—¡Ian! ¡Al fin te dejas ver! ¿Dónde has estado metido?
El rubio simpático se acercó al sexi modelo mientras este trabajaba sus abdominales. Iba a un "Gym" muy popular de la ciudad. Para Ian Monroe mantener su figura no era cosa de narcisismo, sino algo fundamental para su carrera como Modelo Profesional. La competencia en este mundillo del modelaje siempre es muy fuerte; además que no es cosa solo de ser "guapo y sexi" sino que debía seguir una muy estricta disciplina personal. Su rutina de ejercicios, natación y jogging era algo sagrado que cumplía sin falta, y debía cuidar su alimentación y mantener una higiene y un cuidado personal siempre impecables.
Así que Ian aprovechó esa tarde del lunes. En el set esa tarde estarían dedicados a las fotografías los productos de la Línea "Magnet", asi que el modelo aprovechó para ir a ejercitarse. Su amigo desde la adolescencia, Scott Wallace era también Modelo Profesional, pero se mantenía radicado en la ciudad y más que todo era muy conocido por ser un rostro frecuente en los comerciales de TV. Rubio, de intensos ojos azules y una sonrisa encantadora, sin duda era todo un caramelito que hacía voltear a las chicas al pasar. Pero al igual que Ian Monroe, sus preferencias sexuales eran muy específicas y...bien alejadas de las mujeres.
—¡Scotty! —Ian dejó de hacer ejercicios y salió de la máquina para darle un abrazo a su amigo. —¿Vienes llegando?
—En realidad vine a buscar a alguien y ya se fue sin mí. ¡Pero me alegra que pude verte! ¿Qué te hiciste este fin de semana? ¡Tu madre me llenó el teléfono de mensajes pensando que estabas conmigo!
—Andaba...visitando a un amigo. ¡Espera! ¿Quieres un jugo de naranja? Yo necesito uno urgente. Bajando las escaleras hay un pequeño cafetín aquí mismo en el local.
—¿Venden comida allí?
—¡Claro! Yo me tomó mi jugo de naranja y te brindo algo de comer. ¡Hacen buenos sándwiches de pan integral, jamón de pavo y vegetales!
Ian se secó el sudor con su toalla y salió junto a su amigo. En el Gym había un área donde vendían bebidas naturales y energéticas, y comida ligera para quienes entrenaban allí. Ian pidió su jugo de naranja y un sándwich para su amigo. Ambos se sentaron en una mesa y comenzó la típica platica de dos jóvenes solteros, guapos y muy "activos":
—¿Y bien? ¿Cuándo salimos? ¡Me lo debes!
—Déjame ver, ¿Quizás el viernes por la noche?
—¿Quizás? ¿En serio?
—Scotty, ¡Estoy trabajando! ¡Sabes cómo es esto! Debo estar concentrado y mantenerme en forma. No es conveniente que me esté desvelando y llegué ojerozo y con resaca a una sesión de fotos.
—¡Oh, Vamos, Ian! ¡No te me pongas aburrido! Estaba planeando algo genial para este fin de semana. Sólo visualízalo: Sol, arena, un yate, un DJ y lo más importante: ¡Sólo chicos! ¿No quieres algo de "acción" este fin de semana, Ian?
—¡Realmente tentador! Pero... ¡Paso! En serio, Scotty, este trabajo es muy importante y mi madre es el otro factor que no estás tomando en cuenta, no quiero que luego diga que soy un irresponsable y que sólo ando pendiente de festear y volverme loco.
—¿Ahora te importa lo que piense tu mamá? Comienzas a decepcionarme, Ian.
—¡No! No estoy diciendo que quiero "agradar" a mi madre, sólo que no quiero que piense que no estoy tomando en serio mi carrera y mi trabajo actual.
—¡Ni modo, Ian! ¡Madre es madre! Y la tuya es...bueno...una "Muy Especial".
—¡Me va a volver loco! Pero me gusta este contrato que tengo, de hecho escuché que Verchi podría sacar un perfume para caballeros de la misma línea. ¡Ese sería otro lucrativo contrato!
—¿Y te lo darían a ti?
—Ahora soy la imagen del producto, si tienen éxito en las ventas, ¿por qué no me lo darían?
—Y con Charlotte Monroe a tus espaldas...
—¡No metas a mi madre en mi trabajo! Me voy a ganar ese segundo contrato por mi esfuerzo, ¡no la necesito!
—¿Por qué no mejor me regalas a tu mamá? ¡Yo si la quiero y la necesito!
—¡No hables tonterías, Scotty! ¡No te imaginas lo que significa ser el hijo único de Charlotte Monroe!
—Bien, ¡Ese no era el tema después de todo! Ian... ¿Qué me dices? ¿"Playita" este fin? ¡Oh, vamos! ¡Puedes venirte el viernes en la noche! Luego tienes el domingo para recuperarte un poco y llegar fresco el lunes al trabajo. ¡Es más! Te tengo la motivación perfecta: ¡Un chico! Me dijo que te admiraba y le encantaría conocerte. Está empezando en esto del modelaje, tiene dieciocho pero es toda una hermosura: Cabello largo y rojizo, ojos verdes, una carita de ángel... ¡Toda una delicia! Algo afeminado y alborotado, pero te va a encantar, ¡Lo sé! Entonces... ¿Vienes?
—No sé...Scotty. Quizás salga tarde del trabajo el viernes...