Regresión
3 año antes
Narrador omnisciente
-Seguro que esto funcionará- el padre de Sam hablaba con su psiquiatra, el estado de su hija iba empeorando y si no hacían algo podría ser muy tarde.
- Aún no se sabe pero esperemos que si - el doctor también estaba preocupado, la rubia llevaba casi dos meses recluida en el Hospital psiquiátrico de Juárez y no había ninguna mejoría.
- Hágalo - Rubén Abellán, un hombre que había perdido a su esposa hace poco, estaba haciendo lo posible para no perder a una de sus hijas otra vez.
- Lo haremos hoy señor Abellán - el doctor antes de irse le dio una mirada seria al hombre que mantenía la mirada fija en la ventana de su consultorio - Señor si esto no funciona, tendrán que prepararse.
Rubén miro al hombre que estaba sentado frente a él y solo pudo pensar en su esposa.
Mientras que el psiquiatra miraba a la rubia, ella parecía estar absorta en los recuerdos de su madre.
-Dígame señorita Abellán, ¿Como se siente hoy? - el doctor hojeando el historial de la paciente.
Sam Abellán
Edad: 19 años
Diagnostico:
Depresión
TEPT
-¿Haremos la misma terapia hoy?.
El doctor estaba sorprendido, había hablado más que otros días.
Por otro lado, Sam solo podía pensar en su madre, ella había fallecido hace dos meses y sin ella todo estaba mal, sus hermanos la visitaban constantemente pero Yaz solo podía verla con ojos de lástima y Jorge ya no era el mismo.
Su papá ni siquiera la había visitado.
-Hoy intentaremos algo diferente.
Al escuchar eso la rubia frunció su ceño y con evidente curiosidad miro al doctor.
Mientras el hombre conducía a Sam a un sillón más cómodo para empezar la terapia, al otro lado del país otra rubia mirada hacia la playa absorta en sus pensamientos, preguntándose como estaría su familia y Sam más que nadie, su madre lo era todo para ella.
Mientras que el doctor preparaba la habitación con incienso Sam lo miraba atentamente preguntándose que pasaría con ella.
-Recuéstate Sam, primero haremos una serie de respiraciones para que te relajes.
Inhala y mantenlo.
Exhala.
Mientras Sam soltaba todo el aire que había contenido movía su pierna de manera energética y el doctor sólo podía verla con cierta preocupación, repitieron los ejercicios hasta que la rubia dejó de mover su pierna y es ahí cuando el doctor inició con el tratamiento.
-Contare hasta 10 y caerás en un sueño, cuando el reloj suene despertarás.
Mientras el doctor ponía el cronómetro en el reloj Sam podía ver su cuaderno de notas.
- Uno.
Sam se sentía mareada con el olor a canela que emanaba el incienso.
-Dos.
La risa de su madre se hacía presente en su cabeza.
-Tres.
Sus párpados pesaban.
-Cuatro.
Se había ido. Su mamá se había ido.
-Cinco.
Una lágrima resbalaba de su mejilla.
-Seis.
-Siete.
Tenia sueño. Se sentía tan cansada.
-Ocho.
Su familia se había destrozado. El reloj marcando las 12.
-Nueve.
Sus ojos empezaron a cerrarse.
-Diez..
La oscuridad se la había llevado.
Sam se encontraba en un túnel con mucha luz, traía puesto un vestido blanco y su pelo ya no estaba maltratado por lo fuerte que tiraba de él cada vez que tenía un ataque de pánico, ella se sentía bien.
Mientras miraba la luz al final del túnel una figura femenina se podía ver a lo lejos, mientras se iba acercando pudo ver que el túnel iba cambiando, ya no era más un tunel, era una habitación.
Mientras que Sam llegaba a la habitación el doctor sólo podía ver a Sam esperando que esta terapia funcionara, el nunca aprobaría la regresión a vidas pasadas pero uno de sus colegas lo animo a que lo intentara, su colega le había dicho que en los casos críticos como lo era Sam esta terapia funcionaba y así se la paso investigando cayendo en cuenta que su colega no era el único que la había usado.
Mientras Sam se encontraba en la habitación pudo ver a una chica parada frente a un espejo, ella parecía no estar viendo, era hermosa su largo cabello ondulado era pelirrojo y tenía sus ojos verdes con pecas al rededor de su cara, Sam se quedó absorta viéndola mientras que la chica pelirroja parecía no poder verla.
-Camelia, bajaremos a cenar en unos minutos.
Sam y la otra chica se giraron para ver a una mujer mayor en la puerta.
-Iré en seguida madre.
Así que Camelia era su nombre, mientras que la chica bajaba con su madre su escenario cambió, ahora estaba en un baile.
Miles de personas bailaban al compás de la música, Sam se volteaba confundida hacia todos lados hasta que miro a Camelia, estaba bajando las escaleras de una gran casa, estaba preciosa.
Un chico se acercó a recibirla. Era muy guapo y es cuando caigo en cuenta de que están enamorados, la forma en la que se miran es especial.
Su escenario cambia, ya no es un baile es una iglesia y estaban celebrando una boda.
La boda de Camelia.
Sam pudo ver a Camelia bajo el velo de novia, estaba triste, en sus ojos se reflejaba la tristeza, se vio así misma en ella.
Cuando miro al novio pudo ver a un joven muy diferente al del baile, ella no se estaba casando con el joven del baile.
Busco por todas las bancas al joven del baile pero fue en vano porque el no se encontraba ahí.
-Camelia Overton, ¿Aceptas a este hombre para amarlo y respetarlo en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?
-Acepto - camelia solo podía ver a su madre mientras decía esto, mientras que su madre sólo se mantenía con el mentón en alto evitando mirarla.