Rainbow Dash rumbo a la Torre Averages

Parte II

La tarde avanzaba como cualquier otra en la gran ciudad de Manehattan. En sus bulliciosas calles, los ponis seguían con su rutina diaria, apresurándose de un lado a otro para llegar a sus trabajos, hacer las compras necesarias o simplemente disfrutar de un momento de ocio en alguno de los numerosos lugares que ofrece la ciudad.

Sin embargo, a medida que el sol avanzaba pesadamente en el cielo, una llamativa estela arcoíris apareció repentinamente entre los edificios de la ciudad, interrumpiendo la normalidad del día. La zigzagueante estela arcoíris se detuvo bruscamente sobre un gran edificio en construcción cercano a la costa.

Se trataba de una pegaso como ninguna otra en toda Equestria.

"¡Ajá! ¡Por fin te encontré!" exclamó Dash animada mientras descendía sobre la torre.

Aquel edificio, que era ligeramente más alto que los otros a su alrededor, parecía estar pasando por una gran remodelación de su fachada. Desde arriba, Dash pudo ver a todos los ponis obreros trabajando en lo que parecía ser una enorme letra 'A' en la cara del edificio que daba a la costa. Tanto el color como el diseño del lugar coincidían con la tarjeta que aquella misteriosa yegua le había entregado esa mañana.

Dash estaba 100% segura de que este era el lugar correcto.

Conforme Dash fue descendiendo, empezó a notar más y más detalles inusuales en la infraestructura. La azotea, por ejemplo, tenía una cerca especial para el aterrizaje de pegasos y vehículos aéreos. También había grandes antenas y equipo moderno que se encontraban sutilmente ocultos como vegetación artificial. Incluso parecía haber un invernadero en una de las esquinas junto a un pequeño kiosko.

Dash sonrió aún más animada. Esto era la clase de modernidad que le gustaba. El lugar hacía ver a la torre del DN como un aburrido museo.

Dash hizo una pirueta en el aire y, sin perder más tiempo, aterrizó sobre la cerca de pegasos con total perfección.

"Esperen un segundo ... ¿La pista es de caucho nuboso?" dijo una sorprendida Dash mientras golpeaba su casco contra el suelo. "¡Ok, este lugar es un 20% más genial!"

Dash había pensado en ir directamente a las oficinas principales de la Torre Average, pero rápidamente cambió de opinión. Sentía la obligación de explorar el lugar con mayor detalle.

Sin perder más tiempo, con una gran y sincera sonrisa, se dirigió hacia el kiosko que había visto hace un momento. Estaba vacío, lo cual no le sorprendió ya que desde arriba había notado que no parecía haber nadie atendiendo ni productos en sus estantes. Sin embargo, le llamó la atención la gran cantidad de propaganda de bebidas energizantes Power-Psoas y galletas Jumy. Continuó avanzando y se encontró con el invernadero. Usando sus cascos, limpió una porción de la pared de vidrio transparente para ver en su interior. Era una imagen fascinante, un biohuerto lleno de jugosas zanahorias y todo tipo de verduras que brillaban con vitalidad. Todos los vegetales se encontraban apilados en cubos individuales conectados a pequeñas mangueras y cableado. Ciertamente, alguien se había tomado su tiempo para cuidar bien de ese lugar y hacerlo autosuficiente.

El estómago de Dash rugió por un momento. Su almuerzo ligero había sido demasiado poco para el apetito que empezaba a sentir.

"Ugh... creo que necesito recargarme", dijo Dash mientras su estómago rugía con más fuerza. Entonces notó que el tragaluz del invernadero estaba abierto. "Si tomo algunas verduras, no se molestarán... ¿verdad?"

Incitada por su repentino apetito, Dash se elevó sobre el invernadero. Del tragaluz emanaba un aroma fresco que hizo que el estómago de Dash rugiera con más fuerza.

Dash colocó sus cascos sobre la ventanilla para abrirla por completo e ingresar, pero se detuvo. Percibió otro aroma que la hizo olvidar su apremiante hambre. Era un ligero olor a humo de incienso. Dash observó desde la abertura de la ventanilla nuevamente. Esta vez reparó en que había cuatro rocas marcadas con runas en cada uno de los extremos del invernadero, junto con pequeñas ofrendas de incienso. También había cámaras de seguridad ocultas entre las hojas de los vegetales.

Dash frunció el ceño. "Bien... esto es muy interesante." Mientras bajaba del invernadero y volvía a donde había estado antes, pensó que el dueño del lugar no solo era alguien de pensamiento vanguardista, sino también muy precavido.

En ese momento, un fuerte silbido sonó detrás de Dash. Una de las plataformas de aterrizaje comenzó a iluminarse con luces rojas de peligro, lo que hizo que Dash se elevara en el aire e instintivamente mirara a su alrededor. Pronto descubrió la causa de la alarma: un barco volante se acercaba rápidamente desde el norte hacia la azotea.

Con precaución, Dash se acercó a la plataforma y observó cuidadosamente el vehículo aéreo. Era ligeramente más grande que los de su clase, estaba marcado con una distintiva letra 'A' y tenía llamativos colores rojo y púrpura que se entremezclaban entre franjas blancas y negras. Pero lo más impresionante eran las modificaciones superficiales que le daban un diseño futurista.

"Wow", fue lo único que pudo decir Dash mientras veía el rápido y perfecto aterrizaje del barco volante.

Una vez en el suelo, la puerta principal del barco se abrió, y de él descendió un llamativo grupo de ponis. Dash los examinó con detenimiento dos veces, pero lo único que estaba segura era que todos eran corceles.

El primero, que parecía ser el líder del equipo, era un poni con una armadura completa de color dorado. Se veía tan ajustada y con remaches en sus bordes que daba la impresión de que era un robot-poni hecho de latón.

El segundo era un pegaso blanco realmente apuesto de melena dorada. Aunque también llevaba puesta una armadura como su líder, su diseño era más tradicional y colorido. Portaba un yelmo y un voluminoso martillo en su lado izquierdo.



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En el texto hay: referencias al mundo marvel

Editado: 07.10.2023

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