Razones peligrosas | Libro 3

5

A penas me dijeron que el idiota de Bags estaba en el hospital, corrí a verlo.

Aunque su diagnóstico era bueno, rayos, sé que no debería haberlo hecho.

― Lo bueno es que solo te lo dislocaste esta vez ―dije al idiota.

Bags estaba sentado en la camilla esperando a que lo dejaran ir―. Según las muestras de sangre, todo está bien ―dijo ya más estable. Tomó mi mano―. No era seguro que vinieras ―dijo preocupado.

Lo sé idiota, pero no podía evitarlo.

―No te preocupes, no lo haré de nuevo ―solté. Inspiré aire para darme valor―. Merri, lo he pensado y no hay modo que podamos estar juntos, han pasado demasiadas cosas. Y tú sabes que no te he perdonado por lo que me hiciste. ―Eso último era mitad mentira.

―Margot ―él quiso intervenir, pero negué con la cabeza―. Yo te amo ―Su declaración me hizo sentir muy mal.

―Adiós Merri, no vuelvas a verme. ―Lo besé en la mejilla y emprendí una lenta retirada.

Me topé con Connor y Eli en la entrada―. Ya nos vamos, supongo ―Connor nos habría escuchado de seguro, Eli seguía en la luna.

―Adiós, Eli. ―Él me miraba muy confundido y no lo culpo.

―Bags espera, no te muevas, el doctor aún debe verte.

En medio del forcejeo entre esos dos, el doctor llegó, así que me llevé a Connor muy rápido.

Llegamos a casa en taxi, me había metido en el cerebro que era lo mejor, porque así era, todo se había derrumbado como un castillo de naipes después de discutir con el tío Benito en Trujillo; y reparar en las estupideces que Kevin había hecho y las que tuve que pasar con Bags.

Llegué a la conclusión de que las relaciones trágicas empezaban al perdonar la primera ofensa y al esconder tus tragedias a tus padres, porque un buen psicólogo hipnótico es muy peligroso cuando es parte de la familia y descubre lo que no debería y te habla sobre el síndrome de Estocolmo y la necesidad de seguridad en las víctimas de secuestro y las que han vivido toda su vida bajo la sombra de padres sobreprotectores.

―¿Qué te hizo Bags? ―Connor me miraba con sospecha―. Sé que no lo has llevado muy bien desde el principio, a pesar de haberte encontrado y liberado de los dos malnacidos que te tenían retenida, no lo entiendo, siempre supuse que serían pareja en cualquier momento ―dijo tratando de entender.

Miré con remordimiento a Connor, si el idiota supiera, no diría lo mismo.

―Como mi padre dice: es mejor un marido que no es policía ―respondí.

Maiky abrió la puerta principal cuando otro taxi se detuvo en la entrada.

―Margot, espera. ―Me giré con el resentimiento encima para ver a Bags, tenía el cabello revuelto, parecía que había corrido una maratón y apestaba a Lysol. ―Perdóname, por todo, por no protegerte de todo lo que te molesta, por no creer en ti desde el principio ―Se arrodilló provocando un vuelco en mi corazón―, por estar roto.

¡Ay no!

―Vete, Merri. ―Este idiota iba a soltar la lengua en cualquier momento, madre estaba en plan cacería y no quería perder la poca libertad que tenía o causarle daño a él.

―Escúchame ―rogó Merri.

Connor emprendía una retirada incómoda junto a Maiky.

―Escúchame tú ―Lo señalé con el índice―. No todo es como se quiere, nada es fácil, acéptalo, no estamos en la época medieval en el que, al rescatar a la damisela, el caballero pide su mano y son felices para siempre. ―Me limpié las lágrimas que no sabía que derramaba―. Sabes perfectamente cómo nos volvimos a ver después de tanto tiempo, existen cosas que no se olvidan ¿Crees que es sano el golpearte o jugar al rol como sumisa rebelde? ¿Que será bueno en el futuro? ¿Quieres cariño a costa de tu salud mental? ¿O eres como tu hermano que prefiere secuestrar antes que cortejar?

Jamás pensé que vería una lágrima en sus ojos amatistas.

― No me hagas esto, solo dame la oportunidad.

―Tú te lo perdiste ―exclamé luchando contra la presión que sentía en la garganta, no podía darle mi punto débil, pero mi padre iba a masacrarlo tarde o temprano, gracias tío Benito―. Y no desprecio tu pasado, porque yo viví mi propio infierno. ―No sé por qué se lo aclaraba, era mejor retirarse y no lograba hacerlo―. Y no ganarás nada contando lo que pasó, solo nos arruinarás la vida. Arruinarás la mía y viviré en un completo infierno de nuevo ―recalqué resentida.

―Hoy hubiera muerto y solo pude preocuparme por ti, me lancé a la basura solo pensando en ti.

Y él sufría si sentía algo sucio cerca de él, me lo estaba haciendo muy difícil.

―¿Me acosarás si te sigo rechazando Merri? ¿O me secuestrarás tal como tu hermano sugirió? ¿También piensas que me gusta el frío control emocional? ―Me dolió mucho decírselo, tuve que contener el llanto dándole la espalda e ingresé a casa―. Vete .―Lo dejé frío en la entrada, jamás había pensado escuchar eso de mí, y sé que yo tampoco hubiera dicho algo así aunque me lo preguntara, excepto hoy.

―Margarita, eso fue duro ―intervino Connor.

Le eché el cerrojo a la puerta antes de enfrentar a Connor.




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