"¡quiero un gordito para llevar!"

¡Un ángel bastante grandote!

—¡Smith, Quédate! Tengo que hablar un par de cosas contigo.

—Sí, señora Monroe.

Joe vio salir a sus compañeros de trabajo y al apuesto modelo de la oficina de su jefa. A este último evitaba ver directamente, estaba demasiado apenado como para verle la cara. La bruja, digo, la dama se acercó a nuestro gordito hasta estar frente a él; el pobre Joe estaba aterrado pensando que quizás esta sabía de sus encuentros "fortuitos" con su hijo.

—¡Calma, Joe! ¡Calma! Ella no sabe nada... No debería... ¿O sí? ¡Oh Dios! ¡Pensará que estoy acosando a su hijo! ¡Que soy alguna clase de pervertido! ¡Oh Dios! ¡Oh Dios!

—Quería hablarle sobre mi hijo...

—¡Yo no lo estoy acosando! ¡Se lo juro!

—¿De qué hablas?

—De...nada...

—¡Cierra la boca entonces! Te decía que Ian Monroe es mi hijo, mi único hijo y sé que algunos podrían pensar que mi decisión de incluirlo en la campaña de Verchi es algo "nepótica", pero no es así: Ian es un modelo muy cotizado actualmente, su carrera está en auge en Europa y esto lo podemos aprovechar para introducir la marca en ese mercado y al mismo tiempo dar a conocer a este continente un rostro fresco. ¿Me entiende, Smith?

—Sí, señora Monroe.

—¿Entonces está de acuerdo con mi decisión? ¿Cree que Ian sería una imagen perfecta para "Magnet"?

—Sí, ¡él es perfecto! Digo, él es... el indicado, muy buena decisión.

—Otra cosa: Ian es...un poco...rebelde. Tiene una personalidad bastante fuerte y dominante, no lo culpo, ¡es mi hijo! Te tocará trabajar con él en esta campaña ya que es la imagen de la línea, así que espero que su relación sea buena, desde el punto de vista más estrictamente profesional. Yo me siento feliz de tenerlo en casa y sinceramente espero que él tenga muchos contratos más aquí en el país. Para una madre es muy bueno tener a su pequeño cerca...y vigilado.

—Sí, si claro, señora Monroe.

—¡Es todo! ¡Retírese! Confío en usted, Smith. ¡No lo arruine!

—Sí, señora Monroe.

Joe salió de allí aún más aterrado de lo que se sentía, "El hombre de sus sueños" pasó a ser "el de sus pesadillas" al ser hijo de su estricta jefa. Y como si no fuera ya mucha responsabilidad llevar las riendas de la campaña, ahora tendría que lidiar con el hijo rebelde de la bruja Monroe. En ese instante, el teléfono móvil de Joe comenzó a sonar y este estaba tan nervioso que casi se desmaya del susto.

—¡Joe! ¡Osito! ¡Te tengo tantas cosas que contarte! ¿Estas ocupado?

—¡Danny! ¡Danny! ¡Tengo que contarte algo!

—¡No! ¡Yo primero! Adivina... ¡Es sobre tu hombre misterioso! Después que huiste yo seguí allí con el trio de machos, imagíname: Yo en medio, ¡ay! ¡Demasiado divino! Mi mente desvariaba entre tanta testosterona. Bueno, pero mantuve la calma y empecé a conversar con ellos... ¡Te averigüé muchas cosas de tu "Crush"... Se llama...

—¡Se llama Ian Monroe! ¡¡¡Es el hijo de mi jefa!!! ¡De la señora Monroe! ¡Y es el modelo de mi campaña! ¡Voy a tener que trabajar con él! ¡Oh Dios! ¡Oh Dios! ¿Qué voy hacer? ¿¿Qué voy hacer?? ¡Oh Dios!

—¡Joe! ¡Joe! ¡Cálmate! ¡Cálmate! ¿Estas hiperventilando?

—¡Sí!

—¡Cálmate! ¡Respira, baby! ¿Es el hijo de tu jefa? ¿De la bruja Monroe?

—¡¡¡Sí!!!

—Bueno, pero ve el lado positivo: ¡Tiene a tu machote allí asegurado! ¡Va a trabajar contigo! Lo vas a ver todos los días, van a conversar...

—¡No! ¡Es una pesadilla! ¡La señora Monroe se va a dar cuenta que me gusta y me va a despedir! Y yo no le puedo ver ni la cara a ese hombre... ¡Qué pena! ¡Qué pena!

—¡Osito! ¡Osito! ¡Cálmate! ¡No te ahogues en un vaso de agua! Mira, lo que tienes que hacer es irte ganando a la "suegra", tú me entiendes, vas preparando el terreno...

—¡Ay! ¡Me está mirando! ¡No! ¡No! ¡Creo que viene para acá! ¡Ahí viene!

Joe guardó el teléfono y se recostó de la pared del pasillo y empezó a mirar hacia otro lado. En eso sintió el fuerte perfume varonil que casi le ahogaba. Se dio vuelta y tenía a Ian Monroe a su lado, sonriendo.

—Entonces... usted es mi jefe ahora.

—Yo...yo...yo...

—Disculpe, no he tenido la oportunidad de presentarme formalmente: Mi nombre es Ian, Ian Monroe. Un gusto conocerle... ¿Señor...?

—¿Ah? Yo... yo...yo...



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En el texto hay: lgbt, comedia romantica

Editado: 17.03.2018

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