Reina de Reyes

Capitulo 1

Los gritos resonaban por todo él centro, banderas, tambores y porras hacían de este día una festividad.

Era él famoso miting político del señor Cláudio Guillén nacido en Tijuana pero legendario en San Plácido de juarez y vaya que era muy querido eso ni que ni que, tantos alababan su forma de presenciarse que a todos los volvía locos.

Él famoso Cláudio Guillén él mismo que ayudo a los pequeños comercios a florecer, él mismo que ha otorgado apoyos comunitarios al pequeño pueblo, él mismo que ha creado una escuela para él lugar, Cláudio Guillén que por ende ahora se convertirá en él señor presidente.

Tantos le tenían lealtad que por mas dinero que les ofreciecen estos no cedían y preferían dar sus vidas a cambio por un poco de justicia.

Pues claro esta que en San Plácido de Juarez corre mucha delincuencia, creado por los famosisimos narcos de juarez, pero eso acabaría en él momento en que plácido quedara a la presidencia, muchos tienen la queja de que porque tanto interés de aquellos carteles en este pueblo tan sencillo y pequeño.

Pues he ahí la respuesta, la gente de San Plácido podra ser muy minoría pero sus alrededores, sus terrenos y tierras eran bastante grandes y fuertes como para tener una gran huerta asegurada, pues ¿a que policía se le ocurriría entrar en un pueblo pequeño? Exacto, un pueblo casi tan invisible que no se nota en los mapas.

Claro estaba que Cláudio vencería y alejaría a aquellos hombres que decían que ese lugar era su terreno, y lo había demostrado cuando mando a matar al muy no tan famoso Gerardo Martinez uno de los hombres que mandaba él cartel de juarez a aterrorizar al pequeño pueblo, desde ese día San Plácido de Juarez le otorgo lealtad al gran señor Guillén.

Por otro lado en la estadía del centro se encontraba la mujer del candidato, la mujer nerviosa miraba por todos lados buscando alguna señal de cualquier ataque pues al igual que su esposo ella era demasiado eficaz y alerta.

Su hija le llamo la atención solo para intentar calmarla, claro esta que si él señor Guillén se cuidaba, su señora lo hacia al doble.

Pues La Señora Isabel Quintanilla Guerrero le hacia mucho honor a sus apellidos uno por Quintanilla por ser una de las herederas de los poderosisimos Quintanilla que al igual que ella cuidaban él lugar para no ser esclavizados por los lideres del narco. Y otra por ser una guerrera como su santa madre que la cuidaba desde él cielo.

Ellos eran Él Señor y La Señora. Lideres de las fuerzas contra él narco, cuidando san plácido para no ser esclavizados por los narcos, dando guerra a cada que se les cruzen.

Y ahora mismo se lanzaban para la presidencia ya que él postulado en la presidencia hacia tratos con él cartel.

-Haber ama ya le dije que mi papa estará bien, usted no se preocupe- esa era la voz de una de las hijas del Señor

-Ay Valentina tu no entiendes ni madres- soltó la Señora isabel- perdón hija es que con esto del narco que cada vez se encuentra mas cerca me da demasiado miedo.

Su hija entendía aquellas palabras pues un paso en falso significaría la muerte de su tan amado padre, ¿que harían sin Él Señor? ¿Quien los ayudaría?.

-lo se mama pero mi papa es una fiera para estas cosas, tu no te preocupes y ve con él, que ya darán su discurso- la voz de aquella niña hacia que su madre se tranquilizara.

Valentina Guillén Quintanilla, la heredera de los dos apellidos poderosos sobre ese pueblo, era la princesa de San Plácido y como son las princesas esta no era muy diferente, delicada, tranquila y fuerte. Como una verdadera princesa.

Su madre salio corriendo para encontrarse con su tan amado esposo, pues al ver tanto tiempo el lugar se dio cuenta de que no corrían peligro.

Tenia que ver de nuevo, tenia que.

Valentina se encontró con su hermana Lorena detrás del gran escenario que los pueblerinos tan amablemente pusieron solo para recibir a su Señor.

Los gritos se hacían cada vez mas fuertes, aclamaban a su señor para poder escuchar lo que este tenia que decir, pues con él llegaría él final de las amenazas.

La tan esperada hora había llegado, Lorena la hija mayor pasaría al escenario para dar la presentación del partido político en la que su padre estaba.

-Muy buenas tardes- la voz de Lorena sonó por los altavoces haciendo estallar las porras de la gente -Gente de San Plácido, demosle la bienvenida y un fuerte aplauso al Señor ¡Claudio Guillén Galvaez! Candidato a la presidencia municipal de nuestro querido pueblo.-

Él hombre salio, su porte era elegante y eficaz, demostrando lo grande que era y claro no podían faltar su hija, la menor de ellas, valentina y su acompañante, confidente y adorada esposa Isabel. La sonrisa que Cláudio daba era la de un hombre ganador.

-Un fuerte aplauso señores- dijo Lorena sonriéndole a su familia -Ahora como es acostumbrado a hacer, le dejare él micrófono libre al señor Cláudio- él señor sonreía acercándose a su hija- adelante señor.

Los gritos cesaron, la gente miraba atentamente al gran señor.

-Gente de San plácido, les seré honesto, yo no estaba listo, no creí que ustedes estarían hoy, Apoyándome y creyendo en mi, pero lo he visto y les juro que aquellos maleantes que nos han querido quitar nuestras tierras se las trndran  que pelar por que estas tierras son nuestras y nadie nos los va a quitar- La fuerza de voz que tenia era impresionante.

La gente aplaudía, gritaba y aclamaba justicia.

-Claro que habrá justicia mis estimados amigos, por aquellas mujeres violadas y arrancadas de su ultimo aliento- escuchar al señor decir eso era lo que la gente mas necesitaba para seguir apoyandolo- por las madres de aquellos jóvenes que se fueron para él gabacho, por los niños inocentes, por los hombres que han dado la vida por defender sus tierras, ¡por ellos! ¡por ustedes!- gritaba él señor claudio- juro que haré hasta lo que no pueda hacer para protegerlos, para hacer justicia- sentencio él señor.



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En el texto hay: muertes, narcotrafico, acción

Editado: 29.05.2021

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