Capítulo 9

Allí me encontraba: tirada en el suelo mientras observaba al furioso
de mi padre volver directo hacia mi para volver a golpearme. Justo
antes de sentir el impacto, vi un hueco por el que podría escapar a la
perfección para poder llegar a mi dormitorio y encerrarme.
Y así hice.
En cuanto vi la oportunidad, le empujé y eché a correr hasta la habitación.

- ¡Maldita borracha! ¡Sal de ahí! - empezó a gritar mientras golpeaba la puerta.
- ¡No! T...tengo que estudiar para un examen de mañana, justo estaba
en casa de uno de mis compañeros estudiando y bebimos un poco de
cerveza, por accidente, pensábamos que era zumo de uva normal.
- ¡No mientas! - dijo exaltado a la vez que dio un puñetazo tan fuerte
que pensaba que había roto la cerradura.
- ¡Lo juro! - realmente las promesas no servían en esta casa, jurar
algo era completamente inválido y, para nada, creíble...pero era lo
único que podía decir.
- Mañana hablaré con tu tutor para saber si es verdad - dijo en un
largo suspiro - Por esta vez lo dejaré pasar porque necesito que seas
heroína...pero como vuelvas a beber...prepárate - soltó con un tono de
voz tan amenazante que un gran escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
- Si... - dije antes de escucharle salir del pasillo y encender la televisión.

Mierda....de nuevo la había cagado...¿cómo iba a salir de esta? Llegar
tarde a casa, a causa del castigo que me dio el profesor, fue un
tremendo inconveniente...pero que la dichosa botella de alcohol de
aquel cretino se rompiera al golpearme, fue mucho peor, pues fue por
culpa de aquello que la pelea se estaba volviendo cada vez peor.

Lentamente, y con pereza de despertar mañana por la mañana para
enfrentarme a otro - seguramente - día lleno de problemas y desdichas,
empecé a quitarme la ropa para entrar a la ducha, que por suerte
estaba en el pequeño baño privado que había en mi dormitorio.
Abrí el agua y dejé que golpeara mi piel a la vez que se iba aquel
rastro de olor a alcohol de mi cuerpo junto con la sangre que había en
mi brazo a causa de la botella de cristal que impactó sobre mi. Miré
de cerca la herida que me ocasionó el cristal.
- Por suerte no es muy profunda - dije en un suspiro mientras la revisaba.
No era grave, ni necesitaría puntos, pero tampoco leve. Con
tratamiento casero y una venda, curará en una semana.
Por lo demás, mi estómago tenía un tono oscuro tras la patada de mi
padre, pero al igual que la herida: nada grave. Tal vez me salga un
hematoma pero se curará en unos pocos días.
Una vez lista, salí de la ducha y me puse el pijama. Antes de poder
lanzarme a la cama y sentir las cálidas sábanas abrazarme, tuve que
lavar mi camiseta en el lavabo con jabón de manos para quitarle el
olor a alcohol...no podía aparecer así en la UA.

Llegaba justo de tiempo a clase, pero sin problema.
Fui hasta el baño y allí me cambié el uniforme: el pantalón por la
falda. A partir de ahora así sería como lo iba a hacer.
Al llegar a mi aula, me senté en mi pupitre y eché la cabeza hacia
atrás, con alivio.
- Buenos días, alumnos - habló nuestro perezoso tutor mientras
entraba. - Hoy vamos a tener una práctica de técnica en el centro de
entrenamiento.
Obviamente, todos los alumnos empezaron a gritar emocionados por aquello.

Pero a mi....no me pareció tan buena idea.

¡Hasta aquí el capítulo de hoy!

Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!

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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.

EDITORIAL: Ediciones Arcanas.

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♡¡Hasta pronto!♡