Siento mi cabeza estallar, me levanto un poco y de inmediato llevo mi mano hasta mi cabeza, maldición se me va a caer la cabeza, en ese momento empiezo a recordar todo lo que ocurrió anoche, fue sin duda una de las mejores noches, en cuanto me pongo de pie observó mi casa toda desordenada, este lugar ha sido el paraíso de las fiestas, algunas personas creen que me gano la vida del dinero de mi padre, pero no, en realidad cobro por la entrada a estas estupendas fiestas, ahora la pregunta del millón, ¿quiénes son esas personas?, en realidad no son "esas personas", es esa persona, ni más ni menos que mi padre, estoy cansado que me diga que soy un fracasado que no trabaja, precisamente hoy me pidió que fuera a la empresa, a su empresa, lo cual no es mía y no me interesa liderar.
¿Cuánto tiempo tengo que aguantar a mi padre?, hay veces en las que simplemente quisiera salir y regresar a Londres con mi abuela Anne, la extraño mucho, ella sí me entiende, claro que, no sabe cómo me gano la vida, según ella tengo mi propia empresa de entretenimientos, aunque hipotéticamente es así.
Logró levantarme lo más rápido que puedo, voy directo hasta mi habitación, tomó una ducha rápida me visto lo más casual, claro que no iré formal a ese lugar, unos jeans y una política azul, en cuanto termino salgo de mi habitación y al bajar me encuentro a Amy recogiendo unos vasos rojos.
— Buenos días Amy — musitó con cierta culpabilidad de que ella esté recogiendo mi desastre, normalmente yo la ayudo, pero esta vez no puedo, tengo que ser puntual, no quiero escuchar a mi padre dándome sermones.
— ¿otra vez joven Armitt? — cuestiona con una ceja elevada mientras mete un vaso a la bolsa negra.
— lo siento Amy, me gustaría ayudarte hoy, pero tengo que ir con mi padre a su oficina — le comentó, camino hasta la cocina y busco algo de comer, encuentro una manzana a la vista, la tomo y salgo del lugar.
— espero le vaya bien — musita Amy con una sonrisa.
— gracias y lo siento — digo antes de salir de la casa, me acerco a mi auto negro, un deportivo bellísimo, en cuanto me subo al auto lo pongo en marcha.
Llego aproximadamente tres minutos tarde, maldito tráfico que inunda a Nueva York, mi padre odia la impuntualidad y eso me va a costar un regaño más, en cuanto termino de estacionar el auto salgo de él lo más rápido que puedo, al entra visualizo a una chica muy hermosa de cabello castaño, le guiñó un ojo, ella sonríe un poco sonrojada, me acerco hasta el ascensor y este se abre. No hace falta que tomen mis datos en este lugar, ya me conocen y saben perfectamente quién soy.
En cuanto llegó al nivel donde mi padre tiene su oficina observó como todos trabajan de un lado a otro, la miradas no se hacen esperar, es lógico que todas se me quedan viendo, solo mírenlas jamás han visto a alguien como yo, bien vestido, amante del ejercicio, extremadamente guapo y un buen partido para todas ellas.
— Marie, buenos días — me acerco a ella con una sonrisa.
— ¿cómo está joven Armitt? — cuestiona, mientras teclea en su computadora.
— en excelentes condiciones, vengo a ver a mi padre. ¿Él está o está ocupado? , si está ocupado no hay problema yo regreso luego. — hablo con rapidez.
— en realidad lo está esperando — musita, cierro mis ojos por unos segundo, ella rápidamente le avisa a mi padre por medio del teléfono. — dice que pase. — comenta, suelto un suspiro.
— gracias Marie — agradezco, empiezo a caminar hasta la oficina de mi padre, en cuanto termino con el pasillo, observó las dos puertas grande de madera, antes de entrar respiró profundamente y me atrevo a dar dos golpea en la puerta.
