RELATO: DEJA VU POR Atalanta.

RELATO: Déjà vú

AUTOR: Atalanta

SEMBLANZA DE LA AUTORA:

Atalanta en la mitología griega representa la mujer rebelde e independiente, que defiende sus derechos y lucha con ahínco para lograr sus objetivos. Esa soy yo. Mi nombre es Eridania y soy de República Dominicana. Me encanta leer y escribir. Escribo desde los 13 años. Mis géneros favoritos son la fantasía y la aventura, pero también escribo cuentos de corte social. En Litnet he publicado: Secuestrada y otros relatos, Crónicas Épicas: Leandra, Mi Nueva Vida y Reina Mía. Espero disfruten del siguiente relato.

                                                                                  Déjà vú

Él azotó la puerta al entrar. Eso sólo significaba una cosa: estaba enojado. Yo jugaba con mi carrito de caja con ruedas de tapa de botellón de agua, en la salita. Al escucharlo me detuve aterrorizado. El hedor a ron llegaba hasta mí y me aguijonaba los pulmones y mi reacción fue esconderme detrás de la falda de mi mamá que estaba en la cocina. Pero él se dirigió hasta nosotros. Ella temblaba. Su voz entrecortada le preguntó que cómo le había ido y su respuesta fue empujarla junto conmigo a un lado y dirigirse a la nevera. Buscaba algo con desesperación y enojo. No lo encontraba. Cada segundo su irritación aumentaba más y resoplaba como un toro enfurecido. Creo haber visto humo salir por sus orejas.

De un manotazo estrelló cuanto había en la nevera. Las botellas de cristal reventaron derramando la leche, la salsa de tomate y otros sazones en el suelo. Mis lágrimas empezaron a brotar de mis ojos y mi madre no se quedaba atrás. Yo sabía lo que venía a continuación.

—¿Dónde está el ron? —Preguntó.

—Te… te —tartamudeó mi mamá—Te lo bebiste ayer.

—¡Mentirosa! —le propinó una bofetada. —¡Eres una mentirosa! ¡Me faltas al respeto! —Y continuó con otra bofetada.

Mi madre sólo lloraba.

—¡Es verdad! —grité entre gemidos.

Este atrevimiento lo encolerizó aún más y, por un brazo, me haló con violencia del lado de mi madre.

—¡Hijo de la gran puta! ¿Tú me ta’ diciendo mentiroso? —decía mientras se quitaba el cinturón. —Yo te voy a enseñar a respetarme. —Y con toda la fuerza de un hombre me azotó.

En ese momento el instinto materno de protección surgió en mi madre y se abalanzó contra él pegándole y arañándolo; pero esto sólo encendió su ira contra ella. La sujetó. Le propinó una bofetada a puño cerrado y luego otra. La arrojó al piso y se sentó en sus piernas y sin compasión siguió pegándole en el rostro. La imagen que vi fue tan desastrosa, casi no puedo describirla; pero en mí se encendió una ira infernal. Sin embargo, qué podría hacer un niño de seis años contra un adulto. Me tiré sobre su espalda y con mis débiles manitas le pegaba y empujaba, pero era inútil. Hasta que con rabia ensarté mis dientes de leche en su cuello con todas mis fuerzas y lo hice sangrar.

Sentí tal presión en mi brazo derecho cuando me sujetó y sólo recuerdo que mi cabeza chocaba con furia en la pared, mientras me sujetaban del cuello. Me asfixiaba y casi perdía el conocimiento. Ya no distinguía el sueño de la realidad. Hasta que sentí que caí al suelo. Mi madre, con las pocas fuerzas que le quedaban, golpeó a papá con el pilón y éste giró toda su ira nuevamente hacia ella y tomando un cuchillo que había caído en el suelo, la derribó con una bofetada y en el suelo la apuñaló compulsivamente y luego, exhausto, se sentó tranquilamente en el suelo.

Mi corazón estalló en mil pedazos, sentí que moría. Mientras estuve consciente contemplé a mi madre inerte y los ojos ardientes de ira de mi padre, y sólo llegaba a mi mente una palabra “¿Por qué?”…

Es curioso.

Siento una extraña sensación de déjà vú, pues supongo que es la misma pregunta en la que piensa mi hijo mientras entierro mi puñal una y otra vez sobre el pecho de su madre.

Derechos Reservados : Atalanta

Hola amigos, este es el tercer cuento de una serie que iré subiendo poco a poco. Estaran de acuerdo conmigo que es un cuento grandioso, y que no puedes dejar de pensar en el por un buen tiempo. Busquen el perfil de Atalanta y siganla :) ayuda mucho al autor reconocer su obra. Gracias por leer hasta aquí y esperen próximamente otro cuento igual de genial, de otro autor de Litnet.