Razones para Decir Adiós

Capítulo 3. "Aspiración"

A D R I E L

 

Me recosté en mi cama, con un brazo sobre mis ojos y moví la cabeza al ritmo de la canción que se reproducía de mi teléfono. No solo le estaba prestando atención a la letra, estaba atento a cada nota alta y baja del vocalista, cambios de ritmo, voz, los acordes musicales, prestaba atención a cualquier detalle que me pareciera importante. Junto a Heatstroke, la banda que había nacido dos años atrás, estaba sacando un cover de la canción y me encontraba bastante centrado en aprenderme cada detalle para poder hacer un trabajo espectacular. Todos los integrantes soñábamos con sacar nuestras propias canciones pero cuando finalizamos una, no nos sentíamos satisfechos con el acabado, o era porque la letra no nos llenaba o la melodía no nos convencía, pero siempre había algo. Por tal motivo nos vimos obligados a sacar covers de canciones populares que fueran de nuestro agrado, nos iba bien en eso, era cómodo y a la gente le gustaba, eso era más que suficiente.

Me sobresalté, abrí los ojos y me incorporé sobre mis brazos cuando sentí algo golpear mi pierna, sacándome de mi burbuja.

A los pies de mi cama estaba tía Ruth con el ceño fruncido y una mano en la cadera. Abrió la boca y espetó algo que no escuché por el alto volumen que tenían los audífonos. Me los quité de un jalón.

—¿Qué dices? —pregunté.

—Un día de estos vas a quedarte sordo. Hasta acá me llega claro el sonido de lo que escuchas —dijo molesta.

—Un día de estos te vas a quedar arrugada de tanto fruncir el ceño, relájate, no siempre uso audífonos —me levanté por completo y desconecté los cascos de mi teléfono —¿Qué necesitabas?

—¿No piensas ir a la universidad? —preguntó, ya más relajada.

—Sip, pero más al rato. Ahorita no tengo ganas —respondí, encogiéndome de hombros.

—Si pagaste la matrícula de la carrera, aprovecha tus clases, no desperdicies la oportunidad.

—Todavía tengo seis meses para aprender todo lo que pueda, no me estoy presionando con eso —respondí, con ganas de que dejara el tema de lado.

—Solo ve a clases ¿Sí? Si te arreglas rápido, llegarías a tiempo —. Recomendó con una sonrisa pequeña.

A tía Ruth no le encantaba la idea de que me haya decidido por estudiar comunicación, tenía el pensamiento de que era una carrera que no valía la pena porque me moriría de hambre, su disgusto fue mucho más cuando se enteró que solo iba a estar un año y que después me saldría para poder entrar al conservatorio de música. Mi sueño, desde muy chiquito, fue dedicarme al cien por ciento a la música y al ya tener una banda con amigos que también deseaban crecer, quería esforzarme para poder vivir de ello, entrar al conservatorio era algo que ayudaría muchísimo, aprendería cosas únicamente sobre la música. Pero no contaba con el apoyo absoluto de mi tía, no me lo prohibía o me decía directamente que no quería que ese fuera mi futuro, pero sí me lo cuestionaba de vez en cuando y fingía que me apoyaba cuando internamente sé que deseaba que cambiara de opinión. Con mi tío Jack era distinto, a él tampoco le agradaba la idea pero sí me apoyaba, no puedo ni contar las veces que había ido a los pequeños conciertos que hacía en Nebula para darnos ánimo, siempre nos daba sus críticas como parte del público para que pudiéramos crecer más. 

—De acuerdo, tomo una ducha y voy para allá —suspiré, me acerqué al armario y tomé mi toalla, todavía húmeda por no haberla puesto a secar la última vez que la había usado.

—Bien —sonrió contenta y se dirigió a la puerta.

—¡Cierra la puerta! —salió sin cerrar— ¡TÍA, CIERRA LA PUERTA! —no regresó a cerrarla, siguió alejándose. Estaba seguro que me había escuchado pero me había ignorado. 

Suspiré y fui yo mismo a cerrar la maldita puerta.

***

—Vamos hermano, sabes que tengo razón —Nico dijo.

—No, Sarah no me ha dicho nada —volví a repetir, empezando a fastidiarme.

—Pero se le nota que quiere que vuelvan a sus viejas andadas —volvió a insistir.

—Terminamos lo que sea que teníamos, de hecho fue ella la que lo terminó —expliqué.

—Pues está bastante arrepentida —devolvió.

—¿Por qué estás insistiendo tanto? Ya te dije que no vamos a regresar —me harté y le solté con dureza.

—Porque ella me molesta con el tema, siempre que estamos hablando termina mencionándote. Se preocupa muchísimo por cómo estás —. Lo último lo dijo con amargura, se le notaba que ya estaba hastiado porque Sarah se estaba volviendo muy insistente.

Me relamí los labios y fruncí el ceño.

—Eso tal vez sea porque quedamos bien pero ahora el ambiente cuando platicamos es muy incómodo, no ha de querer preguntarme a mí directamente. Pero ya te lo dije Nic, no quiere que volvamos.

—Pero cómo no va a querer si...

—¡Joder, Nic! Estás haciendo que pierda la paciencia —me presioné el tabique de la nariz, intentando tranquilizarme.

—Entonces solo dile que ya no me moleste con lo mismo.

—Dile tú, no me involucres —me levanté del sillón y caminé hacia la mesa de aperitivos.

Había acordado con mi tía que iría a la universidad, ese era mi plan inicial pero el café Nebula quedaba de paso y cuando vi el auto de Axel estacionado en el aparcamiento, decidí que era mejor quedarme a practicar con la banda. Sigo creyendo que eran buenas decisiones, al fin y al cabo todos los integrantes estaban ahí.

Empecé a meterme a la boca un puñado de gomitas de panda y me sobresalté cuando una mano impactó con fuerza en mi hombro. Me giré para ver quién había sido y me encontré con la expresión aburrida de Zuri.

—¿Nico está molestando con lo de Sarah? —preguntó mientras tomó un plato y lo llenó con frituras.

—Sí, pasó los últimos minutos insistiendo en que debo volver con ella —conté y ella tronó la boca.

—No le hagas caso, estoy segura de que no es verdad, Sarah ya te superó —animó y se giró para volver al sofá con el resto de la banda. Cuando vi que Nico ya se había unido; me dirigí a gusto a sentarme con ellos.




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