-Cúbrete con la capa-susurro Connor en cuanto cruzaron las puertas del castillo, no había dicho nada en todo el camino y su semblante le anunciaba que se acercaba una gran tormenta –no quiero que el resto de los hombres te vean en esas fachas.
Kara no dijo nada, mordiéndose la lengua para no contestar y solo lo obedeció, por el momento creyó prudente obedecerlo, tanto ella como Prue fueron llevadas al privado del Laird Ferguson, una vez dentro Connor e Ian se pararon junto al Laird Alistair mirándolas con severidad.
Las muchachas cruzaron miradas, sabían que en estos tiempos lo que ellas hicieron era muy mal visto y si a eso le sumaban, que para ellos seguían siendo solamente extranjeras en sus amadas tierras.
-Quien me va a explicar que sucedió –la voz sonó dura en el rostro amable del hombre –quien va hablar primero
-No fue nuestra intención... –comenzó Kara tratando de crear una disculpa pero la mirada feroz de Connor la callo de inmediato
-Silencio mujer –le escupió con furia contenida –ya se te dirá cuando puedas hablar
-En serio…-lo miro incrédula parecía que estaba ante una persona totalmente diferente a la que la había besado hacía apenas un rato – es que acaso no se me permite defender mis acciones… es porque no tengo un pene entre las piernas
-Que esa manera de dirigirte a tu señor –la regaño el laird Ferguson que estaba espantado
-La verdad todo este escándalo es porque me afeito las piernas y no el rostro-Kara miraba desafiante a Connor –si hubiera sido cualquiera de ustedes estarían festejando haber salvado a la niña
-Cálmate o nos ira peor –le dijo Prue mirando la cara de asesino que traía Connor- este tipo está que te come el hígado y te lo escupe para que lo veas
-Tus acciones hablan por sí sola – se fue acercando a la muchacha, pasada la adrenalina del momento, la furia volvió a él y con más fuerza de la que podía manejar, recordó lo intrépida que había sido al lanzarse del caballo, algo que tranquilamente podría haber terminado con el bonito cuello roto – eres una inconsciente y no solo te arriesgaste tu sino que arrastraste a tu hermana conmigo.
-Yo me ofrecí –hablo con voz firme Prue llamando la atención sobre su persona –nadie me arrastro
-Tu mejor no hables –la reprendió Ian quien también empezaba a sentirse furioso por la temeridad de la pelirroja, cuando alcanzo a la chica en medio del camino, enzarzada con dos de los bandidos y viendo un tercero acercarse rápidamente, sintió que el corazón se le había detenido, un sudor frio lo había recorrido, casi sin pensar se lanzó a ayudarla, cuando la batalla acabo y vio que ella estaba a salvo la tranquilidad volvió a su cuerpo para ser reemplazado por un enojo –tu eres tan culpable como tu hermana
-Salvamos a la niña –protesto Kara –eso debe contar
-Te dije que te calles –la mirada de Connor comenzó a amedrantar a la chica –estas confinada en tu habitación hasta que llegue nuestro enlace
-No me mires así que no me das y si piensas que me voy a quedar encerrada estas muy equivocado –algo que no era verdad pero no se lo iba a decir su orgullo no se lo permitía, al igual que no le dejaba admitir que él tenía algo de razón-soy libre de hacer con mi vida lo que quiera… mételo en tu dura cabeza TU NO ME MANDAS
Connor la tomo por el brazo herido apretándolo hasta que la sangre volvió a brotar, el no pareció notarlo solo quería que ella dejara de desafiarlo
-Suéltame bruto o te juro –amenazo con la voz velada por el dolor –que me sueltes
-Te vas a callar y me vas a obedecer aunque sea a la fuerza –le grito con la voz llena de furia –es mejor que aprendas desde ahora quien manda
-Tu maldito energúmeno –le grito ardiendo en furia, cuando quiso por instinto golpéalo para que la soltara, él fue más rápido y la zamarreo haciendo más presión en la herida provocando un dolor agudo arrancándole lagrimas – ni muerta me casaría contigo maldito salvaje
Aquella palabra en boca de la mujer lo hirió de manera muy profunda, aunque sin comprender aun porque le dolía tanto. Pero en ese momento el enojo tomo posesión de su boca y hablo sin pensar pero con toda la intención de dañarla de la misma manera que ella lo hacía con él.
-Ni yo con una zorra que es tan femenina como una tabernera –le palabras salían de su boca sin que pudiera detenerlas, aunque se arrepentía de cada una de ellas casi al instante pero no podía retractarse, no en ese momento.
-Te vas a arrepentir de cada palabra que has dicho- le soltó con la mirada verdosa lanzando chispas
-¿Osas amenazarme?- le estaba retando abiertamente –tu maldita sassenach
-Connor mide tus palabras –intervino Alistair al ver que la camisa de la chica estaba teñida de rojo y que era evidente que el guerrero la estaba lastimando-ya suéltala
-No te metas –le grito molesto debía poner límites o no la dominaría nunca
La pelea había llegado a oídos de los demás habitantes del castillo, por la entrada aparecieron Megan y lady Gillian quedando atónitas por la visión
-Connor suéltala –Grito la chica esperando que su hermano reaccionara quien parecía estar ciego por la furia –la estas dañando
-Maldigo el día que acepte casarme contigo –las palabras de Kara dejo a más de uno sin palabra ante aquel anuncio –el solo roce de tu mano marchitaría mi piel
-Cierra esa maldita boca –le grito mientras la aventaba contra la pared cercana
La espalda de Kara golpeo contra la pared dejándola sin aliento, cayo de rodillas al suelo tratando de recuperarse, el dolor del brazo la estaba matando y sentía la sangre recorrer el brazo.
Connor respiraba agitado, miraba incrédulo la pequeña figura de Kara aun en el suelo, se sintió un verdadero salvaje, nada justificaba aquel comportamiento. Se acercó tratando de apaciguar su remordimiento-
-Yo… lo siento…no sé lo que paso –trato de tomarla con manos temblorosas pero con la poca fuerza que le quedaba ella le dio un manotazo y lentamente se levantó –en serio lo lamento