Creo que nunca te voy a entender.
"¡Ah! ¡Qué bien huele!"
"¡Tienes razón!"
Puede que sea pesimista, pero jamás comprenderé lo que tratas de decirme.
Las intensas variedades de colores que alumbraban nuestro paso, me sofocaban las ganas de seguir avanzando hacia el túnel de la agonía compartida.
Quisiera saber de verdad, lo que te motiva a mantenerte a mi lado.
"¡También quisiera unas luces así en mi casa! ¡Son muy bonitas!"
"Creo que comparto tu opinión, son geniales."
Tus ojos son absurdamente brillantes cuando tratas de extenderme la mano; pero no son para nada débiles cuando intento apagarlas con mis palabras.
"Tengan muy buenas noches queridos visitantes, por favor disfruten al máximo su visita a nuestro gran centro comercial."
"¡Eso haremos! ¡Muchas gracias!"
"¡Gracias!"
Tu simpatía siempre trata de enseñarme una nueva forma de conocer lo bueno de la vida; tus palabras solo concretan lo que mi mente quería escuchar en algún momento de mi niñez.
-Volteé-
("Tengan muy buenas noches queridos visitantes, por favor disfruten al máximo su visita a nuestro...)
-Seguimos avanzando-
Mientras más miraba a los alrededores, más fuera de lugar me sentía; mi pequeño entusiasmo no tenía oportunidad de comparación con el inmenso tamaño del lugar; me terminaba por sentir más abrumada al saber que teníamos que recorrer cada rincón en busca de un poco de distracción momentánea.
Tu sonrisa siempre refleja lo transparente que son tus sentimientos, mientras que tu torpeza trata de subirme el ánimo por más de que te diga que me dejes sola.
El aroma a comida tradicional se desprendía desde las largas cadenas de puestos que se encontraban por toda la zona de la primera planta; extensas filas con aglomeración de gente eran las que se adueñaban del paso con la intención de conseguir tan solo un plato de Udon.
"¡Aquí también hay una tienda de ramen!"
"Es verdad."
"¡¿Ya estás pensando en comida?!"
Tus acciones me llevan a descubrir nuevas experiencias que jamás había vivido, mientras que tu entusiasmo llena mi cabeza de emociones indescriptibles cada vez que nos encontramos.
"¡Mira! ¡Mira!"
"¡Woo! ¡Hay todo una sección de perfumes!"
"Es todo un pasillo."
"¡Señorita, ¿Le gustaría probar la nueva fragancia de nuestro más reciente producto?!"
Tu tolerancia siempre busca una nueva excusa para evitar soltarme a mi suerte; tu amabilidad solo conoce la iniciativa para volver a arriesgarse por mi una vez más.
"¡¿No le gustaría ser la primera en sentir el aroma de la juventud?!"
"¡Su agradable sonrisa iría mejor acompañada de una fragancia extraordinaria como lo tienen nuestro productos!"
"¡Acérquese y conozca nuestro gran catálogo de excelencia en perfumes y cosméticos a unos precios muy cómodos!
Tus consejos siempre pretenden motivarme a luchar por la libertad de mis sentimientos; tu compañía solo quiere aliviar el miedo que tengo de abrir mi corazón a los demás.
Los aburridos susurros de la gente no me dejaban concentrarme en mis pensamientos; el agudo sonido, producto de sus risas, comenzaba a estresarme un poco más de lo normal y hacía arrepentirme de haber aceptado la invitación de venir.
"¡Aquí hay mucha gente!"
"Tienes razón, al parecer es un día muy ajetreado."
"Bueno, así son la mayoría de veces."
Sé que llegará el día en que no volvamos a encontrarnos; pero hay algo en mi que trata de aferrarse fuertemente a la idea de mantener este sentimiento con vida.
"¡¿Qué deberíamos hacer?!"
Por alguna razón que desconozco, tengo la esperanza de que esta sea un opción que me aleje de mi sufrimiento.
"Pensé que ya lo tenías claro."
"¡B-Bueno! ¡Es que se me ocurrió tan de repente que ni siquiera me dio tiempo para planear algo bueno!"
Mi voluntad ya está sudando frío con tan solo traerlo a rastras hasta aquí.
"¡Lo siento!"
"¡¿Eh?! ¡Eres muy despistada, Aiko!"
Pero no me estoy deteniendo en ningún momento; no estoy retrocediendo; estoy avanzando contigo.
"¡Ya dije que lo siento! ¡No seas así, Wataru!"
"Vamos, vamos, no peleen."
Con ustedes.
"Bueno."
"Mientras lo pensamos ¿Qué les parece si vamos primero a comer algo?"
"¡¿Ah?! ¡Tú solo quieres comer, Wataru! ¡Eres un glotón!"
No sé si solo lo hago por seguir los deseos de mi abuela.
-Hiro sonrió-
"¡¿H-Hay algún problema con eso?!"
"¡Acabamos de comer hace poco!"
O si es que talvez, esté empezando a disfrutar de la compañía de todos ustedes.
"¡No es mi culpa tener hambre tan de pronto!"
"¡Claro que es tu culpa! ¡Tienes que saber controlarte!"
Aún tengo tiempo para pensarlo.
"¡No puedo hacerlo si es que es mi estómago quien me lo pide!"
"¡Pues dile a tu estómago que deje de ser tan insistente!"
Pero no sé cómo termine por afectarme la respuesta cuando la sepa.
-Cruzó los brazos-
"Dices eso pero sé que en el fondo me tienes un poco de envidia."
"¡¿Por qué he de hacerlo?!"
"No lo sé, talvez te da un poco de celos no poder comer tanto como yo, después de todo podrías subir de peso irremediablemente."
No sé si podré seguir manteniéndome firme cuando eso pase.
"Claro, es eso, no quieres comer demasiado porque temes engordar tan siquiera un poco."