Capítulo 39

Vivir un sueño 
 

Le tomó un segundo entender que realmente era él y no solo un producto de su imaginación, Thiago Poeck estaba ahí, sentado en su portal. 

Durante un instante considero volver sobre sus pasos y esperar hasta que se marchara, pero dentro de ella sabía que no tenia razón para hacerlo. 

No tenia por qué huir, ella no hizo nada malo.

No tenía que actuar como una niña asustada, ya no más miedo, soltando un suspiro, hizo el resto del camino hasta la entrada de su casa, mentalizandose sobre esto, él debía estar ahí por Carmen, quizás incluso por Azul, no tenia por qué ser ella la razón de su presencia.

Al menos eso penso hasta que llegó tan cerca que él pudo verla y se puso de pie.

Él la miró y parpadeó un par de veces, ella se debatió entre seguir su camino como si no lo hubiera visto, lo cual sonaba muy bien en su cabeza, o saludarlo como si su presencia no la alteraba, lo cual era algo que una persona madura haria y lo haría, si no fuera por que él la alteraba.

―Señora Fra... Stomen. ―saludó y con eso Summer supo que a lo que fuera que él viniera, no tenia nada que ver con lo que había sucedido la última vez que se vieron.

―Señor Poeck. ―habló y se alegró de que su tono fuera firme. ―¿Qué hace aquí? Creí que ya no había ningún asunto que tratar entre nosotros, me ha quedado muy claro eso.

Él movió las manos y fue entonces que ella notó que llevaba un sobre.

―Aún hay una cosa sobre la cual creo que debemos hablar. ―ella lo observó, notó que estaba más delgado y tenía un poco de barba sin afeitar, estaba usando ropa casual en lugar de su habitual traje.

―Bien. ¿Qué sucede?

Thiago la miró y luego a la puerta del edificio, Summer sabía que podría verse muy grosera por no invitarlo a subir, pero no podía hacerlo. No quería que Chris lo viera y comenzara a hacer preguntas, además quería proteger a su hijo de todo aquello.

Quizás Thiago se dio cuenta que no pensaba invitarlo, por qué se recostó contra la barandilla.

―Mientras estaba buscándote por perdición de Azul, decidí comenzar por ir al pueblo donde naciste. ―comenzó a decir él. ―No encontré mucho, solo que tú padre llevaba un tiempo muerto.

Ella estaba en la acera sin subir la escalera, quería distancia entre ellos.

―También descubrí que la casa en la que vivías junto a tu padre se encontraba a la venta. La casa estaba a nombre de tu padre así que al morir la única que podía heredarla eras tú, se dio un tiempo establecido para que aparecieras a reclamar tu herencia. ―explicó. ―Y yo...
me hice pasar por tu abogado y reclame la casa en tu nombre.

Summer lo miro sin creer lo que oía. ―¿Qué hiciste que cosa?

―Pensé que si te encontraba, podría gustarte la idea de volver a la casa que creciste.

―¿Qué? Yo no quiero esa casa. ―casi grito. ―Ese es un recordatorio de lo que vivi y...

―Sí, lo sé. Cuando compre la casa no conocía la historia. ―lucia un poco molesto. ―Cuando escuche lo que viviste en ese lugar, me di cuenta que no ibas a quererla. Supe entonces que fue una mala idea.

―Por supuesto que lo fue y puedes quedarte con la casa y hacer lo que quizás con esta, quemala si quieres, no me interesa.

Ella comenzó a caminar subiendo las escaleras y pasó a su lado, pensó que podría irse, pero la mano de Thiago la detuvo.

Él la estaba mirando.

―¿Podrías dejar que termine de explicarte? ―preguntó.

Miró a donde él tenía su mano sobre su codo, Thiago la libero, Summer hizo un gesto para que hablara.

―Al saber que no querías las casa, la puse en venta cuando volvi. ―soltó un suspiro. ―He visto varias propuestas y  creo que esta es la mejor.

Summer miró el sobre que él le ofreció.

―Así que, aquí está toda información del comprador y lo que ofrece. ―Le explicó. ―Sí, te parece la propuesta solo debes firmar y la casa dejará de ser tuya.

Summer miró el sobre y lo abrió y lo primero que saltó a la vista fue una cifra.

―No puedo aceptar esto.

―La casa es tuya por derecho. ―Hizo un gesto de disguto. ―Piensa que es lo menos que mereces por todo los que ese hijo de puta te hizo pasar. ―bufó. ―Piénsalo al menos y si no te parece puedo buscar otro comprador.

―No hay nada que pensar. ―sacó los papeles. ―¿Tienes una pluma?

―No vas a leerlos.

―¿Por que? No es como si quieras engañarme para firma un acta de matrimonio. ―él abrio los ojos sorprendido y ella suspiró.

Comenzó a leer los papeles, mientras el busca una pluma, tenía un par de preguntas, que Thiago respondió y explicó algunos puntos.

―Bien, supongo que eso es todo. ―Coloco los papeles sobre el barandal y firmo. ―Listo.

Le ofreció los papales a Thiago.

―Te avisaré con Carmen cuando esté el dinero. ―Él bajo la mirada y jugueteó con el sobre. ―Creo que eso es todo.

―Gracias señor Poeck, que tenga buena noche.

―Buena noche, señora Stomen.

Se giró para volver a subir las escaleras, sabiendo que eso era todo, Thiago se iba de nuevo, camino hasta la puerta y tomó el pomo.

―¡Yo no puedo hacerlo! ―escucho que gritaron. ―¡No puedo hacerlo!

Su corazón se aceleró mientras se quedaba ahí de pie sin saber si debía volverse o seguir adelante.

―¡No quiero irme, Summer! ―su mano se aferró al pomo con fuerza al oír eso. ―Lo intente pero no puedo.

Podía sentir su corazón latir en sus oídos mientras giraba la cabeza y lo miraba, seguía de pie en su portal.

―¿Por qué? ―su voz sonó baja y casi rota, se odió un poco por eso. ―¿Por que ahora? Ya te fuiste una vez. ―se volvió para enfrentarlo.

Thiago estaba ahí parado, alzó los brazos y luego los bajó como si estuviera pensando en alguna cosa que decir, sus ojos azules de clavaron en ella y no habló, subió los escalones y se paró frente a Summer.

―¿Sabes por que? Por qué por años he odiado mi vida. He odiado la suerte que me tocó, por qué todo aquello que he amado me ha sido arrebatado. ―Summer podría verlo a los ojos debido al escalón que los separaba. ―Pero nunca me he odiado más que en el momento que te dije que no, he tomado malas decisiones que me han dejado mal, pero decirte que no... decirte que no me ha dejado vacío.