Reconocernos ¡otra vez!

Capítulo 4: Pasándome de copas

Después de probar varios outfit, por fin me decidí por ponerme un enterizo corto color hueso que se amarra al cuello con un escote en uve, y en la parte inferior era una falda-short bastante corta, que dejaba al descubierto mis muslos

Después de probar varios outfit, por fin, me decidí por ponerme un enterizo corto color hueso, que al amárralo al cuello deja un escote en uve y en la parte inferior era una falda-short bastante corta, que dejaba al descubierto mis muslos.  Me coloqué unos tacones altos negros, y me dirigí a mi tocador a ponerme un poco de maquillaje, me rice las pestañas, delinee con una fina línea mis ojos y coloque un labial nude. Se veía natural, la verdad me gusto, me estaba poniendo mi collar y unos aretes, cuando Alice entró de improviso en mi cuarto.

 

— Vaya... dime quién eres y qué hiciste con Ilse — dijo en medio de risillas.

 

Ella se veía hermosa, llevaba puesto una blusa guinda que resaltaba en su piel blanca junto a un diminuto short y unos tacones impresionantemente altos, no sabía cómo iba a poder aguantarlos puestos toda la noche.

 

— Que graciosa, ahora que decido vestirme como tú siempre quisiste, me criticas — dije tratando de hacerle sentir un poco de culpa, pero como siempre le dio mal de risa

 

— Está bien, te dejaré de molestar ... es que te ves estupenda — dijo guiñándome un ojo — Piensas tirarte a alguien hoy o el outfit es solo por gusto.

 

— ¡Claro que no! — o no sé, decía mi cabeza, estaba totalmente decidida a cambiar y sacar a la Ilse interior que tiene ganas de ponerse una borrachera infernal

 

De repente, alguien más entro dando un portazo a mi puerta, y ahí estaba, parado con la misma frescura de siempre y con un cigarro entre sus dedos. Zander, nos guiñó un ojo a las dos.

 

— Ya llego por quién lloraban bebés — dijo de forma arrogante, pero yo sabía, que su tono, tenía como único fin molestar a Alice, ella le rodó los ojos.

 

— Hola Zander, sí puedes entrar, ¡oh! sí, estoy muy bien, gracias por preguntar — dije de forma sarcástica

 

— Me dijiste que saldríamos a un club, no a un prostíbulo — dijo mirando socarronamente a Alice.

 

— ¡JA, JA! que gracioso estás hoy, por favor, Ilse, dile a tu perro que me deje en paz — dijo Alice poniendo mala cara

 

— Ya basta Zan, te lo advertí en el mensaje, no estoy de humor — dije en un tono más firme del que me hubiera gustado.

 

— Está bien, ya no digo nada, pero pueden apurarse ya vamos tarde — dijo un poco exasperado

 

Me puse un poco de colonia, Alice se acomodó las tetas de forma exagerada, provocándome risas y una rodada de ojos de parte de Zander. Salimos de la habitación, bajamos a la cochera, donde, Alice, había dejado su auto y nos dirigimos al club.

Cuando llegamos, Alice le dio la voz al de seguridad y nos dejó entrar sin hacer fila, algunas personas pitearon, pero nosotros seguimos de frente. Ya adentro del local la música era estruendosa, había una pequeña terraza exclusiva en el segundo piso que daba una vista de toda la pista de baile, subimos y nos encontramos con todos. Sofí ya había llegado y estaba hablando con Rene, cuando nos vieron se acercaron.

 

— ¡Hola! — dijo Sofí y se lanzó a abrazarnos a Alice y a mí. Estaba más alegre de lo normal parece que ella y Rene ya habían estado avanzando. A Zander solo le sonrió y lo saludó con un gesto con la mano.

 

— Hola, ¿Por qué tardaron tanto?, ya todos están aquí. Por llegar tarde ya saben que les toca beber el doble — dijo René, guiñándonos un ojo

 

— Todo es culpa de ellas, Ilse y su obsesión por no salir sin ponerse colonia y las tetas de Alice que no encontraban comodidad en esa estrecha blusa — dijo Zander, Alice le metió un golpe en la cabeza y Rene no paraba de reírse.

 

Sí, tengo una pequeña obsesión por las colonias, pero en mi defensa ¿qué sería de una mujer sin una deliciosa fragancia?, creo que tengo más colonias que calcetines. Y en cuanto a Alice, si no fuera así no fuera ella.

Llegamos al grupo a reunirnos con el resto, saludamos a todos y nos sentamos en unos puff negros, en medio había una mesa de madera circular llena de todos los licores posibles, comenzamos tomando Ron, la noche estaba muy divertida. Intentamos conversar, pero la música lo complicaba, así que decidimos salir a bailar. Alice había jalado a un incauto bastante guapo de otro grupo que se encontraba cerca de nosotros, parecía extranjero y a él no pareció molestarle para nada la osadía de mi amiga. Rene jalo a Sofí, algo se traen estos dos definitivamente, aunque Rene no es un mal chico, con su cabello oscuro con ondas disimuladas y buen porte, sin mencionar que pertenece a una de las mejores familias, aun así, me preocupa, no me gustaría que lastimara el sensible corazón de Sofí.




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