S E I S

JESSICA.

Mis pensamientos ahora solo me dicen una cosa. Me dicen que les de su espacio. No tengo porque agobiarlos con mi presencia en estos momentos.

Martha esta muy grave, ya que perdió demasiada sangre cuando su brazo se lo desprendieron. Su otra herida en la cara se infecto por la radiación y los doctores están haciendo de todo para que no muera. Su falta de Núcleo no le permite a los de tipo curación hacer 100% su trabajo, solo a medias y eso no es todo. Varios de sus órganos internos resultaron heridos, su pulmón derecho fue perforado y el otro se lleno de sangre, casi haciendo que muera ahogada al momento en que la estaban transportando al hospital.

─ Les voy a ser sinceros, esta en estado critico. – el doctor que me atendió ayer en la tarde, ahora es el que esta viendo la salud de Andrea y Martha – Lo mas probable es que no pase de esta noche. Sus órganos a duras penas han soportado la radiación de nuestro Núcleo, por ahora. Pero como van los estudios que le hacemos cada hora, empeoran. Les recomiendo que se preparen – el hombre me da una mirada convaleciente.

─ Gracias doctor por sus atenciones. – dice sin ganas Ariana.

─ Es mi trabajo después de todo.

─ Lo se... pero desde que llegamos ayer has estado aquí con mi mamá y hermana, sabiendo que una de ellas no tiene un futuro.

─ Ariana...

La voz de Tom es apenas un murmullo en el lugar, se escucha muy bajo, a pesar de que en el lugar solo estemos nosotros. La anunciada gira su cuerpo y va hacia su padre, quien este no se ha levantado de la silla desde que llego. Desde un principio supo el estado de su esposa y aún así, se ha mantenido fuerte, aunque cada vez se le nota más que le afecta.

El doctor Grace aprecia como Ariana ayuda a su padre a levantarse de esa lastimosa silla, para ir hacia él. Yo solo me quedo a lo lejos para no incomodarlos.

─ Al final paso – una mano que antes considerada caliente, ahora la ciento fría al tacto. Sus dedos presionan mi muñeca y dejo que descargue toda su frustración con ella – ¿Qué paso como para que este así? ¡No! Eso no es lo importante, lo importante es que ¿En dónde estaba yo? – no respondo – No estuve con ella. – su voz se entrecorta por partes, como si se estuviera ahogando – Prometí cuidarla a pesar de las circunstancia. ¿En que demonios estaba pensando en dejarlas solas? Sabia que Andrea solo esta en la primera fase del Núcleo, – ¿Primera fase? – sabia el peligro que presentaba y yo no me quede.

Al parecer yo no era la única que lo veía de esa manera. Muy bien supe y se, que Andrea aún no esta preparada para estar en el campo. Su Núcleo inestable no solo afecta la vida de su persona, sino que también de las que las rodea. No lo quiero decir y tampoco pensar, pero lo más probable es que el estado de Martha sea por la inexperiencia de su hija.

─ ¿Puedo pasar a verla? – mi pregunta formulada al llegar a donde esta Grace, Ariana y Tom llama la atención del último nombrado. Andrés que no me ha querido soltar la mano en un buen rato, la aprieta. Miro de reojo y tengo su aprobación con la inclinación de su cabeza – Solo serán 10 minutos.

─ Solo ella puede pasar si ustedes se lo permiten – habla Grace sin quitar su tono caótico, aunque sus ojos quieren decir otra cosa.

─ Por mi tampoco hay problema. ¿Papá quieres que ella...?

─ Si no fuera sido por ti, jamás hubiéramos sabido que Andrea y Martha estarían aquí, en ese estado. – Tom fija sus ojos en los míos y sus ojos claros se ven opacos por el rojo del llanto – Puedes pasar a verla.

Suelto el agarre de Andrés, ya que por su cuenta no lo ara. La zona queda roja por la presión, Grace se queda mirando ese punto en mi muñeca, su ceño se frunce desviando la mirada.

Me alejo de ese grupo de personas, esas personas que ahora poco a poco se derrumban por la salud crítica de uno de sus miembros. A mi par va el Dr. Grace y diría que el ambiente que nos rodea ahora a los dos es "pasable", pero no lo es. Se que le incomodo lo de mi muñeca y también lo que paso ayer por la tarde.

─ Tienes que entrar con equipo de protección. – no respondo, solo me limito a asentir – Tu ropa está llena de polvo y sangre. Será mejor que te bañes en el establecimiento y así podrás entrar sin problema.

─ No tengo ropa limpia que ponerme.

─ No te preocupes por eso, tenemos para cualquier percance.

Sigo caminando y el me sigue sin decir mas nada. No estoy de ánimos tampoco de hablar con alguien en estos momentos.

─ ¿Por qué quieres verla? Sabes muy bien que ella va a morir y despedirte de una persona que no tiene ningún tipo de lazo contigo no es lo más propio.

─ Existe el dolor ajeno.

─ En estos tiempos ya no.

Me paro de golpe al oír esas palabras, pero no me giro a verlo y solo le digo lo que le tengo que decir.

─ Es por eso que estamos pasando por esta situación. A todos se le olvido que es sentir. Este mundo está podrido por ese motivo.

─ ¿Tú sientes? Por lo que ese chico te hizo en la muñeca, pareciera que no sintieras en lo absoluto. – me giro a verlo.