Capítulo 5

 Ray dio vueltas y vueltas por el mismo lugar al ver que no tenía ni idea por donde ir exactamente ¿como sabría si no si quisiera sabía donde Narices estaba?.

—Hay que joderse, como si fuera yo una brujula para encontrar el camino a casa y... —dejó de hablar al oír unos extraños ruidos muy cerca de él, se giro mirando a su alrededor y al ver de quien se trataba maldijo su suerte. Comprendió que lo habían estado siguiendo desde que salió y que también estaba más que jodido, más bien jodidisimo.

—¿Necesitan algo?—pregunto sonriendo.

—Lo que necesito es tu maldita cabeza...

Ray retrodecio un poco al ver que estos estaban armados y busco una forma de escapar, pero no tenía ni idea como hacerlo.

—¿No sabes que la policía puede estar aquí en cualquier momento?—dijo esperanzado que al menos eso los asutara un poco, pero no obtuvo nada con eso y solo los hizo reírse.

—Jefe, creo que este joven es un idiota, solo dice cosas que no entiendo —se echo a reír uno de los hombres al oír las palabras sin sentido del muchacho.

—¡Que os den! —diciendo esto no espero a ver su reacción, dio media vuelta y echo a correr, oyó como estos corrían detrás de él. Solo esperaba encontrar alguna ayuda o ese sería su fin, pero su suerte fue mala ya que llegó a un sitio cerrado por árboles, se dios la vuelta jadeando del cansancio y miró a los hombres que se acercaban a él riendo.

—¿Creíste qué podías escapar? —dijo el hombre sonriendo con maldad mientras daba la señal a su hombre para que sujetarán a este.

Ray intentó luchar contra ellos, pero eran demasiado fuertes, además de estar armados con unas espadas que median más que sus brazos. Simplemente se quedó quieto sabiendo que esos momentos serían los últimos de su vida, esta vez si que moriría. El hombre se acercó hasta el y lo sujeto del cuello.

—¿creíste que saldrías de ahí sin ser castigado? Me humillaste delante de todos y pagarás por ello... —lo amenazó mientras sacaba una pequeña daga y la ponía encima del cuello de él, Ray se quedó paralizado sabiendo que su hacía un movimiento seria su condena, sintió como la pequeña daga poco a poco lo cortaba y cerró los ojos esperando su triste muerte. Pero al sentir su cuello libre se extraño y al abrir los ojos casi suelts un grito al ver que el hombre que hace poco estaba amenazandole, ahora estaba pidiendo ayuda, se tapó la boca al ver la espada clavada en su cuello. Vio como caí ante el sin vida y al levantar la mirada sus ojos se toparon con los del hombre que todos odiaban, por unos minutos se quedó mirando esos ojos que no podía leer, podía ver de todo en esa mirada, de todo menos piedad y eso le puso la piel de gallina.

—Jefe, están todos muertos—dijo uno de los que parecían ser sus hombres.

Este asintió mientras se acercaba al cuerpo sin vida del hombre y sin mas saco su espada, algo que no hizo más que aterrorizar a Ray. Todo eso ya no le parecía normal, desde el principio todo eso que estaba pasando no tenía ni pies ni cabeza, de como había viajado de un lugar a otro en un instante, todo eso carecía de sentido y lo había confirmado más aún con lo que acaban de pasar ¿y si de verdad había viajado en el tiempo? ¿Pero tenía eso algún sentido también?. Se sujeto la cabeza con ambas manos y se arrodilló en el suelo, sentía que su cabeza estaba apuntó de estallar, todas las palabras de la mujer vinieron a él en ese momento. Lo que había dicho esa mujer quizás algo en lo que había dicho tenía que ver con todo eso ¿pero el que? Su grito de frustración y agonía se escucho por toda la zona.

—¿Esta loco?.

—Callate Todd, solo está algo asustado...—dijo suspirando con impaciencia—. ¿Sabes algo del castillo de los macleod?.

—No jefe.

—¿Que paso con Gregor macleod? ¿Esta muerto?.

—No jefe, sus hombres llegaron justo cuando los nuestros llegaron. Tuvieron que retirarse y...

—Callate Todd, el solo te pregunto una cosa —dijo Duff apartandole a un lado.

—Duff, manda algunos hombres al castillo, hay que reforzar y estar atentos yq ye podría haber un ataque en cualquier momento —le ordenó con seriedad sin apartar la mirada del joven.

—Si jefe ¿pero que harás con ese joven? —pregunto curioso, era la primera vez en mucjo tiempo que no había visto a su jefe tan preocupado por salvar a alguien. Desde que lo habían encontrado en esa aldea el simplemente les dijo que tenían que encontrar a ese joven ya que podía estar en peligro, algo que lo extraño ya que el normalmente no ayudaba a nadie.

—No lo sé... —dijo pensativo mientras pasaba su mano por su cuello, tenía que resolver eso y volver al castillo. Todos estarían armando una batalla al enterarse de que había sido capturado.

—¡Ya escucharon al jefe! ¡Regresad al castillo y cumplid las órdenes! —Ordenó Duff gritando.

Ray levantó la mirada y al ver que este todavía lo estaba mirando se echo a reír, no sabía que mal había echo para cruzarse con un psicópata como aquel. Se notaba que estaba pirado de la cabeza y para su mala suerte el había cruzado su camino y ahora estaba en toda esa mierda que no tenía nada que ver con él. Vio cómo este se acercaba a él y se ponía a su misma altura.

—¿Hasta cuando seguirás aquí llorando? No tengo tiempo para esto —dijo con frialdad.

Ray los miró sin emoción alguna, no comprendía por qué le hablaba así, y la verdad no quería saber nada de nada. Bastante confundido y perdido estaba ya, sólo quería poder volver a casa y descansar en su cama.

—¿Como te llamas?.

—¿Y a ti que mierda te importa eso?.

Ray vio como los hombres de atrás hablaban entre ellos, parecía que estaban sorprendidos. Pero no le importaba saber que había dicho mal, sólo sabía que no le caía nada bien ese tipo.

—Se nota que eres su hijo, al parecer me odias igual que tu padre ¿el te pidió matarme también?.

—¿De qué Narices hablas? ¿Odiarte? ¿Por qué odiaría a alguien que no conozco, estás pirado o que? —Ray quiso golpearlo, pero se controlo ya que no le serviría de nada.