—¡Por favor, no te acerques más! —suplicó Alice al verse en esa situación, ya que sabía que solo era cuestión de tiempo para caer en los efectos del somnífero.
—No deberías resistirte, después de todo ya solo estoy contando los minutos para llevarte al motel —Se rio el encapuchado para luego lamerse los labios y dejar su larga lengua afuera que solo lo hacía ver más repulsivo.
—Aún... no me... has respondido... ¿quién eres? Dilo, te lo exijo —Ordenó Alice luchando con el sueño para no caer rendida.
—Bueno, ya que seré el hombre que quitara tu virginidad debería presentarme —afirmó el hombre quitándose la capucha y mirando con ojos de lujuria a la chica—. Yo soy Leo, el líder de la pandilla "Galdanas Tigers" —Se presentó el hombre acercándose más a la chica haciendo que está apuntará con su cuchillo a su cara y este retrocediera un poco.
—¡Por favor Lumen, sálvame! —exclamó Alice con sus últimas esperanzas.
Aquella joven no podía mantenerse de pie, los efectos del somnífero la estaban dejando inconsciente, sabía que si no hacia algo pronto, aquel hombre no dudaría ni un poco en tocarla y llevarla a lugares de los cuales ni siquiera quería conocer.
—¡Alguien sálveme por favor! —expresó Alice resignándose a lo que estaba por pasar, teniendo una última esperanza de que alguien la salvará.
—Ya cállate. Solo deja de hacer las cosas más difíciles —renegó el hombre ya irritado, tocando el costado de la pierna de la chica que no tenía fuerzas ni para alejarlo, haciendo que la chica con sus últimos esfuerzos diera un grito ahogado por ayuda.
En eso, se escuchó algo, algo como rompiéndose, crujiendo más bien, debido a los efectos del somnífero la visión de Alice ya no era tan buena, solo podía divisar la silueta de un chico de coleta bajo la luz de la luna mientras ella iba cerrando sus ojos lentamente, luchando por mantenerlos abiertos. Después de dejar inmóvil al tipo en el suelo, el chico fue y se acercó a la chica que estaba tirada en el suelo, cansada y agotada.
—¡Alice, no te duermas! —Fue lo único que pudo escuchar antes de sucumbir a los efectos del somnífero.
En ese momento, con la chica dormida, el chico de coleta fue rápido a la casa de su amigo, no sin antes sujetar con cuidado a la chica en sus brazos y hacer que su cabeza se recostara en su pecho para no provocarle algún dolor al despertarse, emprendiendo su recorrido hasta la casa.
.....
Hora: 00:35 a.m.
Ubicación: Residencia Villalobos
—¡Aaaaaw! —Bostezó Alice recobrando la conciencia— ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? ¿Acaso esto es un motel? -—preguntó desesperada Alice, pensando que aquel hombre la había llevado al motel tal y como había dicho.
—Tranquila Alice, tranquila. Estás en tu cuarto, tranquilízate por favor —dijo Lumen con una mirada de preocupación mientras abrazaba a su hermana para calmarla.
—Fue horrible hermano, yo no quería... no quería... ser tocada por el —confesó Alice entre sollozos ocultando su cara en el pecho de su hermano.
—Yo lo sé... y lo lamento por no haber ...estado ahí para salvarte —Se disculpó Lumen abrazando con más fuerza a su hermana, sintiendo como su corazón que latía rápido cambiaba a un ritmo más pausado.
Después de unos minutos de estar abrazados, ambos se separaron y secaron sus lágrimas que habían derramado. Alice tomo un poco de agua que le había traído su hermano hace poco.
—¿Ya te sientes mejor? —preguntó Lumen en un tono cálido pasándole pañuelos a su hermana.
—Si, pero, ¿qué hago aquí? —preguntó Alice con una mano en la cabeza por un leve dolor de cabeza que tenía—. Lo último que recuerdo es que estaba en la avenida "Luciérnaga" cuando en eso un hombre me inyectó un somnífero y me desmayé —contó Alice tratando de recordar.
—No tiene caso preocuparse ahora por ello, después de todo Stephano fue el que te salvó de ahí y te trajo hasta la casa —mencionó Lumen buscando un parche de frío para el dolor de cabeza—. No importa ahorita recordar ese suceso atroz, luego platicaras con él y si tienes dudas él te explicará hasta donde pueda, por mientras, lo mejor será que descanses ya que mañana tienes que ir a la escuela, aunque sino quieres ir eres libre de quedarte aquí —dijo poniendo el parche, para después dar un beso en la frente junto con las buenas noches y cerrar la puerta después de que viera a Alice dormirse.
Después de eso, Lumen bajo a la cocina donde se encontraba Stephano tomando un café con unos macarrones, moviendo su pierna arriba y abajo seguidamente. Después de que Lumen se sentará, Stephano dejó su café para preguntarle a Lumen acerca de Alice.
—¿Cómo se encuentra? ¿Está bien? ¿Ya despertó? —preguntó Stephano serio, aunque Lumen sabía que solo era una fachada para ocultar su preocupación evidente.
—Tranquilo, ya está durmiendo, se había despertado alterada pero ya se tranquilizó y ya le pude contar como llegó aquí. Así que no te sorprenda si mañana te da un regalo como agradecimiento —respondió Lumen dándole un sorbo a su café— Aun así, te agradezco por estar ahí. Sin ti, posiblemente mi hermana hubiese sido —expresó Lumen cuando en ese momento, sus lágrimas que había retenido con su hermana salieron por sus mejillas.
—Lu, amigo —dijo Stephano levantándose de la silla—, es normal sentirte así por tu hermana, pero no por eso tienes que reprimir tus sentimientos, no es bueno hacer una fachada de que todo está bien cuando no lo está, anda ven aquí —dijo abrazando cálidamente a su amigo.
Aquel chico de coleta negra sabía que su amigo a pesar de mostrar una sonrisa todo el tiempo y mostrarse como alguien positivo ante el ojo público y el de la mafia, constantemente reprimía mucho sus emociones por no lastimar a sus seres queridos.
—Lo siento... debo parecer... un niño pequeño... ahora mismo —dijo Lumen en el pecho de Stephano entre sollozos.
—Sabes que desde infantes los tres formamos una relación muy íntima, no tienes de que disculparte, en realidad, si estuviera en tu lugar no sabría ni cómo reaccionar —confesó Stephano acariciando la cabeza de Lumen tranquilizándolo en el proceso.