Ramé (libro 1)

CAP 16: UN PLAN MAESTRO, NENA

CAP 16: “UN PLAN MAESTRO, NENA”

Gimo sin descanso cuando Riot vuelve a embestirme. Siento como si me rompiera cada vez que se hunde en mí. Su boca de apodera de la mía mientras que sus caderas me torturan de placer con sus rudos y acelerados golpes.

Me muerde el cuello y me aprisiona las muñecas por encima de la cabeza.

–Riot…

–Cállate y disfruta. Luego ya nos arrepentiremos–repite como antes.

Retuerzo mi cuerpo contra las sábanas cuando noto que pronto el orgasmo me matará. No cesa sus embestidas y con cada una de ellas siento que llega a tocar el fondo de mi cuerpo. No creo que haya más espacio en mí. Lo ocupa todo.

Siento que todo se vuelve más intenso y empiezo a ver destellos en mis ojos. Sé que voy a correrme. Cuando vuelve a embestirme me pierdo y…

Me despierto de golpe, sudando y completamente excitada.

Me peino el pelo hacia atrás y me siento de piernas cruzadas sobre el colchón. Miro a mi lado, donde Riot descansa profundamente. Me fijo en su despeinado pelo negro, que se esparce levemente sobre la almohada. Sus labios entreabiertos. Su calmada y lenta respiración. Su pecho descubierto.

No parece pasar mucho frío, cosa extraña.

Alargo mis dedos en el aire hasta rozar levemente un mechón que le cae por la frente, el cual toco y coloco bien. Riot no se mueve ni un milímetro.

Siento como las comisuras de mi boca se elevan sin querer cuando poso mi mano sobre su mejilla. Riot suspira con fuerza de golpe y se remueve, agarrándome por la cintura y abrazándome contra su cuerpo. Me tenso y me quedo sin saber muy bien qué hacer.

Contengo el aire al notar por completo el calor de su cuerpo y la protección de sus brazos. Su barba incipiente me pincha la frente. Me relajo un poquito y deslizo las yemas de mis dedos por la piel tensa de los músculos de su espalda. Las calientes imágenes de lo que hemos hecho hace unas horas y de lo que he soñado que hacíamos me invaden la mente. Siento como me caliento por momentos y es entonces cuando su contacto empieza a arderme.

Veo las oscuras marcas que le dejé por todo el cuello y sonrío maliciosamente.

–Sí… Sí, se lo diré.

Lo miro confundida. ¿De qué habla? ¿Está hablando en sueños?

–Qué sí. Red… Quiero que la vigiles. Vale. Métela en nuestro pelotón, Eoghen.

¿A quién se supone que tienen que vigilar y poner en el pelotón de Eoghen?

Sus brazos me sueltan un poco, dejándome respirar. Frunce el ceño y se sorbe la nariz con un gesto adorable.

–Que no esté mucho tiempo en… Eso sí. Sí, sí quiero carne.

Contengo una carcajada sin dejar de observarlo. Me encanta esta faceta de Riot. El Riot indefenso, dormido, infantil y hambriento, por lo que veo.

Se da la vuelta, dándome la espalda, y veo como su cuerpo se estremece. No tarda demasiado en empezar a emitir pequeños gemidos roncos.

–Ah… Joder… Aurish…

Abro los ojos como platos y me quedo mirando fijamente su cogote. No me lo puedo creer. Está soñando conmigo. Estoy segura. Seguro que lo hace.

Vuelve a girarse, pero se queda boca arriba. Miro su entrepierna y veo claramente el bulto en su ropa interior. Me prendo como la pólvora otra vez cuando lo veo torcer el gesto mientras jadea.

–Quieta… Calma… Trátame bien–suplica con la voz ahogada.

No sé qué puede estar soñando, pero algo sí lo tengo claro: mando yo. En su sueño mando yo y él solo disfruta. Me coloco igual que él en la cama y observo el techo, disfrutando por primera vez de sus jadeos nocturnos y de la forma con la que se agarra a las sábanas.

. . .

–Ha dicho que quiere volver a verla. Pero es que es muy pesada. Ya le he dicho miles de veces que no es un bicho raro, ni un animal, ni nada, pero Lanah no se rinde. Ha prometido venir sobre las cinco de la tarde–se queja Dagan mientras se lleva una botella a los labios.

–Si me das veinte Hayerrys te aseguro que no vendrá–le propone con picardía Esko.

–Quince.

–Veinte. Y no hay discusión.

–Y ¿cómo piensas hacerlo para que no venga?

–Haciendo que se venga.

–¿Eh? ¿Qué? –Dagan no parece haber entendido nada, pero yo tengo que taparme la boca, aguantándome la risa– ¡Coño! ¡Ni se te ocurra, Esko!

–¡Como si no lo hubiera hecho antes!

Todos los presentes empezamos a descojonarnos cuando se comienzan a revolcar por el suelo, intentando pegarse.

Me como el trozo de manzana que me acaba de ofrecer Red y me pongo cómoda en el suelo. Apoyo la cabeza en sus rodillas suspiro, intentando calmar la risa.

–Te tenemos que decir algo. Será mejor que no te niegues, ¿vale?

–Vale…

Me incorporo y los demás, que parecen haberse puesto serios de golpe, se colocan a mi alrededor. Eoghen carraspea y toma el turno de palabra. Riot no está, pero han dicho que vendría ahora.

–A ver… Te lo voy a decir rápido y luego te diremos los matices del plan.

–Me parece bien–digo poco segura. ¿Plan?

–Te vamos a meter en Gapath como estudiante de primer año.

Espera ¿qué? ¿Que me van a meter en Gapath? ¿Para qué? ¿Qué sentido tiene eso? Oye… Lo dijo Riot. En sueños. Sí, estoy segura. Métela en nuestro pelotón. Fue eso lo que dijo. Era porque me iban a meter en Gapath…

–¿Para qué? –digo con un tono más frío y calculador de lo normal mientras frunzo el ceño.

–Para sacarte de Nayolen.

–¿Perdona?

–Queremos sacarte de Nayolen. Bueno, es Riot quien quiere sacarte. Dice que tu información no nos sirve, y que por muy valioso que sea tenerte en nuestro reino por ser quién eres, te va a sacar. Matarte no es una opción para nosotros, así que sacarte es la más valida.

–¿Cómo pensáis sacarme una vez esté metida de alumna?

–Saldrás tú. Haremos que te manden a hacer alguna expedición o algo así, y te llevaremos hasta las fronteras. Luego tendrás que ir por tu propio pie hasta donde sea que quieras ir.

–¿Y Zayve?

–Hostia.

–Es una mierda de plan–me quejo, estrujándome el entrecejo.



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En el texto hay: fantasia, romace, spicy

Editado: 11.09.2024

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