Rechazada por mi mate

Capítulo 8

En la mañana siguiente

Alexander: debemos de levantarnos, mi hermosa luna. Solamente que siempre voy a preferir estar más tiempo así, ya que no quiero separarme de ti.

Gema: desde el día de ayer no nos hemos separado. Definitivamente nunca vas a poder evitar exagerar, pero me siento muy nerviosa, ya que este día entraremos juntos a la escuela.

Alexander: no pasara nada fuera de lo normal y así que no debes de sentirte de esta manera. Recuerda que yo no te dejare sola y a partir desde el primer momento en que te encontré jamás lo estarás.

Gema: ahora no se como sentirme. Nada más que tus palabras me sirvieron de mucho y me siento demasiada tranquila y como lo estoy necesitamos levantarnos.

Ella se levanta de su cama y tenia que recordar arreglar su ropa en el clóset. Gema abre su maleta y saca la ropa que se iba a poner y cuando lo hace se dirige al baño a tomar una ducha. Ella empieza a bañarse y al momento en que termina se empieza a cambiar y cuando termina sale del baño y lo que le faltaba hacer era peinarse y sobre todo ponerse sus zapatos. Gema se acerca al tocador y toma el peine para desenredarse su cabello y así lo hace, solo que al final se pone sus zapatos. Alexander únicamente estaba viendo todo lo que hacia ella y se levanta de su asiento al darse cuenta de que había terminado y el también estaba listo para irse a desayunar con ella, ya que se baño y cambio en la otra recámara y la estaba esperando a ella.

Alexander: necesito decirte que te ves más hermosa que ayer. Esto te lo dice el hombre que esta enamorado de ti, aunque mi alma de hombre lobo piensa exactamente lo mismo.

Gema: me pregunto si estas seguro de lo que me estas diciendo. Pero se que eres sincero y que mi corazón no se puede equivocar contigo.

Alexander: tu corazón no esta equivocado. Porque sabe perfectamente que te estoy diciendo la verdad y quiero que te sientas segura de que te amo.

Gema: el amor no se trata de sentir este sentimiento. Además, también debemos de expresarlo para que la persona que amamos se sienta amada.

Alexander: sabes que me gusta como piensas, mi luna. Ahora debemos de irnos a desayunar y seguramente no quieres llegar tarde a clases.

Gema: el único problema es que deje mi mochila en el salón de clases. Espero que mi amiga se la haya llegado a su casa y sino estaré en problemas.

Alexander: tu mochila la tiene, Ewan. Solamente que el día de ayer hable con él para que la cuide y seguramente te la dará cuando lleguemos a la escuela.

Gema: menos mal que eso paso. Pero si la hubiera perdido no tendría otra opción que comprar todo de nuevo y lo que menos quiero es molestar a mis padres.

Alexander: no los hubieras molestado y acaso olvidaste que a mi lado vas a tener lo que quieras. Nada más que si son simples caprichos no me molestaría.

Gema: jamás he sido una persona caprichosa. Porque siempre he estado conforme con lo que tengo y también entendí que mis padres no me podían dar todo lo que quisiera.

Alexander: eres una persona normal a los ojos de las demás personas. Aunque nosotros sabemos que no lo eres y sobre todo estoy demasiado consciente que eres mi luna.

Gema: soy la luna que no elegiste para ti. Estoy segura que te hubiera gustado hacerlo y no tuviste otra opción que aceptarme, ya que nuestras almas se reconocieron.

Alexander: tu siempre serás mi única opción. No quiero a nadie más como mi luna si estas en mi vida para que seamos felices, así que no quiero que vuelvas a repetir esas palabras.

Ellos salen de su recámara tomados de las manos y a los pocos minutos llegan al comedor. Ellos saludan a sus padres y cuando lo terminan de hacer Alexander ayuda a su luna a tomar asiento para hacerlo el también. Ellos empiezan a desayunar en silencio y tiempo después terminan.

Lucía: tus hermanos llegaran esta tarde de su viaje. Espero que estés aquí cuando lleguen y me imagino que la presentaras ante todos ellos.

Alexander: eso es lo que hare, madre. Ella necesita conocer a sus cuñados y sobre todo siempre debe de existir un respeto, aunque no creo que haya problemas con ellos.

Leandro: nuestros hijos son seres sobrenaturales que respetan las costumbres de los hombres lobos. Eso significa que nunca cuestionarían la decisión de la diosa luna.

Alexander: lo que pasa es que ellos son más centrados y eso que son mis hermanos menores. Ellos saben la responsabilidad de ser alfa de la manada.

Lucía: solo que no son como tú. Además, tu eres nuestro primer hijo al que adoramos y por eso nos comportamos de esa manera el día de ayer.

Ellos se despiden de sus padres y al momento en que lo hacen se levantan de sus asientos. Alexander toma la mano de su pareja eterna y la suelta hasta que llegan a su auto. El abre la puerta para ayudarla a subirse y el termina haciéndolo también, el empieza a conducir su auto y de esa manera se dirigen hacia su destino.




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