— Entra — escucho desde adentro, obedezco y abro la puerta, él me mira sin ninguna expresión en su rostro, cierro la puerta a mis espaldas. — Siéntate — demanda con seriedad, hago caso y rápidamente me siento en una de las sillas. — tres minutos tarde, Thiago. — comenta, ruedo los ojos y me concentro en otra área de la oficina.
— ¿qué es lo que quieres? — cuestionó. — escucha, tengo muchas cosas que hacer así que habla que es...
— ¿muchas cosas que hacer? — pregunta y suelta una risita irónica. — no hagas reír a tu viejo, para ti hacer muchas cosas es ir a dormir y hacer tus fiestas clandestinas — habla con toda seriedad, me quedo callado sin decir ni una sola palabra, esta charla ya se dio y no pienso tocarla nuevamente.
— como sea. ¿Qué es lo que quieres? — pregunto nuevamente.
— lo de siempre, a insistirte de que tome el mando de esta empresa. — suelto un suspiro fastidiado. — estoy demasiado viejo para esto, Thiago, sé que eres buen candidato y confió en ti, hijo. — comenta con tanta sinceridad en sus palabras, en realidad, he pensado tantas veces en hacerle caso y ceder a su petición, pero la responsabilidad no es lo mío, en realidad estoy pensando en abrir mi provocó bar, pero ellos se oponen rotundamente.
— Ya tuvimos esta discusión, Andrew — musitó mientras me cómodo en la silla. — ya no quiero saber más del tema, papá. ¡Se acabó! — le hago saber, me pongo de pie y antes de salir del lugar. — Estoy pensando en abrir mi propio negocio, no me interesa el tuyo — salgo de la oficina de mi padre muy molesto, estoy harto de su insistencia, cuantas veces tengo que repetirle que no, es un no.
Antes de llegar hasta el escritorio de Marie, algo llama mi atención, Marie está hablando con alguien la cual se escucha muy molesta.
— debe calmarse. — habla Marie.
— lo sé, pero necesito que ella me tenga eso listo, no tengo tiempo para estar esperándola. — habla la chica misteriosa, me atrevo a asomarme un poco para poder observar mejor la escena, pero, no puede ser.
La chica misteriosa, es una mujer hermosa, no puedo creerlo, jamás en mi vida había visto a una mujer como esa, su tez morena clara resplandece por toda este lugar, su bello cabello ondulado cae hasta sus hombros, sus ojos azules con tonos verdes son bellísimos, la ventana del alma dicen por allí, y vaya ese cuerpo es espectacular, esa ropa le ajusta a la medida, su ropa formal saca lo mejor de ella. ¡Necesito conocerla, debe ser mi mía!, es una mujer preciosa.
— Dile que no la pienso esperar más — espeta y sale de la escena, esa mujer sí que tiene carácter. En el momento en que sale de la escena saldo de mi escondite y me acerco hasta Marie, ella me lanza una mirada de confusión el caso su ceja.
— ¿necesita algo? — cuestiona, yo alzó ambas cejas y asiento con mi cabeza.
— si..., ahmm..., ¿quién es la chica con la que hablabas? — me atrevo a preguntarle, ella me observa estupefacta y arruga su frente con confusión.
— es la señorita Moore, ¿necesita que la llame? — por supuesto que sí, las ganas de tenerla cerca son grande y no entiendo porque, pero obvio que no diré eso. — ¿joven Armitt? — cuestiona sacándome de mis pensamientos.
— no, no, tenía un poco de curiosidad... ¿Cuál es su nombre? — cuestionó nuevamente.
— Rebeca, Rebeca Moore, es la administradora y conocida como la mano derecha de su padre — comenta, excelente información la que me ha dado Marie en estos momentos.
— Así que es la mano derecha de mi padre — musitó relamiendo mis labios, en ese momento como si fuera arte de magia las ganas de asumir la responsabilidad de esta empresa son grandes ahora. ¿Será muy tarde para decirle a mi padre que siempre si acepto?
— ¿sabes dónde vive? — pregunto de golpe, no sé que es lo que estoy dispuesto arriesgar con tal de tener contacto con esa chica de carácter fuerte, pero correré el riesgo; Marie de inmediato me observa sin entender porque aquellas preguntas sin sentido.
