El enigma de la Quimera [libro 1]

La distancia entre el querer y el yo

Seis años antes:

Para cuando Adem visitó la Casa Amantis en las vacaciones de su primer año de entrenamiento como Soñador Oficial, podía recitar de memoria el libro sobre la Dimensión Oscura.

La Suma Eminencia Zimmer era idéntica a como la recordaba, lo cual le constató a Adem que todos los recuerdos que su inconsciente le arrojaba eran ciertos. El rompecabezas se iba armando de a poco y el jovencito empezaba a comprender la situación que lo rodeaba.

Fue un poco difícil para Yakov y Adem el escapar de los ojos analíticos de Jara, su sombra era tan grande que casi los atrapa al cuestionar la razón para que Adem no regresara a casa de sus padres en las vacaciones de mitad de año.

—Debe entrenar, así que pasará unas semanas conmigo —le dijo Yakov a su aprendiz.

Jara quería alegar, pues Adem pasaba todo el tiempo en los salones de entrenamiento, ¿para qué exigirle más? La mirada de la jovencita le informaba que no creía lo que acababa de decirle, sin embargo, decidió dejarlo por el momento.

Para Yakov su primera pupila iba a ser un gran problema, era cuestión de tiempo para que descubriera que Adem y él ocultaban algo. Debía tener algo que ofrecer, idear un plan y así evitar que Jara los delatara.

Zimmer fue de gran ayuda para crearles una cuartada, pues, una vez entrevistó a Adem en persona, informó que sí era apto para recibir entrenamiento.

—Su alma es la de Bryan Domán, es la misma esencia —informó a Yakov mientras tomaban el té en el cuarto de estudio de la Suma Eminencia—. Aunque tardará años en poder abrir el portal, aún es muy niño, es casi un bebé.

—¿Cuánto tiempo cree que tarde, su señoría? —indagó el capitán.

—Tal vez unos seis o siete años.

—¿Tanto tiempo? —cuestionó el hombre desesperanzado.

—Todo lo contrario, es poco tiempo —respondió la anciana con tono tranquilo—. Adem primero debe convertirse en un Amantis, aprender a vencer sus miedos y controlar su energía; después pasará a un examen para identificar su nivel de control en energía oscura y así poder recibir los verdaderos entrenamientos para abrir el portal que lleva a la Dimensión Oscura. Y para esto necesitaré que no sólo lo traigas en las vacaciones, debe venir cada fin de semana.

Yakov se revolvió en el sillón, pues sabía que el reportar tantas salidas de la academia crearía muchas sospechas. Esto lo entendía la Suma Eminencia y ya había creado una estrategia para que nadie sospechara.

—No vamos a ocultar que Adem se convertirá en Amantis —informó—. Todo lo contrario, enviaremos un informe a la Élite y la administración del CCI para que estén enterados.

—Su señoría, ¿no cree que es arriesgado poner a Adem en la mira de todos los soñadores?

—Es un riesgo que debemos correr, sin embargo, la Oposición lo pensará dos veces antes de tocarlo, el hacerlo es declararle la guerra a la Casa Amantis.

Había un gran cuadro colgado en una de las paredes de la escuela Amantis, en este se veía pintado a los primeros soñadores vestidos con ropajes oscuros. Era la primera vez que Adem reparaba en el soñador Bryan Domán; vio sus fotos un montón de veces cuando estudiaba historia y en ocasiones sus compañeros le comentaron que él se parecía mucho al soñador, pero nunca le prestó atención. Sin embargo, ese día Adem notó la gran similitud física, así como también que Jensen Riau Darmy era idéntica a Jara.

—Se esperaba a que pudieran retratarlos siendo los primeros que ocuparan el trono y la espada de la Justicia —dijo Zimmer al lado de Adem, también observaba de lejos el gigante cuadro—. Sin embargo, la humanidad tuvo que resignarse a nunca ver este deseo hecho realidad. La señorita Jensen fue asesinada cuando estaba embarazada y Bryan Domán no soportó la tristeza de no estar a su lado y decidió quitarse la vida después de vengar la muerte de su prometida. Es triste cuando se analiza que su final fue injusto, que las personas más bondadosas e importantes para este planeta recibieron el peor de los castigos que pueden ocurrir. —Volteó a ver a Adem—. Y ahora… que has vuelto a nacer, ¿qué piensas hacer, Bryan?

Adem abrió los ojos con espanto y tragó en seco.

Era la primera vez que se referían a él con el nombre de su vida pasada.

Zimmer entornó su mirada y acercó un poco su rostro al jovencito.

—¿Ya has encontrado quién es la reencarnación de Jensen Riau? —preguntó ella—. ¿Tienes algún indicio de quién puede ser?

Por fin el joven pudo pasar el estupor y volvió a sus cabales. Respiró hondo y después soltó la respiración en un suspiro. Volteó a ver a la anciana fijamente a los ojos.

—Su señoría, ¿lo que quiere es corroborar que la persona que usted tiene en mente es Jensen Riau? —indagó él—. Lo más probable es que sus sospechas estén puestas en la señorita Jara, era la persona de quien yo no quería apartarme cuando era un bebé. Y sí, sus sospechas son ciertas, es ella. Fue quien me cargó y tranquilizó una vez nací. —Volvió a contemplar el cuadro—. Morí porque quería estar con ella en esta vida. No lo recuerdo nítidamente, pero sí tengo pesadillas por las noches, escucho una voz que me pide protegerla porque corre peligro. Por eso debo hacerme fuerte, necesito que la historia no se repita.

Zimmer se sentía satisfecha con la respuesta de Adem, al mismo tiempo una emoción crecía en su interior al poder estar con vida para presenciar la ascensión de las personas en las que habitaban las almas de los primeros Soñadores Oficiales.




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