Reflejos De Un Amor Menguante

Capítulo II - Nuevo Suspiro

Capítulo II - Nuevo Suspiro

Día Estrella Shaula, Fase Lunar Menguante

Inicia un nuevo día Estrella y con ello llega una ola de estrés a mi familia. Mi madre debe de hacer varios vestidos para todos los eventos y mi padre debe de estar realizando hechizos y pociones para ayudar a los posibles heridos ya que en pocos días inicia la celebración del Nuevo Año Lunar en el Reino Azlashí Lunaris la cual tiene una duración de siete días Estrella.

—¡Nektli! ¡Nek! —me saca del trance mi madre— ¿Qué pasó? Todo el viaje has estado muy distraída, se qué llevamos días volando y estamos cansadas pero necesito que estés bien para ver a la reina, cariño —en sus ojos había una chispa de preocupación-— Será una visita corta, ya lo verás.

Sin responder seguimos por todo el bosque hasta llegar a la imponente Madriguera BeGoVí que es custodiada en tierra por machos Océlotl y en aire por machos Cuauhtli, dónde la Reina Itzia Coált nos espera para probarse los mejores diseños de la gran Nikté Huitzillin, mi madre.

Al entrar al castillo la reina nos espera en la sala del trono, es enorme con dos tronos enormes y tres pequeños, detrás un ventanal de vidrio crea una vista increíble del bosque y la Madre Luna, los pilares y paredes son de color gris claro y blanco y una brillante alfombra dorada cubre una línea recta hasta llegar a los tronos.

En un trono se encuentra la reina siempre tan impecable, es una mujer muy imponente pero también muy elegante.

—Majestad —hago una reverencia al igual que mi madre.

—Majestad, me honra saber que una vez más eligió nuestros diseños para ser portados en la gran celebración del Nuevo Año —la voz de mamá denota mucha alegría.

—Los reyes deben usar siempre lo mejor y para nadie es mentira que lo mejor lo encuentro en sus diseños.

—En sí los diseños son de mi hija —mamá me señala—. Pero yo soy la encargada de plasmarlos en físico, Majestad. Nos alegra demasiado ser elegidas de nuevo por usted.

—¿Cuál de tus cuatro crías es ella? —La reina me observa con mucha curiosidad.

—Ella es Nektli, mi tercera cría —Ante la respuesta la Reina abre los ojos como platos.

—Creí que no te volvería a ver muchacha, hace varios años Lunares que no pisas la Madriguera, desde que mi Canek te asustó en el jardín —me sorprende esa revelación, creí que no recordaba.

—Prefería quedarme en nuestro Clan —no sé qué decir, la reina me pone nerviosa—. Sabía que nuestro trabajo iba a ser aceptado por lo que creía innecesaria mi presencia.

—Hicieron buen trabajo en tu ausencia. Los años sin salir de tú Clan te sentaron bien —sonrió ante sus palabras—. Por lo visto la belleza eligió una portadora y tú fuiste la elegida muchacha, eres una digna hija Huitzillin, espero verte más seguido por aquí.

—Gracias majestad, me honra con sus cumplidos —siento su mirada intensa—. Trataré de asistir a las próximas pruebas.

—Señorita, me considero una reina honesta y directa, cuando algo me gusta lo digo, de nada sirve ocultar las cosas si tarde o temprano saldrán —me observa y sé que quiere añadir algo pero ¿No sabe cómo hacerlo?— Seré honesta, de verdad lamento el título que recibió por la mala decisión de ese macho Cuauhtli, agradezca a nuestra Madre Luna por la liberación de ese mal amor.

—Lo agradezco cada día de mi vida pero no merecía el título majestad.

—Claro que no, nadie lo merece —dice mientras baja del inmenso trono—. Pero la vida le dará la mejor pareja -se acerca y me toma la barbilla—. Las hembras únicas como nosotros merecemos parejas únicas, así que calma, el mejor macho de este Reino llegará.

Se aleja y observa a mi mamá con una sonrisa apretada.

—Comencemos con la prueba —nos dedica otra sonrisa corta mientras camina a la sala de pruebas.

Pasadas las horas termina la prueba, la Reina eligió la mayoria de color negro con elementos que segun ella representan a cada Clan ya que desea tener presente a los tres Clanes en sus vestidos. Tras hablar un poco, emprendemos el viaje a casa.

En compañía de madre regreso a casa, después de tres días Estrella, una gran choza moderna en las copas de los árboles nos recibe mientras el sonido del arroyo en centro de mi Clan es el único sonido que acompaña al exterior.

—Nektli, me enteré que la tropa Astro regresa en dos días para la celebración —dice Sacknikté mi hermana menor.

—Que bueno, ¿no? —hago una mueca—. No me genera ninguna emoción el conocer esa noticia, lo único que sé es que regresa mi martirio.

Sacknikté asiente, sé que todos sabemos que con el regreso de la Tropa Astro toda mi vida se complica.

—¿Crees que su pareja intente hacerme algo de nuevo? —le pregunto a mi otra hermana, Boneci.

—Esperemos que no Nek, no quiero que sufras más —responde mientras me toma la mano.

Asiento, no sirve de nada pensar en el pasado ya que no puedo cambiarlo. Dejó todo de lado, sé que en pocos días sabré algo de él y de su nueva vida, espero que el estar lejos lo haya ayudado a olvidarme si es que algún me tuvo presente. Con ayuda de mi hermana Boneci preparamos ensalada de Salvia Amarilla y Geranios acompañada de insectos asados con ajo y agua de Lavanda. Al terminar la comida acompaño a mi padre a la Plaza Sirius para terminar algunas pociones y atender a dos hembras gestantes Totli, la tarde pasa rapido, termino de machacar algunas flores cuando papá me avisa que es hora de volver a la choza.

—Kinam, Nektli —habla mi ex suegra mientras asiente con la cabeza a modo de saludo—. Hace mucho que no te veía jovencita, debes saber que mi niño llega en unos días lo que quiere decir que estará con su familia. Ya sabes que en este magnífico reino la familia es primero. Cómo todos sabemos, se te da muy bien estar de coqueta y pues mi Yaotl ya tiene una familia, trata de estar alejada, por favor...—en sus ojos solo hay desprecio.




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