Desde aquella noche , las palabras de Marcus calaron muy profundo dentro de mi , no dejaban de repetirse en mi mente , haciendo un eco que era menos soportable para mi cabeza , "El agua… es cruel, ¿no lo crees?" ¿Cómo lo sabía? Esa frase era un pasado que yo misma había intentado enterrar, un recuerdo que solo existía en mi mente.
Pero ahora, cada vez que cerraba los ojos, volvía a verme sumergida en aquel barril, luchando contra el agua fría y las cuerdas que quemaban mi piel, cada burbuja que subía a la superficie parecía llevarse una parte de mí.
Había algo roto dentro de mí, algo que no podía reparar.
Mis horas se pasaban cuando deambulaba por la casa , mi mirada estaba perdida, los pensamientos borrosos y mi cuerpo moviéndose como si no me perteneciera , no tenía control de nada .
El peso de su mirada, las palabras cargadas de un significado que él no debería conocer , mi pasado y presente se mezclaban de formas que no podía detener , y mi mente empezaba a desmoronarse.
En más de una ocasión escuche a la señora Danwork murmurar hacia su esposo las palabras “extraña ” y “ drogas ” , cada una de sus palabras llegaban a mis oídos , no podía culparla.
Yo misma había perdido la cuenta de cuántos frascos de pastillas había dejado tirados por la casa: ansiolíticos, antidepresivos, sedantes… Todos ellos eran un intento desesperado de silenciar el ruido en mi cabeza, pero ninguno funcionaba .
—Audrey, ¿estás bien? —preguntó Olivia una noche mientras cenábamos.
Levanté la mirada de mi plato , mis manos temblaban ligeramente, y me apresuré a esconderlas bajo la mesa.
—Sí, estoy bien —mentí, con una sonrisa débil.
Pero Frank no parecía convencido.
Me miraba con el ceño fruncido, sus ojos analizando cada uno de mis movimientos.
—Thane, ¿podemos hablar? —dijo de repente, levantándose de su asiento.
Marcus , que había estado en silencio toda la cena , asintió y se dirigió fuera del comedor , no sabía qué planeaba Frank, pero la tensión entre ambos era palpable desde el día en que llegó a la casa.
Intentando no hacer ruido, y me acerqué a la puerta para escuchar su conversación.
Las voces eran bajas, pero podía distinguir las palabras lo suficiente como para entender lo que decían.
—No estoy seguro de que sea prudente que sigas aquí, Thane —dijo Frank, con un tono que denotaba desconfianza.
—Mi estancia aquí no está abierta a discusión, señor. Estoy cumpliendo órdenes del régimen —respondió Thane, con su habitual tono autoritario.
—Audrey no está bien. Desde que llegaste, su comportamiento no ha sido normal , ella no necesita vigilancia ,necesita ayuda. Y no creo que tú estés aquí para dársela —insistió Frank, alzando un poco la voz.
Hubo mucho silencio después de esa declaración .
—Tiene razón en algo . Audrey no está bien. Pero eso no significa que no sea peligrosa, mi tarea es garantizar que no se convierta en un problema para el régimen. Y créeme, estoy siendo más paciente de lo que debería.
¿Realmente pensaban que era una amenaza? ¿Tan poco me conocían?
Cuando ambos comenzaron a acercarse , me apresure para llegar al comedor y seguir fingiendo mi distracción por el plato de comida .
Esa noche, mientras intentaba dormir, escuché un golpe en mi ventana.
Cuando la abrió , una brisa suave hizo presencia , no había nadie , excepto un pequeño papel doblado en el alféizar.
"No confíes en él.
Observa, pero no actúes todavía."
No había firma, pero era la misma letra que estaban en las otras notas , sentí un poco de alivio al saber que podría tener un respaldo , pero, ¿quién era? ¿Y qué significaba "todavía"? .
A la mañana siguiente , Frank me informó que me llevaría al médico , su decisión era firme y estaba muy cansada para discutir , mientras cruzábamos las calles rumbo al consultorio, Frank intentaba llenar el silencio con comentarios sobre la ciudad, pero mi mente estaba en otro lugar.
El consultorio era imponente, con paredes altas y decoraciones elegantes que recordaban la riqueza y el poder de un palacio, mientras esperábamos, observé a las personas que entraban y salían, algunas de ellas claramente nobles y otros soldados de élite .
—Audrey Kessler, adelante —anunció una voz.
Me levanté y Frank me siguió atrás .
El médico era un hombre mayor, con un aire profesional , comenzó con preguntas básicas, pero antes de que la consulta siguiera avanzando , la puerta se abrió de golpe y una figura familiar entró el hombre de la tienda.
Mi corazón se detuvo.
—Doctor , necesito que revise algunos documentos —dijo el hombre, con esa voz grave que había quedado grabada en mi memoria
—Claro ,majestad —respondió el médico, inclinando la cabeza .
Majestad.
El rey .
Su expresión era inescrutable, pero sus ojos reflejaban un atisbo de reconocimiento ¿Sabía quién era yo? ¿Sabía lo que estaba haciendo allí?