—Hay amores platónicos que pasan por nuestra vida sin nunca ocurrir. Son ilusiones vanas que se las lleva el viento. Es como caminar en medio del desierto buscando un oasis, y cuando lo encuentras, resulta ser un espejismo.
—"Estas palabras me las dijo mi padre en una de esas tardes-noches en las que llovía tan fuerte que no sabíamos si era de día o de noche. Fue una tarde en la que cortaron la luz, y nuestra única opción era escuchar historias de papá. Nuestro padre tenía muchas historias lindas que solía contarnos en este tipo de días para que no escucháramos los truenos y nuestro miedo no se disparara. Mis hermanos y yo nos sentábamos delante de él y escuchábamos, muy ansiosos. Incluso imaginábamos las escenas de las historias. Sin embargo, esa tarde fue especial, pues no nos contó historias de otras personas, sino su propia historia".