Regresa a mi

capitulo 4

Ian dejo a Prue con suavidad sobre el pobre catre, al separarse la chica sintió como si el invierno hubiera entrado en su cuerpo, solo quería volver a sentir aquellos brazos fuertes y cálidos rodeándola.

-Gracias rubio ahora necesito que salgas para poder curarla –la voz mandona de Sarah lo trajo de nuevo a realidad mientras le hablaba a Megan con evidente más amabilidad– necesito hilo y aguja para coser, agua limpia y de ser posible hervida y alcohol, whisky o rom o lo que sea niña   

-Para quieres alcohol muchacha –pregunto Ian, quien aún no confiaba en las dotes de sanadora de la pequeña rubia –necesitas valor para hacer el trabajo de un hombre

-No, necesito algo con que desinfectar –fue la escueta repuesta de la chica mientras rodaba los ojos con evidente fastidio –y de paso se lo doy a los pacientes para amortiguar al dolor

-No seas necio y deja que haga su trabajo –lo reprendió Megan mientras lo sacaba a empellones de la carpa –ve a ver a los demás, en cuanto acabemos aquí te aviso

Al decir esto le guiño el ojo, la hermana de su amigo se había dado perfecta cuenta de que la chica herida le interesaba y que estaba realmente preocupado. No estaba seguro de cuan buena era aquella chiquilla que no tendría más que veinte años, pero cuando noto la concentración con la que estudiaba las heridas de su amiga, quizás por instinto su alma se tranquilizó y se propuso ayudar al resto.

Mientras en la carpa Megan salió con prisas a cumplir el encargo de Sarah dejando a las amigas solas.

-El corte del costado no es grave no creo que necesite sutura pero el muslo –Sarah meneo la cabeza mientras que arrugaba el entrecejo

-Haz lo que tengas que hacer –la voz estaba velada por el dolor incluso vio como resbalaban un par de lágrimas calientes por el delicado rostro de su amiga

-Está bien… tu tranquila yo nerviosa –la frase preferida de Sarah, quien miro preocupada a su amiga –tienes idea de donde estamos o de qué demonios está sucediendo

-Por lo que oí no es donde sino cuando –la cara de la rubia fue evidente la confusión –Sarah en serio… no viste las ropas, la forma de hablar, sin mencionar la pequeña batalla

La chica debía admitir que parecían estar en medio de una película de época, pero en su mente lo negó, pero ahora en vista de las circunstancias debería admitir la realidad, que a su parecer era el peor de los escenarios posibles, tres mujeres modernas metidas en una tierra salvaje e inhóspita.

Adiós a tecnología, adiós a la igualdad entre hombres y mujeres, adiós a sus derechos, entre otras cosas; mientras cortaba las ropas de Prue para poder coser la herida una idea cruzo su mente.

-Si es cierto como mierda llegamos aquí –le pregunto pero la voz de Megan en la entrada de la carpa hizo silenciar la repuesta de su amiga    

-Aquí está todo lo que pediste- Megan presto atención mientras Sarah limpiaba las heridas y se preparaba para coser-tienes practica en eso

La voz de la chica sonó con admiración, pero la ella no contesto solo trato de suturar lo más rápido posible para que su amiga dejara de sangrar. Mientras Prue le daba unos tragos a la botella que le había suministrado, aunque le quemaba la garganta el dolor era peor y esto al menos la estaba sacando de la cruda realidad.

-Ya termine  –le dijo satisfecha luego de haber vendado las heridas mientras le arrebata la botella realmente necesitaba un trago aún tenía mucho trabajo por delante –llévame con el resto y tu descansa volveré en un rato y concluiremos lo que estábamos hablando.

Solo recibió como contestación un asentamiento de cabeza, las fuerzas de Prue habían llegado al límite y ahora comenzaba a caer en un sueño profundo y reparador. Sarah la miro con un deje de envidia ya que para ella no habría descanso aun y aunque quería hablar con su hermana la suponía ayudando a los heridos, ella no era doctora pero si había tomado cursos de primeros auxilio.

 Forzó una sonrisa y salió al exterior justo a tiempo de ver a Connor entrar en su carpa con Kara en brazos al parecer desmayada, comenzó a correr en su dirección mientras gritaba su nombre

-Connor –lo llamo pero él la ignoro –maldito…Connor

Entro en la carpa y vio a su hermana acostada en un catre no muy diferente en donde Prue descansaba en este momento, estaba inconsciente y de un brazo bajaba un hilo de sangre.

-Kara –se abalanzo hacia la castaña casi empujando a Connor para tomar su lugar junto a su hermana –que sucedió cuando la deje contigo estaba bien

Connor paso la mano por los cabellos negros alborotándolos, el  hombre pareció confundido y preocupado pero sin habla porque no le daba ninguna repuesta

Sarah le dio una revisión rápida y aunque tenía varias heridas ninguna era importante incluso la del brazo no era ptofunda, allí mismo cortó un trozo de la camisa de Kara y aplico un torniquete para que dejara de sangrar.

-Cuídala mientras atiendo a tus hombres luego volveré –no parecía una sugerencia más bien era una orden y dada en el tono perfecto de espera que le obedezcan. Connor pensó con un deje de humor ácido que los hombres de su mundo no debían ser muy felices, porque era evidente que ellas no eran de por allí, el jamás vio mujeres comportarse como lo hacían aquellas extranjeras.  

-Tu no me das ordenes niña –le siseo cuando se recuperó –yo debo hacer lo que todo Laird

-Entonces que busca alguien que los cure porque yo no lo hare –le contesto levantando la barbilla desafiándolo abiertamente

-Tu harás lo que se te ordene, mujer no olvides tu maldito lugar –le grito molesto mientras que en un arrebato la tomaba del brazo sacudiéndola con violencia

-Maldito salvaje debí dejar que te clavaran la espada –le siseo fuera de sí poniéndose de pie –si algo le sucede a mi hermana te juro como que hay un cristo que te mato   

Sarah salió echando chispas por los ojos, tan furiosa iba que no noto cuando cruzo a Megan golpeándola en el hombro casi haciéndola caer.




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