Ray

Capítulo 4

—Sabía que estaba soñando ¿como puedo estar en 1220?.

—Creo que estas alterado joven, mejor descansa y yo mismo avisaré a tu padre para que...

—No, no quiero que avises a nadie. Solo necesito descansar y ya—dijo esperando poder hacerlo despues de todo lo que le había pasado ese día.

La joven le pidio seguirla para enseñarle donde dormir, pero se paro señalando al hombre tirado en el suelo.

—¿Y él?.

—No pienso ayudar a un ser malvado.

Ray se tapó la cara con sus manos y grito frustrado.

—Señor, no importa cuánto mal haga la persona ¿que lo diferencia a usted de él si se comporta con maldad usted también? —dijo agachandose y levantando al hombre—. Me dejaras o no?.

La niña miró a su abuelo y al ver que este asentía le llevó al cuarto.

—Traeme algo de agua caliente y unos gasas—al ver que la joven no entendía se acordó de lo que el anciano le dijo—. ¿Podrías traerme algo para poder curarle?.

La niña salió y al poco rato volvió con un cubo lleno de agua caliente y unos trozos de tela. Este le pidió a esta que salier para después limpio las heridas de este, para después vendralas, es lo único que podía hacer ya que no había más que hacer. Sin mas se acostó y se durmió al rayo que cerró los ojos. Unos golpes lo despertaron y al abrir la puerta encontró a la joven que estaba llorando.

—¿Que te pasa?.

—Los demás tienen al abuelo.

Ray salió corriendo y vio como unos hombres sujetaban al anciano, también pudo ver que estos tenían espadas.

—Joder ¿no me pueden dejar dormir?.

Vio como las mujeres se tapaban la boca y los hombres soltaban al anciano para apuntarle con sus espadas.

—¡Como te Atraves a hablar así a nuestro jefe! —grito uno de los hombres.

—¿Y como quieres que hable? Me acaban de despertar y eso no me gusta para nada ¿que pasa ahora? —dijo señalando al anciano que tenían todavía rodeado.

—Mi hijo vio a ese traidor entrar a al casa de este anciano y...

—¿Tienes pruebas? —pregunto con calma.

—Jefe dejame matarlo, ese imbécil no...

Este negó sonriendo mientras se acercaba a Ray se cruzó de brazos mirándolo.

—Parace que eres muy valiente joven, pero cuidado o acabarás...

—¿Muerto? Creo que ya lo estoy así que no te preocupes por eso y por lo de tu hijo, solo me vio a mi entrar ¿acaso soy yo ese tal asesino?.

—Maldito...

—No culpes a la gente por culpar y si no me creen entrad a buscar —vio como el hombre avanzaba y este sonrio —. Pero si no lo encuentras tendrás que arrodillarte ante el y pedir perdón ¿podrás hacer eso?.

Todas las miradas se posaron en este esperando su respuesta, el hombre noto que el jóven estaba lleno de confianza y eso lo hizo dudar, si entraba y no encontraba a nadie sería su final ya que tendía que hacer lo que digo este.

—¿Viste bien ese día? —pregunto a su hijo?.

—No lo sé, yo solo vi que...

—¡Todos a sus casas! —grito mientras se alejaba.

Ray ayudó al anciano a entrar dentro y sentarse, la niña se sentó junto a él y lo abrazo con fuerza.

—La gente así no vale la pena.

—No debes retar a esos hombres y humillarlos ante todos, te guardarán rencor y se vengaran de ti.

—No debiste hacer eso imbécil...—los tres se sorprendieron al oír una voz grave y amenazante. La niña se escondió detrás de su padre asustada mientas este se ponía a un lado tapandola para que este no la viera, Ray simplemente se cruzó de brazos mirándole al ver de quien se trataba.

—¿Ya estas de pie? Eso significa que ya estas mejor.

—¿Donde demonios estoy? —pregunto sin mas.

—Ni la menor idea...

—¿En qué parte estamos anciano? —pregunto mirándolo fijamente.

—En una de las aldeas del señor Gregor.

—Maldita sea... 
¿Me has traído a donde uno de mis peores enemigos?.

—¿Y yo que sabía? ¿Crees que soy adivino? No es mi culpa que tengas a casi medio mundo en tu contra. No te jode —Ray se sentía más que indignado ¿quién se creía ese para hablarle así? En vez de agradecerle, le estaba dando un sermón.

—Hablas muy mal para ser tan joven...—dijo antes de dirijir su mirada al anciano —Tengo hambre, traeme algo de comer viejo.

—Si serás... —pero el anciano sujeto a este del brazo negando con la cabeza, y le pidió a su nieta que le trajera algo de comer.

Este se sentó sin mirar a ninguno y empezó a comer como si no hubiera un mañana, Ray estaba estupefacto de que tuviera tanto apetito con todo el lío que están pasando. Se tomó su leche tranquilamente y dejándo la jarra sobre la mesa se puso de pie.

—¿A dónde vas?.

—Tengo que seguir mi camino y encontrar la manera de volver a mi casa, muchas gracias por...

—¿Crees que podrás volver solo sin que te maten esos hombres? —dijo el hombre sin dejar de comer.

—¿Crees que me importa? A la mierda con todo y todos. Estuve al borde de la muerte y ahora ya no tendré miedo a nadie ni nadie joder. Además... —dijo acercándose a el—. Mas vale que comas y te vayas también de aquí, no quiero que por mi culpa ellos se metan en líos.

—¿Y por qué sería eso?.

—Por qué les pedí que te dejaran para poder curarte. Creo que es lo minino que puedes hacer por ellos...irte y no causarles problemas —pidió esperando que pusiera hacerle caso. Se giro para mirar a la niña y sonrió al ver que esta le agarro la mano —. Cuidate mucho niña bonita, bueno me  voy antes de que anochezca ¿sabes si hay alguna oficina de policía por aqui? —al no optener respuesta asintió y se dirigió hacia la puerta, pero el hombre que hace poco estaba comiendo, depronto estaba junto a él y puso su mano en la puerta impidiendo que este la abriera. Ray lo miró enojado.

—No caves tu propia tumba...

—La verdad hace rato una mujer fue la que me quería cavar una...asi que solo metete en tus asuntos—dijo apartando su mano de la puerta, para después salir sin mirar atrás.

—Ese joven no sabe al parecer que no está seguro por esta zona. Quizás sean las tierras aliadas de su padre, pero ellos no tendrán eso en cuenta y...



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En el texto hay: boyxboy, romance, aventura

Editado: 29.03.2023

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