Adrián
Muy pocas veces me sentí nervioso por algo que me dijera una mujer, en los últimos días, Alysa me ha demostrado un invaluable respeto, pero también ha desconfiado de mí.
Algunas de sus acciones son visibles, no es tonta, ni mucho menos, la marca en su espalda es lo único que refleja mi error... después de Charlotte.
Debo admitir que se ha distanciado, es algo desagradable teniendo en cuenta que tenemos pocas horas para concretar la unión.
Los días de ensayo fueron perfectos, la comunicación que tuvimos en esos días también fue buena.
Solo sus sueños le recalcan una y otra vez lo que sucedió.
Me lo advirtió la serpiente, Marcus, e incluso mis conocimientos.
Fui terco, e ignorante.
No razone o pense dé la mejor manera, ahora... Temo que faltando tan pocas horas decida dejarme.
Ahora mismo la espero en mi oficina, nos llegó información reciente sobre Dayan.
Algo que estábamos esperando desde hace un tiempo.
Sobre mi mano sostengo un trago amargo, propio de mis tierras, me pego en la ventana y sonrió al ver como el cielo va tomando un color rosa.
Muy pocos son capaces de detallar el cielo como yo, y darse cuenta de la estación que este imperio está próximo a presenciar.
Una de las hermosas, una estación de la cual Alysa desconoce.
Siento como las puertas de la habitación son abiertas, solo para impresionar a mi prometida bebo un sorbo del trago.
Con un vestido rosa pastel hace su presencia, le están empezando a gustar los vestidos pegados al cuerpo.
Algo que me gusta, me gusta que se sienta segura y cómoda.
No como una estatua.
—Su majestad, que justo verlo —dice acercándose al asiento
—Lo mismo digo, alteza —tomó su mano besándola con cariño
Dejó el trago aún lado del escritorio.
Me siento tomando la carta en las manos, al abro con interés, y lo primero que logro darme cuenta es que está dividida por tres hojas.
—Parece que leeremos el periódico, alteza —analizó las cartas y ambas caras de la hoja están escritas.
—Es de esperarse, no ha escrito desde que está en el imperio —responde
Asiento con la cabeza.
—Queridos reyes, a lo largo de estas desesperantes semanas me he dado cuenta que romper el convenio político con Melione ha sido una de las mejores decisiones que se han tomado, este palacio cuenta con ojos, oídos y boca, los secretos vuelan en el interior de estas paredes. Si bien, la futura emperatriz mana de belleza carece de pensamiento, Charlotte es la única interesada en su educación después de la renuncia de su Tutor Víctor, desconozco el apellido de tal maestro —hago una pausa analizando la expresión de Alysa
Se muerde la uña del pulgar sin ejercer tanta fuerza para no partirla.
—¿Vas a continuar? —inquiere
—Sí te quitas el dedo de la boca —contestó
Ella se lo quita con desagrado.
—Gracias
Afino mi garganta para continuar.
—Al salir por primera vez del palacio, he escuchado bastantes plebeyos dudando sobre la corona, el miedo, la intriga y la admiración por Eileen, los comentarios de aprobación no son suficientes por aquellos que reconocen las grandes hazañas de la ex emperatriz, pero por supuesto el populismo e irá por Aquellos que aún no perdonan la traición de Alysa aumenta la aprobación de Eileen. Bennett por su parte, se ve cansado, al parecer la ayuda de su prometida no es suficiente para lidiar con los problemas del imperio. Incluso le paga a su madre para que sustituya las labores de su futura esposa.
La sorpresa nos inunda, al pasar a la segunda página las cosas en Melione empeoran, están implementando las armas de fuego dejando las de hierro a disposición de soldados de baja categoría.
Las amenazas aumentan, y la posibilidad de una guerra para un país vecino atormenta al emperador.
Cada vez que leo, Dayan solo me manifiesta problemas.
Incluso yo, quien le robe la mujer, la magia y mate a uno de sus hijos siento lástima por él.
Cuando pensé que no se podía llegar a tanto.
La tercera hoja contenía con lujo y detalle todos los gastos que estaba haciendo para su boda, y el cuarto de su bebé.
—Como sirvienta, tuve el honor de ver el vestido de la siguiente emperatriz, era diferente a lo que se esperaría de la moda de Melione, una falda esponjosa con decorado de flores, una tela maravillosa blanca, las mangas del vestido son de la misma tela que cubre la parte delantera del vestido, el velo debe medir al menos dos metros, y es sostenido por una corona de diamantes, la parte lisa del pecho es hecha con seda, una tela costosa por su importación. La cantidad absurda de tela que usarán para decorar el salón es suficiente para vestir a una comunidad discreta de 100 personas, las flores no son nada más y menos que dalias doradas de Las Tierras Candentes, Charlotte se las dio como regalo. Y no voy a hablar sobre la decoración los bebés, en pocas palabras, son dos cunas de oro, para distinguirlos uno tiene zafiros, la otra rubíes. Para tener una mala situación económica, esta boda se celebrará por lo alto, algunos dicen que es la más costosa que Melione haya tenido.
Trago el seco, levantó la mirada Alysa quien nuevamente tiene la uña en la boca, me levanto del asiento quitando su mano.
Ella se sorprende, sobresaltada se levanta del asiento caminando en círculos, tiene la mano en la barbilla, el ceño tenso y con la mano izquierda aprieta su antebrazo derecho.
Otra vez está sobrepasando.
Respiro profundo, dejando las cartas a un lado.
Me recuesto en la silla, solo la miro pensar, no pienso interrumpirla.
Parece concentrada.
Cuando quiero que no se preocupe, salen con esto, debo tener una estricta regla con ella.
Me levanto inquieto de la silla, camino a ella con el fin de detenerla, pero ella baja la cabeza y empieza a reír.
Su risa paraliza mis sentidos por lo fuerte que es, además de lo escalofriante.