El sonar de cascos ensordecía a todos, los hombres rodeaban a las mujeres que, valientemente permanecían firmes con sus espadas en mano, regalo de Megan, hechas a la medida de ellas. Los bandidos, incluido Declan estaban atados y encerrados en el granero.
A medida que se acercaban, Connor sentía que las entrañas se le estrujaban, debía llegar junto a Kara antes de que alguien pudiera lastimarla.
Mael vio a los jinetes, mientras rogaba para que llegaran los refuerzos, una sonrisa se dibujo en su moreno rostro, al reconocer los colores de su clan.
-Son de los nuestros –grito mirando a las mujeres –llegaron los Laird
Las muchachas respiraron con tranquilidad mientras aguardaban que llegaran hasta ellas, los jinetes pararon su loca carrera al ver que se trataba de sus propios hombres.
Connor se lanzo del caballo con su mirada azul profunda en solamente una persona, Kara. Cuando llego a ella, sin dudar, la abrazo mientras que la besaba con pasión, sin importar quienes lo vieran.
El clamor de sus hombres lo trajo de regreso, mientras que a regañadientes se separaron dejando unidas sus frentes, y con la respiración aun agitada por el beso.
-Estas bien Mo Ghaol –pregunto con suavidad mientras la mantenía abrazada junto a él –dioses estuve a punto de morir de la preocupación, temía no llegar a tiempo para que no te dañaran.
Una tímida sonrisa apareció en el delicado rostro de la muchacha, mientras que un calor se expandía en su pecho mientras oía a Connor decir aquellas palabras.
-Tranquilo grandote estoy bien, tranquilo –le dijo mientras abría los ojos encontrándose con aquellos zafiros que tanto le gustaban – al parecer siempre regreso a ti.
Connor la volvió a besar, no podía dejar de probar aquellos labios dulces y llenos que lo volvían loco, la acerco más a su cuerpo, la necesidad de sentirla cerca lo estaba sobrepasando hasta casi asustarlo, por la intensidad de sus sentimientos.
El carraspeo a espaldas de Connor los saco de su burbuja, era Kubrat que los miraba con curiosidad, en los años que llevaba de conocerlo, jamás lo había visto comportarse de esa manera con ninguna mujer.
-Perdón que los interrumpamos tortolitos pero debemos solucionar algo-la diversión estaba implícita en cada palabra que había dicho Prue
Kara al notar que todos los miraban, sintió que su cara se convertía en un semáforo atascado en rojo, se hundió en el pecho de Connor que la miraba con ternura mientras le besaba en la coronilla.
-Vamos Kara –le dijo con delicadeza mientras la separaba, fue cuando vio el moretón que estaba formado en su mejilla – quien te hizo esto –pregunto con falsa calma al sentir que la sangre le hervía de furia
-No es nada, estoy bien y eso es lo importante –lo corto antes de que reaccionara como sabia que lo haría
-Quiero saber quién es el responsable de esto-siseo nuevamente indicándole que la paciencia ya estaba agotada
-Mira esto no me va a matar y yo prefiero echarle la mano a la persona que organizo todo esto –dijo tratando de que razonara –vamos creo tener una idea de quien fue
Kara camino a paso firme al granero pero, al entrar se encontró con la sorpresa de que allí solamente estaban los tres bandidos, pero no había señal de Declan.
-Donde esta Declan –bramo indignada –es la prueba de lo que digo… será zorro el desgraciado
Todos entraron al oír los gritos, sobre todo Connor que se había quedado atrás tratando de calmar sus ganas de matar al que la había golpeado.
-Que sucede aquí –voceo irritado Connor al ver allí los tres hombres atados –estos son los responsables
Los hombres veían aterrados a aquel gigante de dos metros acercarse con la espada en mano, los tres comenzaron a chillar, mientras que Kara se interpuso en su camino evitando que los matara en ese momento
-Tranquilo –pidió con voz suave tratando de apaciguarlo –necesitamos hablar
El la miro ceñudo, algo le decía que ella sabía exactamente lo que había pasado y aunque le llevo bastante de su autocontrol, la siguió fuera de aquel lugar.
-Dime –espeto molesto –porque los debo dejar a esos sassenach con vida
-Porque ellos solo cumplían órdenes y su jefe escapo mientras estábamos distraídos –le explico lo que le había dicho el bandido mientras le mostraba el colgante –pero quien haya tomado esto de mi habitación fue quien me quería lejos
-Lo que dices no tiene sentido, porque alguien te querr… -se detuvo al entender todo
Un rugido que asusto a la muchacha, Connor comenzó a maldecir igual que había hecho Kara solo un rato antes, con la espada en mano camino nuevamente al interior del granero.
-Que vas a hacer –le voceo la chica tratando de detenerlo mientras los demás los veían a distancia
Las muchachas los observaban desde una distancia prudencial
-Crees que deberíamos meternos –pregunto Sarah a Prue
-No se tu, pero yo no me acerco a ese neandertal hasta que se calme – le susurro mientras veía a su amiga correr tras el gigante enojado
-Si sería lo más sabio- secundo la rubia mientras buscaba con la mirada a Kubrat, quien hablaba con Mael al otro lado del lugar, ignorándola por completo haciendo que le doliera el pecho.
-Buena niña –las chicas siguieron observando el espectáculo de aquellos dos
Kara estaba indignada igual que Connor, pero no creía que matando a aquellos infelices fuera la solución
-Ya Connor entrégaselos al Laird Ferguson, él sabrá cómo tratarlos –le rogaba mientras que la mirada de Connor seguía clavada en ellos
-No te metas en esto Kara –le siseo fuera de sí –ellos van a pagar por su osadía
-Ya pero ahora mismo debemos buscar la mente instigadora –lo miro tratando de conectar sus miradas –y si los matas jamás sabremos quien fue
-Yo sé muy bien quien fue –le dijo en tono gélido
-Y yo –aquello sorprendió Connor –anoche después de salir del salón me amenazo