Recuerdos de una mente perdida

Capítulo 3

Respiro profundamente y después cerro sus ojos, dejo que sus pensamientos lo llevaran, lo guiaran a donde estos pudieran llegar, pero sabía que todo pensamiento lo guiaría al castaño.

- Scott me ha invitado al cine - escucho la voz del chico desde la estancia del loft mientras él se encontraba en la cocina.

- Bien - respondió sin darle mucha importancia, sabía que el moreno no podía vivir sin su mejor amigo - ¿Cuándo saldrán? - cuestiono acercándose al chico que permanecía sentado en el sofá y con la laptop en sus piernas.

- Esta noche - sonrió mientras buscaba una buena película en internet.

- ¿Solo irán ustedes dos verdad? - pregunto tomando asiento a su lado y pasando uno de sus brazos alrededor del cuello del chico.

- Creo que sí, no me dijo nada de los demás, ¡La encontré! - grito casi de inmediato.

- Bien, porque no quiero que Theo se te acerque - respondió ignorando las últimas palabras del chico.

- ¿Y puedo saber porque no quieres que se me acerque? - dejando de lado la laptop para ponerle mayor atención a sus palabras.

- No me gusta como huele cuando está a tu lado - haciendo una mueca al recordar ese aroma.

- ¿Y cómo huele cuando está a mi lado? - pregunto apartándose un poco.

- A deseo - susurro con molestia.

La carcajada que soltaron los labios del chico casi hubiera sonado exagerado, pero no pudo evitarla ya que a su parecer era patético su comentario.

- Theo no está interesado en mi Der.

- Tú no eres un lobo, no puedes saberlo, en cambio yo puedo olerlo y se perfectamente que ese olor es a deseo.

- Y aunque así sea, no te dejaría jamás lobo amargado - le dedico una sonrisa y después se acercó a besar sus labios.

- ¿Cómo estás seguro de eso?

- Porque te amo Sourwolf.

Una lágrima comenzó a brotar de su mejilla derecha trazando una fina linera cristalina a través de esta.

- Es difícil, pero es necesario - llamo su atención el chico que permanecía frente a él desde que había cerrado sus ojos.

Este solo seco aquella lágrima y cerro con mayor fuerza sus ojos, le dolía todo aquello, pero más le dolía perderlo para siempre.

Era de noche, lo sabía por los faroles que alumbraban las calles, se había dispuesto a realizar unas compras para prepararle una sorpresa a cierto castaño. De alguna manera ese chico había logrado lo que ninguna persona había podido lograr. Tenía claro que Stiles no era un simple humano, era inteligente y además su valor era sorprendente, no le importaba poner su vida en riesgo, le importaban sus amigos, incluso el, siempre supo que no lo merecía, que si lo tenía lo marchitaría, y así había pasado, lo había demacrado demasiado pronto.

Pero ahora solo permanecía del otro lado de la calle con una bolsa transparente del súper mientras observaba a Scott con Stiles, SU Stiles.

Quiso acercarse para robarle un beso, pero se detuvo en seco cuando escucho la conversación.

- ¿Y porque no se lo dices? - escucho a Scott, hasta ese momento todo parecía normal.

- Porque no quiero lastimarlo, sé que se preocupa por mí, me queda claro, pero ... con él, no podre tener lo que quiero - exclamo metiendo sus manos a los bolsillos del pantalón de mezclilla mientras avanzaban por la calle, seguramente habrían estacionado el jeep a unas cuadras del cine que se encontraba cerca de donde permanecían.

Pero esas palabras se le clavaron en el corazón, la mano que sostenía la bolsa del súper comenzó a arrugarse cada vez más debido a la fuerza ejercida sobre esta.

- Habla con él, no es justo que sufra con esto - respondió con media sonrisa mientras le daba una corta palmada en la espalda sin dejar de caminar.

El lobo seguía con sus labios rechinando de molestia, miles de pensamientos nublaron su razón, pensó en que tal vez había sido una equivocación, que tal vez se refería a alguna otra persona o incluso algún mal entendido.

- Bien, me tengo que ir, papá debe de estarse preguntando porque no he llegado - escucho al humano hablar mientras se despedía de su amigo.

Se preguntó porque Scott no lo acompañaría, hasta que intuyo que el beta había llegado con su moto al lugar, pues el sonido de arranque de esta lo despidió en medio de la calle.

El humano miro un momento la calle y después siguió su camino, parecía preocupado, decaído e incluso podía oler a ligera tristeza.

Eso provoco más la curiosidad en su interior, sabía que estaba mal, que no debía espiarlo, era su momento de no estar a su lado, más sin embargo ahí se encontraba, siguiéndolo.

Había llegado a una pequeña plaza del centro, buscaba entre su bolsillo las llaves, pero entonces lo vio, algo más que termino por destrozarle el corazón.

- ¿Qué haces a estas horas solo en la calle? - escucho la voz de Theo mientras se acercaba al castaño.

- Theo - menciono sin mostrarse sorprendido, ¿Por qué? - ¿Tu qué haces aquí?

- Pasaba por aquí y te vi - sonrió como siempre lo hacía cuando le tenía de frente.

- Si me imagino, bueno, me tengo que ir - estaba por darse la vuelta y el lobo pudo sentir la felicidad con ese gesto.

- ¿Puedo hablar contigo? - menciono sujetando su muñeca para que no se marchara.

Dio un paso hacia delante para obligarlo a que lo soltara, nadie tocaba a Stiles si él estaba presente, mucho menos él.

- Yo ... está bien - término por aceptar, lo que causo la desilusión del lobo.

Los vio caminar hacia una banca que se encontraba a la orilla de la banqueta de la plaza.

- ¿Dime? - pidió el castaño.

- Me gustas - soltó de repente causando que la mirada de desconcierto se reflejara tanto en el castaño como en el lobo que ya había roto la bolsa y dejado caer al suelo.



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Editado: 13.02.2025

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