Rebel Love

01

-Ha dos años, de la partida de la escritora Amelia y aún sigue la herida abierta-. menciono el sujeto del noticiero que papa suele ver.

-Sigo creyendo que ese no es mi ángulo ¿o qué opinas amor?

No respondo a su pregunta, me retiro de la sala con dirección al balcón que se encuentra en la planta alta, cuando ella murió decidimos quedarnos en el mismo lugar ya que ahí se encontraban los recuerdos que tenia de ella, hasta hace un par de días nos mudamos a lo que sería nuestro nuevo hogar.

- ¿Estas bien?

- ¿Hicimos bien, en mudarnos?

-Mira nena, tu padre amaba ese departamento, al igual que tú, también sufrió cuando ella se fue, como tú, pasaron seis años y aun duele, así que creo que este cambio les hará bien-. Hablo mi tío Zach-. Además, vas a tener una nueva vida, empezar de cero, todos juntos.

-Si, pero no estamos todos-. Dije antes de abandonar el balcón.

Las ventajas de habernos quedado en nuestro antiguo hogar, fue que pude conocer a los abuelos por parte de mamá, al principio no aceptaron, pero conforme el tiempo pude entablar una relación con ellos.

La nueva casa, era de dos pisos, ya no era un edifico con esos apartamentos en que se escuchaban los sonidos del elevador cuando no funcionaba y las quejas de los inquilinos cuando tenían que ir por las escaleras.

Baje las escaleras mientras tomaba del perchero mi chamarra, al ponérmela mi padre se voltea hacia mi junto a la tía Kalila, ella odiaba que le dijera tía, pero cuando papá lo hacía soltaba una risa para después golpearlo.

-Voy a salir-. Anuncie justo abriendo la puerta.

No conozco este lugar, cuando abro la puerta y salí, vi a la señora de la casa de alado, creo que es la dueña ya que se encuentra regando sus plantas. Sonrío en forma de saludo hacia ella, quien me devuelve el gesto con otra sonrisa.

No puedo ir tan lejos de la casa, aun no conozco este lugar y honestamente, prefiero no perderme, cuando llegamos a la nueva casa observe un parque, aún recuerdo el camino, ya que le había dicho a mi papá que quería ir.

No está muy alejado, hay muchos puestos y cafeterías al cruzar la calle, no es un parque muy grande, hay un par de columpios y toboganes en el área infantil donde veo que los niños corretean y gritan sus risas, justo enfrente de estos se encuentra una pequeña área verde, donde algunos están haciendo picnics o simplemente pasan el tiempo. No me toma mucho tiempo el recordar a mí de esa edad y a mamá, donde solíamos vivir íbamos muy seguido al parque que se encontraba cruzando la calle, jugábamos a las traes o simplemente íbamos por helados. Recorro el lugar, recordando los viejos tiempos con ella, mientras atardece, pienso que ya es hora de regresar a casa…

          Dos días después…     

Abro los ojos por la alarma de mi despertador, estiro mi mano para poder encontrar el botón de apagar o por lo menos, poderlo desconectar, en cuanto logro alcanzarlo lo arrojo al piso, debido al golpe deja de sonar y yo por fin puedo volverme acomodar en la cama.

- ¡ARRIBA,ARRIBA,ARRIBA!-.Grito alguien brincando en mi cama.

-Ya basta, déjame dormir-. Mencione enrollándome con mi sabana.

-Imposible señorita, tu padre está preparando el desayuno y es hora de que te apresures si no quieres llegar tarde a tu primer día de clases-. hablo mi tía yendo abrir las cortinas de mi ventana.

- ¡Esto es allanamiento de privacidad!

-Lo será si tu padre sube y te encuentra aún en pijama-. Dijo saliendo de mi habitación.

Si, esa es mi tía Kalila, según mi padre, cuando ella tenía mi edad era el alma de todas las fiestas a las que lograba convencerlo ir, simplemente eran uña y mugre ellos dos, me cuentan que cuando se conocieron, fue cuando mi padre le dio un balonazo cuando sus amigos le habían dicho que jugara futbol con ellos, claramente mi padre no es ningún deportivo.

Después de tener a mi tía gritando que iba a volver a subir, me apresuré a recoger mi cama y tomar mi conjunto que había sacado ayer por la noche, me metí al baño hacer mis necesidades, mientras ella y mi padre estaban haciendo el desayuno, una vez afuera tomo la pequeña mochila que descansa en la encimera de mi escritorio y bajo con ellos

Papá es un gran chef, le costó haber dejado su restaurante, pero no todo es malo, ya que le habían ofrecido hacer uno en la ciudad, él me cuenta que mi abuelo fue lo impulso a la cocina, debido a que la abuela no sabía cocinar, ambos suelen molestarla con eso.

-Mi pequeña hija, te hice tu favorito-. Hablo mi padre, dejando el plato sobre la mesa.

Sándwich de jamón con pepperoni.

- ¡Hey!, ayude a prepararlo.

-Ha sí, tu tía le puso el pepperoni-. Dijo restándole importancia.

Ambos se dan de manotazos, justo antes de que entre mi tío Zach a regañarlos.

El tío Zach, es una especie de intermediario de ellos dos, siempre que se golpeaban, él estaba allí para golpearlos a ambos, Kalila y Zach, bueno ellos dos han estado juntos desde la llegada de mamá a nuestra vida, ellos no están casados, porque se definen que no necesitan etiqueta.

-Vamos, te iré a dejar y yo iré a ver cómo van con las cosas del restaurante-. Dijo mi padre tomando las llaves de su auto.

Me despedí de mis tíos y fui con papá al auto, subi de copiloto mientras que la ya tenía encendido el carro y una vez cerre la puerta y me puse cinturón de seguridad, arranco. No solía tener demasiados amigos en mi antigua escuela, de hecho, no tenía ni uno, se acercaban solo para pedirme que mamá les firmara un libro.

Durante el camino no mencione nada, solo veía por la ventanilla, desde que soy pequeña tengo una manía de ver hacia las nubes, más aún cuando es de noche, suelo ver las estrellas, porque mamá dijo que cuando ella muriera, se convertiría en una.

Papá aparco frente de la escuela, no había movimiento alguno, mientras me quite el cinturón, fruncí el ceños al ver que no había nadie afuera, ¿papá estas seguro que no es fin de semana? Pensé.




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