Realeza Atlante: Prenumfa

Capítulo 9: Confusión

—¿Puedes despertarlo? —Preguntó Atlas a Blue, quien observaba fijamente al guardia que estaba dormido en el piso.

—Sí—contestó ella presionando debajo de una de sus axilas—. Lo conozco—agregó no dándole demasiada importancia.

Las armas de todos los reinos están diseñadas para hacer tres acciones: herir, dormir y curar. El arma una vez hecha se cubre con una mezcla de Sairon y Xett. Este último producido por los artenses de ojos azules, dándoles la capacidad de curar heridas.

—Deberíamos amarrarlo—mencionó Blue, recibiendo el líquido en sus dedos.

—Claro—contestó él, comenzando a arrastrar al guardia hacia el interior del cuarto que minutos atrás lo dejó atónito.

Lo colocó sobre una silla, amarró sus manos y pies con una cuerda que había por ahí.

Una vez en esa posición Blue depositó un poco de xett en los labios del chico de modo que lo ingiriera, haciendo que se cortara su respiración por unos segundos, para después abrir los ojos de golpe al igual que succionar una gran cantidad de aire con ayuda de su boca que también abrió en grande.

Lo primero que los ojos del chico captaron fue lo que habían visto Blue y Atlas ya, y que los dejaba con una expresión similar a la del guardia: perplejos.

Era una sala de grandes dimensiones con muchos aparatos electrónicos que ya no se usaban en los reinos. También era sorprendente ver algunas computadoras humanas en la escena. Pero sin duda lo que más resaltaba eran los dos grandes domos que estaban en medio de la sala y tenían un color blanco borroso que no dejaba ver bien lo que había dentro.

—¿Qué es esto? —fue lo primero que dijo el guardia.

—Dínoslo tú ¿Qué es esto? —exigió Atlas.

—Hola Lance, te explicaré todo, lo que mi amigo quiere decir…—comenzó a decir Blue, pero Atlas la interrumpió.

—No somos amigos.

—Lo que él quería decir—comenzó de nuevo— es que estabas custodiando este lugar, deberías saber que es todo esto.

Lance negó, notando por fin que sus extremidades estaban atadas.

—El reinol Azzú me contrató para custodiar criminales—explicó—. Solo me pidió que cuidara la entrada de esta sala, dijo que aquí había personas muy malas, asesinos. Me prohibió la entrada y veo por qué.

—Ese maldito hijo de perra manipulado a los demás desde tiempos inmemorables—mencionó Atlas.

—No te refieras a un reinol de esa manera—lo reprochó Blue—. Además, esas cosas podrían ser prisiones.

—Blue, ya no pertenezco a este lugar así que puedo llamar a esa escoria como quiera.

Lance los miró a ambos simultáneamente, tratando de soltarse.

—¿No perteneces aquí? —cuestionó. Nunca había visto a alguien como el por esas aguas, tampoco pasaba por alto que él lo había atacado y seguramente también lo amarró, pero eso no era lo importante en ese momento.

—Hola, soy un prenumfa blakcord—contestó derrochando sarcasmo.

—Has cambiado mucho—mencionó tratando de disimular la incomodidad del ambiente.

Atlas le dirigió una mirada de indiferencia y se apartó de ahí yendo hacia los grandes domos, no sabía que habría dentro, pero comenzaba a sospechar que o quienes podrían estar en su interior.

—¿Podemos confiar en ti para investigar lo que pasa aquí? —escuchó que Blue preguntaba.

Ignoró esa conversación para centrarse en las cosas que lo rodeaban. Sea lo que sea que hubiera dentro había que sacarlo.

—¿Recuerdas que estaba por graduarme? —le preguntó a Blue—No podré obtener el título si no tengo la aprobación de Azzú, me pidió que custodiara este lugar para probar mis habilidades, prometió darme la aprobación si lo hacía bien.

—Que no te sorprenda cuando te deseche—comentó mordazmente.

Ahora que se detenía a mirarlo, no parecía ser mayor de veinte años, es más parecía tener su edad y eso explicaba por qué no llevaba el título de guardia. Independiente de eso se veía fuerte, tenía cabello castaño no muy largo y unos profundos ojos ámbar.

—Atlas, lo que tengas en contra de Azzú dilo ahora para que podamos seguir con nuestra misión—exigió Blue tratando de no perder la calma.

—Azzú Livinn mató mis padres, luego me inculpó en un maldito juicio frente a toda la realeza, concejales—explicó comenzando a enfurecerse—¡Y cada puta persona de cada reino! ¡Debería hacer más que odiarlo! — explotó golpeando fuertemente uno de los domos con sus puños cerrados.

Todos esos hechos seguido de sus consecuencias los había enterrado en lo más profundo de su ser, compartiéndolos únicamente con Adira, que por aquellos años donde se conocieron ambos tenían mucho dolor almacenado.

Lance que había sido liberado minutos atrás, compartió una mirada de preocupación con Blue.

Prenumfa no tuvo un juicio público.

Lo que decía Atlas no tenía sentido, la noticia de su destierro no fue totalmente pública hasta un mes después de los hechos.

Blue era muy pequeña en aquel tiempo, pero sabía por su madre que el juicio de Atlas había sido discreto; estando únicamente el rey, los reinols y pocas personas del consejo, además de dos abogados y un guardia.

—En tu juicio no hubo más de quince personas—aseguró Lance.

—¿Estuviste allí? —atacó ofendido.

—Ninguno de nosotros estuvo allí, pero mi mamá si—explicó Blue—. Tu siempre te negabas a responder.

Atlas alterado, negó y se retiró. El vio como Azzú manipuló todo frente a cientos de personas no permitiría que intentaran jugar con su mente de esa manera.

Estaba cien por ciento seguro de que ocurrió y lo que decía, nadie iba a romper esa seguridad.

Blue miró a Lance.

—Deberías mostrarle alguna noticia de su juicio—sugirió Lance extendiendo su bizon.

Un dispositivo que por el momento solo estaba disponible para los guardias, ya que aún sigue en periodo de prueba. Funcionaba como una computadora que es capaz de proyectarse en el aire y se lleva en la muñeca



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En el texto hay: atlantida, realeza, atlantis

Editado: 15.09.2020

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