capitulo 21

Los jinetes avanzaban a toda velocidad por tenebroso bosque, la luna llena les alumbraba el camino, habían partido cerca de la medianoche del castillo, llevaban más de una hora de cabalgata, debían llegar cuanto antes a su destino, la vida y el bienestar de todos ellos dependía de que lograran con éxito su empresa.

Connor observaba a su mujer cabalgar y no pudo menos que apreciar la gran amazona que era, sorteaba los obstáculos dominando a la hermosa yegua, la armonía entre animal y humana era  como si fueran uno solo. El nudo en la boca del estómago de solo pensar en que la perdería si algo saliera mal.

A su mente volvió la discusión antes de salir del castillo

-No Kara no te voy a dejar hacer eso –le gritaba Sarah en un momento de lucidez –por favor deja que me lleve

Los ojos verdes se clavaron el joven, una mezcla de furia y desesperación se leía claramente en el rostro de la hermana.

-Jamás,  me oyes jamás –acerco su rostro al de su hermana –vamos a sacar al bastardo y volveremos a nuestra vida. Te lo prometo, solo tienes que aguantar

-Me reclama solo a mí –el dolor se volvía insoportable, deformando su hermoso rostro –el resto estará a salvo… déjalo que me lleve

-No, he dicho que no –la miro derrumbándose frente a ella, el saber que no podía ayudar a su hermana la frustraba, llevaban horas buscando la solución pero nada parecía funcionar  -eres mi pequeña hermana y no podría vivir si tu no estas a mi lado, asique no te atrevas a despedirte… me oyes

-Se suponía que íbamos a morir juntas... el mismo día –la miro a los ojos y no pudo evitar llorar –pero no podrá ser  te quiero Kara

En la habitación estaban Connor, Kubrat y un adolorido Mael, también estaban Lady Gillian y Prue, todos se mantenían alejadas de las hermanas, allí no había cabida para ninguno de ellos.

-Oye tranquila –la consolaba Sarah, que debía hacer un esfuerzo enorme para evitar que Ben tomara el control de ella –vamos deja que me lleve

-No me hagas esto –le rogaba mientras trataba de mantenerla consiente evitando que se debilitara  -en el momento en que te rindas todo se acabara, vamos Sarah lo prometimos… cuando ellos nos dejaron… lo recuerdas

La mente de ambas regresaron los recuerdos,  el  día en que sus padres murieron, el funeral y el viaje,  debieron viajar  a Escocia, a la casa de su abuela, una mujer a la que prácticamente no conocían y que evidentemente le molestaba su presencia.

El llanto de un pequeña Sarah llevo a Kara hasta su habitación, estaban en cuartos contiguos separados únicamente por una puerta, era más de media noche cuando Kara invadió el cuarto de su hermana, encontrándola hecha una bolita en medio de la inmensa cama, allí parada en las sombras se prometió a si misma que jamás dejaría que la dañaran. Desde esa noche se convirtió en su escudo y la había protegido, ahora la veía como poco a poco era dominada por aquel monstruo, haciendo que la rabia y la frustración hirvieran en su interior.  

Kubrat estaba parado junto a los hombres pero su mirada sombría estaba sobre la joven rubia que estaba sufriendo lo indecible por culpa de un desgraciado, quizás su mirada no era más oscura que los pensamientos que pasaban por su mente en ese instante, observaba a su amada sintiéndose impotente,  la había dañado y no le alcanzaría la vida para recompensarlo,  aunque ahora ante la perspectiva de este peligro, un peligro que él no podía afrontar, sabía a ciencia cierta que si algo le sucedía a su ángel sanador jamás se lo perdonaría, apretaba las manos hasta que los nudillos se volvieron blanco al oír como se despedía de su hermana.

-Debemos volver al lugar donde murió Ben –fue la voz queda de Ian

Todos se voltearon sorprendidos al ver que el joven  había despertado por fin, al saber que la posesión estaba en Sarah, lady Gillian había recomendado sacarlo de la habitación por precaucion, para no correr el riesgo de que lo tomara de nuevo.

Entre Kubrat y Mael lo sacaron de allí, pero aún estaba inconsciente aunque, luego de que Gillian explicara que debía estar agotado y débil por como Ben, lo había succionado gran parte de su energía todos parecían más tranquilos con respecto de la salud del muchacho

Ahora estaba parado allí, con la respiración lenta, signo de que la posesión le estaba pasando factura, Prue corrió a refugiarse en sus brazos sin dudar un segundo, él la miro mientras delicadamente que le acariciaba amorosamente la mejilla, aquella que había golpeado cuando estuvo bajo la influencia nefasta de Ben.

-Lo siento, no quise hacerlo pero él me dominaba –las lágrimas de emoción de ella fueron mal interpretadas por Ian –te juro que no quise-estaba desesperado por el perdón de la chica  

-SShhh tranquilo cariño sé que no eras tú –lo miro y le dio una sonrisa seductora –sé que jamás me dañarías

Con la lentitud de película romántica las caras de ambos se acercaron para sellar un beso, una promesa de amor y de perdón; aunque la escena era de la más romántica un carraspeo los detuvo.

-Lamento interrumpir gata pero debo saber –la voz avergonzada de Kara la devolvió a la realidad –que has dicho sobre el lugar donde murió el desgraciado

La cara del muchacho se volvió seria y sin soltar la cintura de Prue se adelantó dentro de la habitación hasta donde estaba Sarah

-Lo siento –ella solo le sonrió –debemos llevarla hasta donde matamos a Ben –miraba a Connor al decir esto –él leía mis pensamientos mientras estuvo en mi interior pero… yo también los de el

-Pero porque allí –hablo Gillian que no llegaba a entender la importancia de aquel lugar –es mejor intentar sacarlo aquí mismo donde podemos controlarlo

-Mire no entiendo mucho en realidad –el cansancio lo hacía andar como un anciano –pero si sé que todo comenzó allí y al parecer todo debe acabar allí, además… –las rodillas se le vencieron pero no cayo gracias a que  Prue lo sostuvo contra su cuerpo, Connor corrió a ayudarlo y juntos lo dejaron en la cama