Capítulo II "Primogénitos de Plutón"

"Tuve ese sueño de nuevo,
El está huyendo
Pero no sabe que desde que despertó ese día su vida ya estaba al final de la cuerda,
Del espanto no podía gritar
Siento su dolor
Despierto desesperada y aturdida
No  seguiré así, llegó el momento de saber que fue de él"

Así Rebeca le contaba sus hermanos la nota que su madre dejo en el picaporte,
Alarmados, la pesadilla recobró vida
Debían averiguar qué ha pasado con ella
Que ya yacía en las profundidades del bosque
Pero debían averiguar qué fue ella a buscar allá

A medida que avanzó, siendo blanco de entidades al acecho
Tengo los deja vú,
Cómo si fuera preparada para estar en este preciso momento, a esta misma hora, a la luz de las estrellas y demás cuerpos celestes
Ya siento su aura
Lo puedo jurar.

Esa mañana el pueblo luce como si el mismo diablo hubiera arrasado con todo a su paso,
Aplastando cualquier obstáculo con su pezuña,
Todos estaban en sus casas
Reunidos con viejos amantes y familiares que ya hacía mucho tiempo que daban por muertos,
Era un verdadero milagro justo como esa tarde en que padre volvió de entre las ruinas,
Rebeca no dejaba de preguntar y se asustaba
Era demasiada coincidencia que todos volvieran, hasta los que funerales ella había dado el pésame, algo maligno resonaba por las calles pocas transitadas
Fue cuando Rebeca se percató que la respuesta era su padre

Darío, amor mí,
Dónde te encuentras
Puedes sentirte
Sé que estás aquí
Muéstrate
¿Que es eso?
Es acaso un espejo
! Dios no!
Ya sé que ocurrió
¿Pero sé que no saldré de aquí no es cierto?

No...

Rebeca y sus hermanos se dirigieron con prisa a casa,
Recordaba que su madre guardo todo lo de sus ya difunto padre en un pequeño cajón del  siglo pasado que le había heredado su tía segunda,
No fue necesario, su madre los esperaba con una sonrisa de oreja a oreja
Mientras sus hermanos comían el almuerzo que su venerada matriarca preparó con tanta prisa,
Rebeca se dirigió al baño a lavarse la cara, ella sabía que lo que se encontraba en la cocina no era su madre, lo podía sentir, pero no pudo enfrentarla, puesto que se  percató que alguien la observaba y con solo mirar su reflejo se vio a una doble, con una sonrisa de maquiavélica y solo basto con girar para darse cuenta que el principio del fin, ya llegó...