Reconocernos ¡otra vez!

Capítulo 10: Leyendo el contrato

 

Ya en el trabajo, hice todas mis rondas como de costumbre. Estaba haciendo algo de papeleo en mi escritorio, cuando mi teléfono sonó, era Andrew.

 

— Hola — dije algo extrañada por su llamada

 

— Hola Ilse, solo llamo para decirte que el contrato ya está hecho, te lo acabo de enviar a tu correo — dijo, guardó silencio esperando mi respuesta, pero por alguna razón que desconozco siempre que hablo con él me cuesta pensar rápido — ¿Ilse?

 

— Estoy aquí, ahora lo reviso — dije

 

— Esta bien, si quieres cambiar algo me avisas para decirle a mi amigo — dijo

 

— Sí, en cuanto lo termine de leer te aviso, adiós — dije, lo más neutral posible y no espere a que se despidiera simplemente colgué. 

 

Inmediatamente entre a mi correo, ahí estaba su mensaje, me causaba cierto temor abrirlo y leerlo, así que simplemente lo abrí y lo reenvié a Sofí para que lo revisara. No pasaron ni dos minutos y sonó mi teléfono, era Sofí.

 

— Ilse, lo que llego a mi correo, ¿es lo que creo que es? - preguntó bastante curiosa

 

— Sí, y debo confesar que no tuve el valor de leerlo, siento que si lo hago esto se sentirá más real, así que mi futuro está en tus manos — dije nerviosa

 

— Entiendo, pero debes agarrar valor y leerlo, porque solo así sabré como hacer los cambios — dijo Sofí, hizo una pausa para luego continuar — Voy a leerlo y te digo desde mi punto de vista, que no te beneficia a futuro, pero necesito que tú también lo hagas.

 

— Está bien, terminó unos papeles y lo leo — dije un tanto insegura, pero sabía que era necesario para que Sofí pudiera ayudarme como yo quería.

 

— Bien, hablamos luego, adiós — se despidió y yo lo hice de igual manera, con la promesa de que leería el contrato.

 

Como dije, terminé de realizar lo último de papeleo del hospital, dándole largas. Entre a mi bandeja y abrí el correo, descargué el PDF y lo abrí. Tenía como título “Contrato Prenupcial”, en el primer apartado había datos personales de ambos e identificaciones. En el segundo,  mencionaba “Ambos en su propio nombre y derecho, reconociéndose recíprocamente capacidad para otorgar el presente documento, que pretenden contraer matrimonio  y antes de hacerlo han decidido …..”, y a partir de ahí, comenzaba a mencionar todo lo que habíamos acordado, incluyendo la confidencialidad del contrato, ósea que solo nosotros estaríamos enterados y claro, también nuestros representantes legales, en este punto me di cuenta que ya había metido la pata, ya que, se lo conté todo a Zander y Alice. También mencionaba lo de nuestro futuro hijo, esa parte le caería como balde de agua fría a Sofí ya que en nuestra conversación por alguna razón lo había obviado.

Así mismo, mencionaba que solo se realizará el divorcio una vez que ambas partes estuvieran de acuerdo con la separación de bienes y se haya llegado a un acuerdo con respecto a nuestro futuro hijo, para lo cual deberíamos elaborar otro documento en que se especifique solo y únicamente el régimen de visitas, la pensión alimenticia y un seguro de vida que ambos pagaremos.

Me sorprendió que hasta especificaba que la concepción debía ser por métodos naturales y sólo en caso de haber problemas de fertilidad de cualquiera de las partes y de ya haberlo intentado de la forma natural, se vería mediante asistencia médica la mejor manera de realizar la concepción.

De no cumplirse con lo acordado, es decir, que, si no nos ponemos de acuerdo en las propiedades y nuestro hijo, el divorcio no se efectuará y si de todas maneras una de las partes comienza los trámites de divorcio, todos los negocios incluyendo la patria potestad de nuestro hijo pasarán a manos del agraviado. Así mismo, había una penalidad monetaria en caso, no se cumpliera lo acordado.

Debo decir que estaba de acuerdo con todo el contrato, excepto la parte de la confidencialidad, ya que, se lo había dicho a mis mejores amigos. Llame a Sofí para mencionarle ese pequeño detalle, apenas timbro dos veces y ya me había contestado.

 

— Sofí, ya lo leí, pero no sé qué hacer con la parte de confidencialidad, Alice y Zander ya lo saben — dije pensativa

 

— Enserio ... ¿Eso es lo que más te preocupa?, y no el pequeño detalle que olvidaste decirme la otra noche, acerca de tener un hijo con él — dijo Sofí un poco mortificada, porque no había sido del todo sincera con ella.

 

— La verdad, no sabía cómo decírtelo, esa fue otra petición de nuestros abuelos, solo así pasara todo oficialmente a nuestras manos…. Perdóname, ¿sí?... entiéndeme, hablar de eso me asusta — dije con un tono de culpabilidad.

 

— Está bien, te entiendo. Yo no voy a ser la que va a tener ese hijo y también me siento conflictuada de solo pensarlo — dijo algo apenada — Y con respecto a lo de la confidencialidad, creo que podemos hablarlo con él y mencionar, que, en todo caso, a partir de la fecha que se firma el contrato nadie más debe estar enterado de su existencia. Así, ya no habría problemas con Alice y Zander, ya que se lo has dicho, pero antes de la firma.




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