Realeza Atlante: Prenumfa

Capítulo 6:Trabajo En Equipo

SPOILER DEL PRÓXIMO CAPÍTULO ALLÁ ABAJO (no te diré en que parrafo para que leas toda la nota).

Dos días, dos días en los que era imposible saber donde estaban los reyes.

Adira no había abandonado la biblioteca en esos tres días, buscaba y buscaba por todos los libros sobre los broches de la realeza, pero no encontraba ninguno que hablara acerca del tema. La única manera de usar los broches era por medio de la tecnología. Valoró la opción de volver entrar a la sala de seguridad, pero ahora estaba vigilada por varios guardias y seguramente ya sabrían que habían cortado las grabaciones, con razón habría más guardias.

Estresada, desesperada, hambrienta y somnolienta, apoyó su cabeza en la mesa donde estaba.

—Hola—escuchó una voz que poco había escuchado, pero la recordaba.

Levantó su vista y se encontró con la princesa de Buttercup, Harper Bucklein, los cabellos rubios de la chica le llegaban un poco más debajo de los hombros, enmarcando su hermoso rostro, con unos bonitos ojos verdes, una nariz respingona y unos labios en forma de corazón, dándole un aspecto muy tierno, además claro de sus alas blancas, que cambian de color cuando usa sus poderes.

—Hola—le contestó.

—Soy Harper—informó, como si no supiera que es deber de cada blakcord saber quiénes pertenecen a la realeza. —. Eres Adira ¿Cierto?

—Sí—volvió a responder esta vez mirando fijamente el libro, esperando que la butterfland entendiera que no la quería allí.

—Puedo ayudarte—Ofreció con una sonrisa.

—¿En que exactamente podrías ayudarme?—preguntó Adira, ahora interesada en lo que la rubia mariposa decía.

—Te he estado observando—informó—. Sé que estuviste en el cuarto de cámaras, y que intentas hallar a tu tío.

Adira, con sus ojos verdes supo que no mentía. Eso le traería problemas.

—¿Por qué me ayudarías? —preguntó dejando a un lado el libro que aún tenía en sus manos.

—Tengo mis motivos... Además ¿Qué crees que pasará cuando todos los demás se enteren?...

Adira pensó en sus opciones. Por un lado, tenía a Blue y a Atlas con los cuales no tendría comunicación en un largo tiempo.

En otra circunstancia no dudaría en rechazar su oferta, pero tenía pocas posibilidades de lograr algo sola.

—Bien—cedió—. Necesitamos un dispositivo electrónico—dijo. — y lo conseguiremos como sea.

—¿Hablas de robarlo?

—Si... bueno no—contestó—. En realidad, sería como un préstamo. Luego lo devolveremos.

—Creo que deberíamos considerar otra manera—sugirió Harper.

—¿Y qué propones entonces? —pregunto Adira.

Harper se quedó callada unos segundos, pensando en si lo que sabia las ayudaría. Pero no se había ofrecido para romper las reglas.

—Sé de alguien que no entregó su tableta—admitió.

—¿Quién? —demandó Adira.

—Roan...—susurro.

—¿Qué? —demandó Adira al no escucharla.

—Ronix—mencionó un poco más alto.

—¿Por qué no me sorprende? —cuestionó retóricamente.

Roan Ónix un príncipe blakcord volcano, conocido por la gran mayoría como Ronix, en combinación de su nombre y apellido, con un carácter incomprensible, es la competencia de Adira, un digno oponente de alto rendimiento igual que ella, solo que más fuerte.

—¿Vamos entonces? —preguntó Harper.

—Es eso o robarlo—mencionó Adira poniéndose de pie.

(...)

—Te dije que yo podía pedírselo—protestó Harper al ver como Adira se aproximaba a la puerta de la habitación de Ronix.

—Y yo te dije que lo haría yo—contestó Adira antes de tocar la puerta frente a ella.

La puerta se abrió mostrando a Roan que enseguida pareció confundido por encontrarse de frente con Adira Brunnen, luego desvió la vista para ver a Harper.

—¿Vienes a amenazarme? —preguntó Roan.

—¿Amenazarte? —preguntó Adira siendo ella la confundida ahora.

—Para que te deje ganar por supuesto—contestó Roan.

—Mientes—expuso Adira cuando supo sus sentimientos.

—Podrás saber mis sentimientos Brunnen, pero no puedes leer mis pensamientos—respondió él—. No lograras sacarme nada.

—Como sea. No estamos aquí por eso—dejo pasar el tema—. Tienes algo que necesitamos.

—¿Qué seria eso? —cuestionó Roan queriendo ir al punto.

Harper que se había mantenido al margen notó que alguien venia en su dirección.

—Chicos...—les llamó—¿Podemos entrar?

—No—bramó Roan.

—Viene alguien—dijo Harper dirigiéndose especialmente a Adira.

—Quédate afuera entonces—le dijo a Roan y jaló a Harper para entrar por debajo del brazo de él, que estaba apoyado en el marco de la puerta.

Roan cerró la puerta con indignación y miró a las dos chicas que tenía enfrente tratando de intimidarlas. Dio resultado con Harper pero Adira le devolvió la mirada.

—¿Qué quieren? —exigió.

—Tu tableta—dijo Harper bajito.

—¡Le dijiste! —reclamó acercándose a ella.

—Hizo bien en decirme, la necesitamos para encontrar a los reyes—se interpuso Adira entre los dos.

—¿A que te refieres? —cuestionó aún enojado.

—Hay una forma, pero necesito tecnología para rastrearlos—le explicó.

—¿Y qué gano con esto? —preguntó.

—Si funciona diré que nos ayudaste—ofreció— y si te niegas no tendré problema en decir que escondes un objeto de forma ilegal.

—Ignoraré que intentas chantajearme—contestó—. Si me dejas formar parte de todo lo que tengan que hacer para salvarlo además de mi ayuda tendrás la tableta. ¿Trato? —una sonrisa "inocente" atravesó su rostro seguido de su mano extendida.

—Trato—Contestó ella apretando su mano.

Roan fue hacia un mueble para sacar la tableta y entregársela a Adira.

—Lo logramos—le dijo Harper a Adira, la cual respondió con una sonrisa.

Las siguientes dos horas se mantuvieron en la habitación de Roan, tratando de darse prisa con el rastreo. Al concluirlo la localización que mostró fue fuera del hotel, lugar que para esos momentos era inaccesible para ellos.



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En el texto hay: atlantida, realeza, atlantis

Editado: 15.09.2020

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