Dayan se paró derecha ante la presencia de los dos monarcas, su mirada determinante trajo en el rey confianza.
Le dirigió la mirada a Alysa quien la observaba con orgullo.
—¿Estás segura de esto? ¿Cumple con tus expectativas? —inquirió Adrián sin perder la mirada en ella
—Por supuesto, su majestad
Él se levantó, detalló a Dayan por última vez para sacar un pequeño papel de su escritorio con una pluma.
—Dayan, serás enviada como espía al imperio de Melione, tu misión es infiltrarte en las instalaciones del palacio y vigilar a la emperatriz Eileen, y Charlotte. ¿Crees poder con esto?
—Sí, su majestad
—Con esto podrás comunicarte sin problema, cada vez que necesites ayuda, que tengas una información valiosa, escribe por favor —le hizo una señal para que se acercara, le entregó el papel en las manos, luego volvió a su lugar
—¿Cuándo debo ir?
—Ahora mismo
Ella asintió con la cabeza, observó la ventana de la habitación abriéndola sin mucho problema de parte de Adrián.
—Antes de irme, Ross queda por fuera de mi misión —contestó
Adrián tuvo la última palabra, solo la echó con la mano.
Alysa no tuvo mucho tiempo para ver la transformación de la mujer, quien se convirtió en un halcón de fuertes alas blancas con pigmentos azul oscuro.
Echo huelo por todo el imperio, alejándose de la zona de entrenamiento donde estaba Ross.
Alysa detalló el cielo, luego al animal que se fue, le dirigió la mirada a Adrián que sujeto su mano.
—¿Cómo sabes que no la van a descubrir?
—Es una mujer bella, inteligente, desconfiada y Charlotte no la conoce. Es la indicada
—Deposito mi confianza en ti, amor —besó la sien de Alysa
Con su agarre la atrajo hasta la silla donde la sentó en sus piernas, revisando algunos documentos de estado.
Un mapa en la mesa del imperio y su dedo moreno señalando un lugar sin nombre.
—¿Cuál es esta ciudad?
—Hyalenine
—Correcto, vas aprendido —su mano no se alejó de su cintura —¿Cuál es el mayor problema?
—Su seguridad
—Soluciones
—Enviar a oficiales al mando para registrar la zona, revisar los barrios bajos y de ese modo obtener un registro correcto sobre la delincuencia, luego preparar estrategias para atrapar a ladrones, asesinos, y entes dentro de una organización criminal —contestó volviendo al documento que estaba leyendo
—¿Por qué todo lo que sale de tu boca es tan hermoso?
—¿Vas a empezar con los comentarios cursis? —devolvió la pregunta con un tono de voz seco
—¿No te gusta? —dobló el ceño
A sus ojos; el rey parecía un cachorro deprimido.
—Ahora no, estamos trabajando —contestó
—Pero estamos solos
—Y resolviendo un problema. En nuestro descanso o en la noche podrás ser todo lo meloso que desees
Una sonrisa se dibujó en los labios de Adrián, una de sus manos se apoderó de sus muslos siguiendo un recorrido hasta su parte íntima.
Alysa bajo la mirada con sorpresa, él apretó por encima de la tela esa parte de su cuerpo, al verlo, la mirada perversa le causó un escalofrío.
—¿No prefieres pervertido?
sus mejillas se ruborizaron, su mentón lo pegó en el hombro de su mujer sin quitar esa mirada.
—Si sigues tocando, estarás en dieta durante ocho meses —amenazó
—¿Dieta? —cuestionó
—No volverás a tocarme hasta cumplir ocho meses de casados, y eso sí yo decido levantar el castigo —explicó
Fue entonces cuando levantó sus manos, retirándose de su cuerpo, Alysa sonrió volviendo al documento.
—¿Puedes explicarme que dice aquí? —selecciono una frase
Él accedió traduciendo, con cada ligero rose de sus manos en su cuerpo Alysa recalca su amenaza.
Por lo que, entre las ganas, el deseo y la amenaza, por el bien de su noche de bodas, relajó su pensamiento e ignoró que el trasero de Alysa presionaba su entrepierna.
«Dioses míos, tengan piedad de esta pobre alma que trata de ocultar sus deseos»
La parte superior de su cuerpo no estaba del todo cubierta, sus pechos se veían hermosos en esa tela roja que los cubría en un escote de corazón, el collar de diamantes sobre su cuello deseaba quitarlo, y su cintura siendo marcada por el mismo vestido lo estaba llevando a un límite.
«Conseguiré lencería para noche de bodas»
Imagino su cuerpo desnudo con pocas prendas color rojo, la parte de abajo con maya y tira que le permitiera quitarle la prenda con facilidad, si podía, deseaba que la parte de abajo tuviera una abertura para entrar sin problema y no quitarle la prenda para gozar de su fruto.