— creo que esa es una información que no le puedo dar — sentencia, la observó un poco decepcionado, pero rápidamente hago un simple puchero tratando de sacar mis mejores dotes para lograr convencerla. — no, lo siento joven Armitt. — suelto un suspiro, asiento con mi cabeza resignándome según ella a obtener esa información, es claro que tengo otro plan, algo psicótico y enfermo pero es 100% seguro.
Sin más que decir me regreso hacia la oficina de mi padre, sin tocar la puerta abro de golpe la puerta, él me observa con el ceño fruncido, sorprendido y un tanto enojado por mi entrada.
— ¿Qué no ya te ibas?— cuestiona regresando a sus anotaciones.
— sí y no. — el me observa sin entender que es lo que estoy diciendo. — veras, estaba a punto de irme, pero como si fuera por arte de magia algo sucedió y...
— déjate de estupideces, ve al grano Thiago — me interrumpe con hostilidad.
— Acepto — musitó no tan seguro de mi palabra, no estoy seguro en realidad, eso cambiara mi vida por completo, eso sería adiós bar y hola empresa Armitt, adiós fiestas, Hola oficina, soy un completo estúpido, ¿por qué hago esto?, ¿qué tiene ella que no pueda tener otras chicas?, es decir, esa mujer es hermosa, con un cuerpo espectacular, es una mujer de carácter y eso es algo, completamente nuevo, trabaja y es hermosa.
Entiendo, supongo que eso responde a mi pregunta, ¿pero valdrá la pena arriesgarme?, maldición ni siquiera me tome un momento de meditar si tenía novio, soy un idiota, estoy arriesgando mi pellejo por una mujer que apuesto está hasta casada.
— ¿qué dijiste, estás hablando enserio? — pregunta mi padre muy emocionado, de inmediato se pone de pie y se acerca hacia mi muy sorprendido.
— aaaaahhh... — logró decir, tengo miedo, odio admitirlo, me matare si esa mujer tiene novio o está casada. — ¿si? — musitó con un tono dubitativo.
— ¡no puedo creerlo! — exclama de emoción, me toma por los hombros y me abraza muy feliz por los palabras. — Estoy seguro que harás lo mejor que puedes, sácale provecho a todo lo que aprendiste en la universidad — vuelve a abrazarme, yo aún sorprendido por lo que he hecho lo abrazo.
No soy tan estúpido, estudie la carrera de negocios internacionales, sin haber perdido ni un solo semestre en la universidad, no era algo que quería estudiar o por lo menos no era algo que me llamaba la atención, pero desde el día en que me dijeron que hacía buenas fiesta, decidí hacerlo, solo por una razón, abrir el bar, aunque no estoy seguro en estos momentos si eso se vaya a realizar, acabo de entrar a mi infierno por una chica.
Luego de haberle dicho mi decisión, mi padre propuso hacer una cena en su casa para celebrar esa gran etapa de mi vida, pero, no estoy con ánimos de aceptar esa cena, sé que suena muy cruel pero no hay nada que celebrar, además tengo otros planes, he pasado aproximadamente todo el maldito día en el auto a las afueras del edifico esperando a que la chica salga, tuve que ir a comer algo rápido, mi trasero está completamente muerto, no logró sentirlo, pero enhorabuena, la espera al fin dio sus frutos, en el momento en que la observó salir del edificio con su bolso, no logró observarla con claridad gracias a la oscuridad de la noche pero ella empieza a caminar hacia la parada, ¿no tiene auto?, eso es nuevo, enciendo el auto y empiezo a manejar lo más lento que puedo, en cuanto llega a la parada toma el auto bus, empiezo acelerar y a seguir al auto bus, luego de unos minutos ella sale del bus y empieza a caminar hasta llegar a un complejo de departamentos, ella entra de inmediato, logró estacionar mi auto y salgo disparado detrás de ella, inspeccionó antes de entrar que no haya nadie.
