero nadie abrió la boca.

Las clases continuaron con total normalidad, teoría aburrida, prácticas... A la hora del almuerzo solo cogí una manzana y agua. No tenía apetito.

- ¿Solo comerás eso? – dijo Ochako, la chica simpática.

- No tengo hambre – respondí fingiendo una sonrisa,

- Vente con nosotros – me dijo.

No pude decirle que no así que, simplemente, le seguí hasta la mesa. En esta se encontraban Midoriya, Iida, Todoroki y Tsuyu.

- He traído a Minamino – dijo Ochako – Espero que no os importe.

Muy lejos de escuchar quejas o ver malas caras, al contrario, me aceptaron de buena manera.

- Claro, siéntate Minamino – dijo Midoriya mientras se movía a un lado para que me sentara a su lado en aquel largo banco de madera.

- G...gracias – agradecí mientras me senté y puse mi comida en la mesa.

- ¿Solo eso? – preguntó esta vez Iida, nuestro delegado de clase.

Asentí.

- No tengo mucha hambre – dije mientras cogí la manzana – Que aproveche.

Sin mucha más conversación, nos pusimos a comer. Realmente era la primera vez que compartía mesa con el resto de mi clase pues, normalmente, no comía en el comedor o me iba a cualquier mesa vacía.

Para mi suerte, nadie dijo nada sobre los pantalones. Es más, pareció como si nunca hubiera sucedido, como si estuviera cumpliendo las normas de vestimenta.

Pero lo realmente malo vino después, cuando tuve que cumplir mi castigo con Aizawa.

¡Hasta aquí el capítulo de hoy!

Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!

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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.

EDITORIAL: Ediciones Arcanas.

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