Recuérdame Amor

Capítulo 4. Un vacío en mi interior

Alonso.

He librado una larga y cansada batalla por abrir mis ojos, pero el sueño es demasiado, mis párpados son pesados y no me dejan hacerlo. Siento una mano acariciar mi rostro en repetidas ocasiones mientras una melodía de Beethoven se escucha en el lugar, escuchó una mujer llorar de forma silenciosa junto a mí, me pide que despierte.

 

— Hijo por favor, despierta, vuelve a mí. Necesito escuchar tu risa nuevamente —es la voz de mi madre, la reconozco, está sufriendo, pero no entiendo ¿Por qué me pide que vuelva? 

Estoy aquí mamá, mamá escúchame, te estoy hablando

— Por favor, por favor Alonso, me estoy muriendo sin ti, ya es hora de despertar. —No quiero que mi madre sufra por mi culpa, necesito abrir los ojos, tengo que despertar como me pide, me esfuerzo pero es en vano ¿Qué me ha ocurrido? vuelvo a forzar mis ojos a abrirse y nada, lo intenté una tercera vez y logro abrirlos un poco

— Dios mío hijo, has despertado —exclama mi madre dejando atrás el llanto silencioso y  estallando en ruidoso y desesperado llanto, trató de fijar la mirada en ella y aquel lugar que no reconozco — Has despertado, lo has logrado, has regresado a mi —vocifera mi madre al tiempo que besa mi rostro en repetidas ocasiones, sale corriendo y grita desde la puerta — Enfermera venga, mi hijo ha despertado casi de inmediato varias enfermeras entran en la que ahora puedo ver es una habitación de hospital, un momento después entran dos hombres de contextura fuerte y pelo rubio vestidos como doctores, le piden a mi madre que salga y empiezan mi revisión.

Me preguntan mi nombre, mi edad, la fecha y unas cuantas preguntas más que reconozco como rutina. Me llevaron a otra área en donde me practicaron una tomografía, me explicaron que había tenido un accidente automovilístico y finalmente me revelaron que había estado en coma por más de un año. Todo es una locura, no recuerdo haber terminado la carrera de medicina, ni mi graduación, ni haber regresado a República Dominicana después de vacaciones aquel verano, no recuerdo nada de lo que viví el último año de mi vida antes de mi accidente y he estado en esa cama por más de un año lo que quiere decir que he perdido poco más de dos años de mi vida de los que no sé nada. Mi último recuerdo es el día que Miriam, la hija del socio de mi papá y yo nos hicimos novios, desde ahí todo es incierto.

Fui dado de alta un par de días después, empecé terapia física para fortalecer mis huesos y mi cuerpo y poder caminar nuevamente sin dificultad, pues después de estar postrado en una cama de hospital por un año mis fuerzas fallaban y debía caminar con un bastón. Mi novia luce un lindo y sencillo anillo de compromiso que se supone yo le di el mismo día  del accidente, no recordarlo me confunde, la veo a mi lado y no siento ese amor que se supone debería sentir por la mujer que será mi esposa,  no entiendo  como fui capaz de darle un anillo, siempre he pensado que el matrimonio es algo muy serio para toda la vida y no le daría un anillo a  cualquiera, al parecer no solo perdí mi memoria, también mi capacidad de amar, mis sentimientos,  pero ella ha estado a mi lado desde que desperté ayudándome y junto a mi madre siendo mi mayor apoyo y una prometida maravillosa.

Luego de un año de mucha terapia y esfuerzo pude caminar sin secuelas de mi accidente, retomar mis estudios y empecé mi especialidad en pediatría, pues aunque no recuerdo los sucesos acontecidos en mi vida mis recuerdos de medicina si están intactos, así que me mate estudiando durante dos años para terminar mi especialidad y de inmediato regresé a mi país, es allí en donde quiero ejercer mi carrera. Miriam también realizó la misma especialidad por lo que hemos estado juntos todo el tiempo en estos últimos años, pero por más que me esfuerzo en sentir ese amor infinito que se supone debería sentir no logro hacerlo. Por ello le he dado largas y largas al matrimonio, he encontrado excusas para no poner una fecha para la boda y eso me hace sentir fatal como el más desagradecido de todos, ella merece que la amé de forma incondicional y me esfuerzo sin éxito, pero el problema es que pienso que el amor no debe forzarse, solo sentirse y tristemente para mí no es así. 

Desde el día que desperté del coma he sentido un vacío inmenso en mi corazón, sé que es normal porque no recuerdo un año de mi vida y el otro lo perdí dormido, pero es como si mi corazón extrañara a alguien, como si en ese tiempo hubiese conocido a alguien importante y ahora me faltara ese complemento. Muy seguido sueño con una mujer hermosa de ojos cafés, pelo castaño y delgado cuerpo, en mis sueños siempre estamos en el agua, no sé si es un río o el mar, también corremos por el campo y en otras ocasiones estamos en la cama amándonos, en varias ocasiones me he despertado quemándome por el calor y el cuerpo empapado de sudor,  se que son solo sueños, pero ¿Y si fueran recuerdos? Luego lo descarto, se que no le sería infiel a mi prometida por lo que me convenzo que eso solo es parte de mi imaginación y mi falta de recuerdos, son solo sueños me repito en cada despertar.

 

— Alonso, te estoy hablando y tú estás ausente —escucho a Miriam quejarse

— Lo siento, intentaba recordar, pero como siempre es un fiasco

— Cariño el doctor ya te dijo que no debes forzar tus recuerdos

— Ya lo sé, pero es desesperante no poder hacerlo en ocasiones pienso que no recordaré  nunca




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.