— Buenas noches — pregunta un señor mayor que está detrás de un escritorio grande.
— Buenas noches — observando el lugar, es muy sofisticado tonos tierra, nada fuera del lugar. — Soy Thaigo Armitt, me gustaría conocer algún apartamento disponible — musitó con una sonrisa, sin duda alguna estoy volviéndome loco, no me molestaría para nada vivir aquí, pero la razón por la que estoy aquí deja mucho que pensar.
— oh seguro, joven. — musita, empieza a buscar algo en su computadora y unos segundos después pareciera que tiene una respuesta. — hay una disponible, bueno, pronto estará disponible, los señores se irán del edificio — comenta, sonrío de inmediato al escuchar sus palabras.
— Verá, mi amiga Rebeca Moore, vive aquí y me gustaría vivir cerca de ella — mencionó, soy un ridículo, es la única palabra que tengo en mente en estos momentos, soy un acosador, desquiciado, no sé qué tanta suerte puede traerme esto.
— Claro joven, la señorita Moore tiene suerte porque precisamente el que está al lado de ella, es el que se desocupara — estoy saltando de alegría literalmente, la emoción me invade en estos momentos.
— ¡perfecto! — sonrío de oreja a oreja. — ¿quiere un adelanto?, ese apartamento tiene que ser mío señor. — comentó, él niega con su cabeza, soltando una sonrisa.
— no se apure, ellos mañana desocuparan el apartamento y ya está apartado para usted — comenta, aprieto mi mano con la suya dándole gracias y salgo del edificio. Bienvenido a tu nueva vida Thiago, esta vez no estoy seguro a lo que me enfrentaré.
*****
— ¿cómo que se irá? — pregunta Amy mientras bajo la última maleta en el suelo.
— sé que es algo loco, Amy. — musitó. — aún no sé si todo esto valdrá la pena. — comentó, ella me observa confundida.
— ¿pero mi trabajo?, ¿a dónde irá? — pregunta desesperada, empiezo a caminar hacia la puerta.
— no te preocupes por eso, tendrás tu trabajo, aquí se seguirá haciendo fiesta, yo vendré ayudarte, eso sí — le sonrió. — Iré a..., buscar el amor — me encojo de hombros sin saber lo que digo, ella me observa con su entrecejo fruncido, sin duda no comprende nada de lo que digo. — Te veré pronto — me despido de ella, luego de meter mis maletas y mis cosas en algunas cajas me subí al auto y lo pongo en marcha, el asunto de los muebles en el apartamento es algo que ya tengo arreglando, este fin de semana los traerán así que es algo que me viene sobrando.
He llegado a mi destino luego de varios minutos, empiezo a sacar mis maletas y entro al lobby del lugar.
— joven Armitt, ¡bienvenido! — exclama el mismo señor de ayer.
— Hola de nuevo... — pauso unos segundo esperando a que él me diga su nombre.
— Nelson, Todos me dice señor Nelson — sonrío sin despegar mis labios. — Le tenía lista su llave — me la entrega.
— muchas gracias. — le sonrió observando la llave plateada.
— déjeme lo llevó hasta el apartamento. — yo asiento con una sonrisa, subimos al nivel y de inmediatamente las puertas del ascensor se abren, un pasillo con tres puertas se hace visible, ¿son tres en un pasillo?, aunque tiene sentido, es el último nivel.
— este es — me enseña el que se encuentra al lado de una puerta y enfrente de otra, este es un pasillo sin duda muy acogedor, no hay tantos vecinos, eso quiere entonces que ella será mi vecina, su apartamento es el de al lado.
— ¿ella vive aquí cierto? — le preguntó señalando la puerta de al lado, el asiente con una sonrisa.
— debo dejarlo, espero esté a gusto y bienvenido. — sonrío y él se va sin antes escuchar un gracias de mi parte, inserto la llave en la perilla y la abro, la iluminación es algo que agradezco, entro mis maletas en el lugar, y empiezo a inspeccionar el lugar, hay un pasillo que da hasta las habitaciones y el baño, es acogedor y haré que sea mi nuevo hogar.
