CAPÍTULO XXVII
—Mikael ha desaparecido.
Aquellas palabras me alertaron enseguida, si Mikael se había marchado solo podía haber una razón. Estaba buscando a Ana, o tal vez ya la había encontrado. ¡No! Me obligué a sacar esa idea de mi cabeza. Era imposible que la hubiese encontrado, Ana no podía ser rastreada, su energía estaba bloqueada permanentemente por la presencia del Trikel, ese había sido un pequeño punto a mi favor, necesitaba a Mikael lo más lejos posible de ella.
Mi plan había resultado tal como deseaba. Ana había logrado escapar, sabía que intentaría salvar a Cristian, solo era necesario un pequeño descuido por parte de los guardias de la prisión y ella se atrevería a rescatarlo. Con Cristian a su lado aprendería a controlar sus poderes, era necesario si lograba llegar hasta Edrian. No me tomó mucho tiempo idear el plan perfecto. Una vez que las cosas comenzaron a suceder tal cual como establecían las profecías, no me costó casi nada hacer que las piezas encajaran en su lugar y cada uno de los involucrados se movieran como debían hacerlo. Estaba cerca de lograr mi objetivo final, solo rogaba porque Mikael no hubiese llegada a Ana primero.