Capítulo 8

Una vez puse un pie fuera de la UA, suspiré sin poder evitarlo.

- Esto va a ser muy cansado – solté en un resoplo mientras pensaba en todo lo que me quedaba.

Sin más, activé mi poder y, con ayuda del viento, me fui impulsando para ir atravesando todo el camino que debía de hacer.

En el transcurso, fui fijándome de todo mi alrededor: las calles vacías, los pocos coches que viajaban vuelta a casa del trabajo, algunos pequeños animales haciendo ruido, entre otros.

Tras una hora con mi poder al máximo, tuve que parar para poder recuperar energía. Esto me consumía demasiado y, si seguía así, terminaría quitándome mi propio oxígeno y podría asfixiarme sin darme cuenta. Tras desactivar mi quirk, me ajusté de nuevo la mochila a mi espalda y continué con una agradable y tranquila caminata. Aunque hacía algo de fresco, estaba bastante a gusto. Realmente, y sin notarlo, había hecho ya un poco más de la mitad de trayecto.

Y mi paz tuvo que verse perturbada en una de las calles que tomé.

- ¿Qué hace una jovencita por aquí a estas horas? – dijo un hombre, aparentemente borracho y con una botella de alcohol bastante de mala calidad e incluso algo quebrada, pero nada peligroso.

Obviamente, le ignoré y seguí mi camino sin importarme aquel señor. No quería entrometerme en nada.

- No seas maleducada – pronunció en voz alta mientras me lanzaba la botella de cristal que, al impactar con mi brazo, se rompió y me hizo un pequeño corte.

- Aish... - me quejé más por fastidio que por dolor. Además, ahora apestaba a alcohol ya que parte de mi chaqueta y pantalón se mojaron con el líquido de esta. – Si no quiere problemas, váyase a su casa. – le dije bastante molesta.

Pero, así sin más, activo su quirk y se lanzó tambaleante sobre mí, dispuesto a golpearme.

Estaba un poco débil como para activar mi poder sin correr riesgos, así que preferí enfrentarme cuerpo a cuerpo, sin el control del aire. Con mi codo golpeé su espalda tirándole al suelo. Tiempo suficiente en el que me dio tiempo a escapar mientras este se recomponía y me maldecía.

- Por los pelos – dije en un suspiro a la vez que continué en mi marcha hasta casa.

Entre caminar con o sin mis poderes, intercalándolos, llegué a la entrada de mi casa.

Ya era bastante tarde, casi de madrugada...y lo único que pensaba era en qué me diría mi padre al entrar por aquella puerta ...deseaba con todas mis fuerzas que hoy no hubiera aparecido por casa.

Pero, sin embargo, allí estaba.

- ¡Puta! ¿¡Y mi comida!? – gritó sin darme tiempo siquiera a cerrar la puerta.

Me cogió con fuerza del cuello de la camiseta y me acercó hasta él.

Pero al acercarme tanto, me olió.

- ¿Alcohol? ¿Has estado bebiendo? – tras decir aquello, aunque él no era el más indicado, me lanzó con furia - ¡Eres una perra inútil! – gritó mientras me soltó una patada en el estómago.

Ahora comenzaría mi terror.

¡Hasta aquí el capítulo de hoy!

Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!

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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.

EDITORIAL: Ediciones Arcanas.

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♡¡Hasta pronto!♡