Luego de varios minutos término de instalar lo necesario que he traído de mi casa, por suerte me comunicaron los proveedores de los sillones y la cama estarán en mi casa en unos minutos, cosa que agradezco porque no estaba dispuesto a dormir en el suelo.
La mudanza es algo que jamás volveré hacer otra vez, es agotador y muy tedioso, los señores habían llegado a colocarme los sofás y la cama, trate de pedirlos con tonos oscuros, la verdad no busque un modelo solo que quería de esa fama de colores. Ellos habían terminado y estoy casi instalado en mi apartamento.
Necesito salir a comprar algunas cosas para tener aquí, mañana estará el refrigerador, así que no pienso traer algo que necesite del electrodoméstico, supongo que un sándwich es lo que cenare hoy. Me di cuenta que había un walmart cerca, cosa que agradezco porque no fue tanta la distancia que tuve que recorrer, al regresar a mi nuevo hogar me encuentro con una señora que es mi vecina recostada en su puerta.
— ¡Bienvenido! — exclama la señora que viste con un camisón largo y tiene en su cabello unos peculiares objetos que están por toda su cabeza. — si necesitas ayuda sabes que allí estoy — comenta, estoy un poco perturbado en estos momentos, no sé ni quién es, ni si quiera conozco su nombre y no tengo de otra que reírme un poco, causando que ella se una también.
— Gracias por..., esa bienvenida tan peculiar — le hago saber, ella sonríe.
— Soy la Señora Pops, un gusto y un placer — me existen su mano.
— Soy Thiago Armitt, un placer señora Pops — repito su particular y extraño nombre, es algo nuevo nunca había escuchado su nombre.
— El placer es mío, Thiago — sonríe un poco sonrojada, ¿qué hice para que se sonrojara?, está claro que a todas las traigo locas y estoy seguro que la chica de al lado no será la excepción.
— tengo que irme y nuevamente un gusto — hablo, ella sonríe y entro a mi apartamento a dejar lo que he comprado, el sándwich que estoy a punto de prepararme será de mantequilla de maní y jalea, no es algo que comúnmente como, pero me gusta y es agradable para mi paladar.
Luego de cenar, decido en tomar una ducha, empiezo a despojarme de toda la ropa, entro al baño y empiezo a colocar el agua tibia, en ese momento se me ocurre algo maravilloso, ¿qué pasaría si llego a pedirle ayuda a mi vecina?, es decir, no tiene por qué saber que se colocar el agua tibia, caliente y fría. Eres un genio Thiago.
En ese momento salgo del baño, con una toalla alrededor de mi cintura, antes de salir preocupo que la señora Pops no esté en su puerta y en ese momento es la luz verde en salir, no tardó en tocar la puerta de la chica, luego de unos segundos ella aparece, es ella, la chica del carácter, es hermosa, hasta con su ceño fruncido.
— ¡Hola! — exclamo un poco nervioso, ¿estoy nerviosos?, tengo que calmarme y no parecer un completo estúpido. — lo siento, veras tengo un problema con mi regadera, no cae agua caliente — declaro, ella me observa con confinación y odio admitirlo pero puedo notar su desagrado a esta visita, es obvio, esta impactada de verme.
— Es un chiste verdad — espeta la chica aún con su bello ceño fruncido, entraré loco pero, sus ojos son bellísimos, su perfecto rostro es impresionante.
— Quisiera que lo fuera — río un poco para tratar de ocultar mis nervios de adolescente. — Pero lo caliente tiene que estar con lo caliente y no tomaré una ducha con agua fría — sonrío, soy un estúpido ¿porque dije eso?, me doy una bofetada mental, tratando de concentrarme y no decir lo que los nervios quieren que diga, ¿enserio estoy tan nervioso?
Pero de una cosa si estoy seguro, ella no se tomó para nada bien mi visita. ¿Le caí mal?, lo dudo, soy un buen chico.